Bicentenario: La crisis por el Covid-19 como oportunidad para mejorar el sistema de salud pública

 

La conmemoración de los 200 años de la independencia del Perú llega en el peor escenario posible debido a la pandemia del coronavirus. En diálogo con Convoca.pe, un médico y un historiador reflexionan sobre la salud pública del país en los últimos dos siglos, y nos invitan a revisar el pasado y a proyectarnos delineando los cambios que se requieren para superar esta nueva crisis sanitaria, en memoria de los más de 200 peruanos mil fallecidos en las dos primeras olas de infecciones del Covid-19.

 

Por Elena Miranda | 29 de julio de 2021

 

La pandemia del Covid-19 no solo ha evidenciado las carencias del sistema de salud pública en el Perú, sino también ha acentuado los múltiples problemas que arrastramos durante los 200 años de vida independiente. Por ello, la llegada del Bicentenario se presenta como un momento para reflexionar sobre el cambio que debemos emprender, más que como una fecha de celebración.

Un historiador y un médico, desde sus diferencias y coincidencias, reflexionan, a pedido de Convoca.pe, sobre la salud pública en estos dos últimos siglos y coinciden en la necesidad de ver esta pandemia del Covid-19 como una oportunidad de modificar lo que no ha funcionado y de reforzar lo que ha venido marchando bien.

La viruela, fiebre amarilla, cólera, peste bubónica, gripe española, polio, malaria, sida y Covid-19 son las enfermedades que han asolado al Perú durante los dos últimos siglos, pero también han servido para la transformación, recuerda el historiador y director del Instituto Riva-Agüero, de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Jorge Lossio, quien ha publicado el libro “Pandemias y salud pública: Historia de cuarentenas y vacunaciones”, como parte del Proyecto Especial Bicentenario.

Para Jorge Lossio, lo más importante que nos ha mostrado la pandemia del Covid-19 es que la salud depende de otros factores y está interrelacionada con otros sectores. Recuerda que, en el Perú, la cuarentena no funcionó muy bien por las condiciones de vida: porque el 70% de los peruanos viven en una economía informal, hay hacinamiento en las viviendas, no hay un buen sistema de transporte público y falta infraestructura hospitalaria. “Qué difícil es pretender enfrentar una pandemia sólo desde el sector salud si todo el resto no está funcionando bien”, advierte.

 

Hospitales
Durante la pandemia del Covid-19, la infraestructura hospitalaria no ha sido suficiente para atender a miles de pacientes. Foto: Andina.

 

Por ello, Jorge Lossio destaca que las políticas y las campañas que han resultado realmente efectivas para mejorar la salud han sido las que han involucrado educación, vivienda, entre otros sectores, y han tomado en cuenta la realidad multicultural del país. En cambio, las políticas que no han funcionado han sido las que han partido de prejuicios raciales, de género, y no han incorporado esta mirada multisectorial de la salud. “Las campañas de salud han funcionado bien cuando no son autoritarias, cuando logras ganarte el apoyo de la sociedad civil, que hace suya la campaña y participa”, recuerda.

Además de destacar el rol de los médicos, enfermeras y otros trabajadores de la salud en la lucha contra el Covid-19, Jorge Lossio resalta que varios sectores de la sociedad civil se han organizado para apoyar a las personas que están padeciendo por la enfermedad, haciendo colectas, llevando medicamentos, como la ayuda que brindó un grupo de jóvenes, a través del denominado Comando Matico, a las poblaciones originarias de la Amazonía.

Juan Pablo Murillo, médico y profesor del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, también destaca el aporte de la sociedad civil, la capacidad de resiliencia de nuestra población, que se ha evidenciado en cómo diversos grupos se han organizado para resistir frente a la ausencia del Estado. Algunos ejemplos son la organización de ollas comunes, la labor de las iglesias en la compra de plantas de oxígeno, los ronderos que se encargaron del aislamiento en las comunidades y las experiencias de comunidades indígenas como el Comando Matico.

“Esas capacidades de resistencia deberían articularse a un proyecto transformador del sistema de salud. Una refundación del sistema de salud tiene que ser pensada desde los actores sociales, con la gente y, sobre todo, articulando los sistemas de salud con esas enormes energías y capacidades que tiene nuestra población, nuestras comunidades, que nos ha permitido, a pesar de las carencias y de los colapsos en varios territorios, cambiar estas dos olas, que han sido terribles”, propone Juan Pablo Murillo.

Precisamente, movilizar y organizar a la sociedad peruana en torno a la salud es uno de los tres puntos que Juan Pablo Murillo plantea como parte de la agenda del cambio. “En los noventa, hablábamos de los pacientes como clientes de los servicios. Deberíamos construir, más que clientes, ciudadanos en salud, ciudadanos de una república democrática capaz de garantizar bienes públicos en salud universales, un piso de protección social para toda la población en todo el territorio. Eso significa construir los mecanismos que permitan organizar a la sociedad para apoyar y articular las acciones del Estado”, dice.

Con la participación activa y vigilante de la ciudadanía en salud, según Murillo, no se van a resolver todos los problemas en el sector, pero sí se podrá avanzar, sobre todo, ante el retroceso que hemos tenido, de una década, en mortalidad materna, anemia, dengue y otros.

 

Comando Matico

Jóvenes del Comando Matico brindan apoyo a pobladores indígenas afectados por el Covid-19, en Ucayali. Foto: Facebook Comando Matico.

 

Otro punto para considerar en el cambio que sugiere Juan Pablo Murillo es la vacunación “entendida no sólo para atender la pandemia, avanzar la inmunidad de grupo y poder abrir la economía, sino también como un ejercicio y una nueva forma de organizar a un estado que nos permita avanzar hacia un sistema único, integrado, universal, basado en financiamiento público, que nos permita ir rompiendo con la fragmentación progresivamente”.

El último aspecto tiene que ver con el primer nivel de atención que, de acuerdo con Juan Pablo Murillo, no solo debe ser entendido como los servicios locales sino como una forma nueva de entender la salud desde los territorios. “Eso significa no solo colocar mayores recursos humanos sino también mayor financiamiento, que nos permita producir más bienes públicos en salud, articularlos con intervenciones multisectoriales”, agrega.

En el primer nivel de atención, Murillo advierte que se requiere una fuerte inversión del Estado en el sistema universitario público, para formar un ejército de personal que permita cerrar progresivamente las brechas en los territorios, generar incentivos para que las personas formadas puedan desarrollar sus carreras y un proyecto de vida en sus territorios, revalorar el  primer nivel de atención, como un elemento de gran desarrollo profesional, y reconocer el gran esfuerzo del personal de salud subiendo progresivamente sus sueldos.

Refundar el sistema de salud requiere, según Murillo, de 15 a 20 años, pero si nos organizamos y construimos los consensos políticos, en un corto plazo no solo podremos ir saliendo adelante de la pandemia sino comenzar a tener algunos campos avances significativos, pero eso significa tener claridad en las estrategias, porque no todas pueden estar basadas en los servicios en los hospitales. “Hay la necesidad de pensar la salud no solamente como hospitales sino también como elementos de gran política pública que articulan la acción de distintos sectores”, añade.

De acuerdo con Jorge Lossio, la expectativa es que la pandemia del Covid-19 nos demuestre que “el Estado debe tener un rol central en salud, que no todo se puede dejar al sector privado y que es necesario invertir en desarrollar una industria médica local, no depender tanto del extranjero e invertir más en ciencia y en crear una cultura científica en el país, para que la gente se informe y escuche a los funcionarios y científicos de salud y no a todo ese mundo de fake news, que también circulan en redes”.

“La pandemia nos ha enseñado que la salud va más allá de virus y médicos. Tienes que tener en cuenta pacientes, política (Funcionarios), científicos (Los que desarrollan las vacunas), médicos, enfermeras y personal de salud, pero también herbolarios, curanderos, porque en el Perú no solo está presente la medicina científica, sino no todo un mundo de salud que responde a tradiciones ancestrales”, agrega.

Para Juan Pablo Murillo, la enorme resistencia del pueblo peruano a las tragedias y desgracias, sobre todo en los últimos 50 años, nos ha enseñado que siempre hay margen en el Perú para el optimismo. “En esta tragedia, donde hemos perdido a cientos de miles de hermanos peruanos, tenemos la obligación moral de refundar el sistema de salud y darnos uno propio de un estado moderno, democrático, donde nadie queda atrás, capaz de proteger a todos los ciudadanos”, dice.

Para Jorge Lossio, este es el peor escenario de bicentenario posible: pandemia, encerrados, crisis económica, polarización política. “No estoy muy optimista, el ánimo social, nacional, tampoco es muy optimista. Por el contexto que estamos viviendo, a veces estos contextos de crisis son los que permiten que se hagan reformas. Eso es difícil de predecir porque el escenario político está tenso, ojalá sea posible. Aunque estamos en un mal momento, hacia futuro van a venir mejoras y avances”, concluye.