Una de las dudas sobre la vacuna contra el COVID-19 desarrollada por la farmacéutica china Sinopharm está referida a su eficacia. Emiratos Árabes Unidos fue de los primeros países en registrar la vacuna y autorizar su uso. En diciembre de 2020, sus autoridades de salud reportaron que tenía una eficacia de 86%. El 30 de diciembre, las autoridades chinas dieron luz verde a la vacuna de Sinopharm, aunque el organismo regulador de ese país estableció que la eficacia era de 79.3%.
En Perú, se realiza un ensayo clínico con la vacuna de Sinopharm con la participación de 12 mil personas. El estudio está a punto de concluir y presentará sus propios resultados de eficacia, reveló a Convoca.pe, el investigador de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, Germán Málaga. La casa de estudios patrocina las pruebas de la tercera fase de ensayos clínicos de Sinopharm en el país.
Germán Málaga explicó que los voluntarios fueron divididos en tres grupos. A un tercio se aplicó la vacuna producida a partir de la cepa de Beijing, a otro la vacuna elaborada a partir de la cepa de Wuhan y al tercer grupo se le colocó un placebo. Ya se terminó de colocar la segunda dosis a los voluntarios.
El especialista explica que, ahora, lo que sigue es medir la eficacia. Luego de recibir la segunda dosis, los voluntarios deben esperar 35 días. A partir de allí, se va midiendo los contagios con COVID-19. Cerca de 11 mil 800 personas del estudio ya pasaron el umbral de los 35 días.
Cuando la cantidad de contagios entre las personas que participaron en el ensayo clínico llegue a 170, se hará un corte en el estudio, para medir la eficacia y determinar cuántos contagiados recibieron el placebo y cuántos las vacunas. Luego, se realiza una operación matemática simple para medir la eficacia de la vacuna.
Málaga estimó que, en un par de semanas, se puede llegar a los 170 infectados. A inicios de esta semana, 130 personas voluntarios del ensayo tenían un diagnóstico de COVID-19. El lunes 18 de enero, se registraron cinco diagnósticos nuevos.
Germán Málaga informó que los resultados de la eficacia de la vacuna en Perú serán presentados una vez que culmine el ensayo. Aclaró que hay una diferencia entre la eficacia y la efectividad que pueda tener una vacuna. La eficacia se refiere al promedio que se consigue en los ensayos, mientras que la efectividad de una vacuna se ve en el campo. En las vacunas que necesitan condiciones extraordinarias para ser aplicadas, la efectividad podría bajar. Como el caso de Pfizer, cuya vacuna debe refrigerarse a muy bajas temperaturas.
Sobre la seguridad de la vacuna
A diferencia de otros laboratorios, Sinopharm aún no ha publicado un artículo científico sobre los resultados de su vacuna para que sea analizado por sus pares. Germán Málaga atribuye esto a una estrategia, ya que, según el especialista, la farmacéutica china prefirió entregar la información primero al ente regulador, para obtener la autorización. En las siguientes semanas, harán de conocimiento público el informe, señaló Málaga.
Una última encuesta desarrollada por Ipsos para El Comercio detalla el rechazo del 48% de los encuestados a la vacuna contra el COVID-19. Este porcentaje de entrevistados manifestó que no se la aplicaría, así el Ministerio de Salud la apruebe y la distribuya de forma gratuita.
La principal razón que dan los entrevistados contra la vacuna es que "no se conocen todos los efectos secundarios que podría tener en el organismo".
En base a los ensayos clínicos realizados en el Perú, Germán Málaga, asegura que la vacuna es segura, hasta el momento. Indica que cerca del 10% de los voluntarios presentaron reacciones adversas leves a la inoculación como, dolores musculares y de articulaciones y erupciones cutáneas.
Cerca del 10% de los voluntarios presentaron reacciones adversas leves a la inoculación, como dolores musculares y de articulaciones y erupciones cutáneas.
El 11 de diciembre del 2020, el Instituto Nacional de Salud (INS) suspendió momentáneamente los ensayos de Sinopharm en el país. Uno de los voluntarios había desarrollado síntomas relacionados con el síndrome de Guillain-Barré pues presentaba debilidad muscular en sus piernas.
Los ensayos se reanudaron tras concluir que era poco probable que la vacuna causara este síntoma, ya que el síndrome de Guillain-Barré se había registrado en el país antes de la llegada del COVID-19 o de la vacuna contra este virus.