Por Francisca Skoknic (LaBot) y Alberto Arellano (CIPER) | 4 de octubre de 2021
La fortuna del presidente de Chile, Sebastián Piñera, ha sido objeto de numerosas investigaciones periodísticas y reportajes a lo largo de la última década. Gracias a ellos, sabemos de la creación de, al menos, cuatro sociedades en paraísos fiscales de las que él nunca habló abiertamente. Los documentos de Pandora Papers, la filtración publicada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por su sigla en inglés), aporta nuevas piezas para armar el poco transparente rompecabezas de las sociedades offshore del mandatario y su familia.
El pasaporte diplomático del presidente Sebastián Piñera y su esposa Cecilia Morel, además del documento de viajes de su hija Magdalena, están entre los archivos obtenidos por Pandora Papers. Aunque sus nombres se hayan ocultado de la luz pública, los documentos dan cuenta de las gestiones que han debido hacer para responder a los procesos de verificación vinculados a sociedades alojadas en paraísos fiscales. Incluso, en 2017, Piñera tuvo que mandar una cuenta de gas, posiblemente para acreditar domicilio, como se usa en muchos trámites.
Piñera es millonario y sus capitales se mueven en otras ligas. Es en las Islas Vírgenes Británicas donde estuvo alojada desde 1997 Bancard International Investment Inc., la más activa de las sociedades offshore que creó el entonces senador de Renovación Nacional. Su existencia se conoció recién a fines de 2016, gracias a un reportaje de radio Biobío, mientras que en mayo de 2017 CIPER revelaría que además existía una sociedad llamada Bancard International Development Inc. en el mismo paraíso fiscal. La hipótesis de ese reportaje era que el entonces candidato presidencial se estaba desentendiendo de parte de sus negocios al atribuirlos a sus hijos, pero que la línea divisoria no era tan clara. En realidad, él les había ido traspasando su fortuna a lo largo de los años y eran parte del mismo grupo económico.
Ante los cuestionamientos por los activos de sus hijos, al asumir en su segundo gobierno, Piñera recalcó que iría más allá de lo que la ley lo obliga y que sus hijos también crearían fideicomisos ciegos. Sin embargo, estos solo contienen las inversiones en la bolsa chilena y dejan fuera otros activos, como las inversiones en el exterior.
En los nuevos documentos dados a conocer ahora por ICIJ, sus cuatro hijos reconocen que la fuente de sus activos en las Islas Vírgenes Británicas son los negocios de su padre.
Se trata de dos documentos idénticos, en que los cuatro hermanos Piñera Morel debieron declarar ante la empresa que gestiona las sociedades, Overseas Management Company (OMC), el origen de los fondos de Bancard International Investment y de Bancard International Development. El objetivo de la declaración jurada era descartar que el dinero proviniera de fuentes ilícitas. Magdalena, Cecilia, Sebastián y Cristóbal Piñera Morel reconocieron dos fuentes de ingresos: una donación de su padre y los intereses de capital de Bancard –al que denominan “holding familiar”– por la venta de Transbank y Fincard, además de la venta de las acciones de Lan Airlines, Chilevisión, Entel y Antarchile.
Las dos primeras empresas están relacionadas con el origen de la fortuna de Sebastián Piñera en los años ochenta, cuando desarrolló el negocio de las tarjetas de crédito en Chile. En cuanto a Lan y Chilevisión, su venta se produjo en 2010, luego de asumir su primer periodo en La Moneda, presionado por los conflictos de interés que le generaban sus negocios en la Presidencia. Además, la declaración jurada contradice un comunicado de prensa emitido por la oficina de Sebastián Piñera luego de que en 2017 CIPER revelara la existencia de Bancard International Development Inc., según el cual esa sociedad no habría tenido activos en 2010.
Tras el revuelo causado por la aparición de una nueva sociedad en un paraíso fiscal que no había sido informada, el comunicado de Piñera afirmó que la sociedad no tenía activos desde 2009, un año antes de que, según lo declarado por los hermanos Piñera Morel, recibiera parte de lo recaudado por la venta de Lan y Chilevisión. “Bancard International Development es una sociedad legal y legítimamente constituida. Ha cumplido con todas las obligaciones legales que la afectan. No posee activos ni presenta movimientos desde 2009. Sus acciones son de propiedad de Mediterráneo Fondo de Inversión Privado, fondo en el cual ni Sebastián Piñera, ni Cecilia Morel tienen participación alguna”, decía el comunicado en mayo de 2017.
Para este reportaje, se envió una carta con preguntas al presidente Piñera, quien derivó las consultas a Nicolás Noguera, gerente general de Inversiones Odisea, el family office de los Piñera. Respecto a este punto, Noguera señaló que “la aparente contradicción no existe y puede deberse al hecho de que OMC exige que sus clientes le envíen una declaración sobre la fuente de sus fondos respecto de todas las compañías que gestiona, aunque esas compañías no tengan inversiones o realicen negocios”. Añadió que la declaración menciona en general el origen de los recursos de la familia, incluyendo la venta de Lan y Chilevisión, por lo que según él no implican un reconocimiento de que la sociedad haya tenido activos o inversiones, insistiendo en que Bancard International Development no maneja inversiones desde 2009.
Aunque según la versión de Noguera la información es incorrecta, los documentos son claros sobre ese punto. En ellos los hermanos Piñera Morel declaran “bajo juramento” que “los fondos utilizados para financiar la compañía Bancard International Development representan fondos obtenidos por el abajo firmantes de las siguientes fuentes”, las que se detallan a continuación (lea ese documento acá).
Los documentos de Pandora Papers abren otra interrogante: ¿Por qué Piñera tuvo que enviar recientemente su pasaporte diplomático (emitido en 2014, después de que terminó su primer gobierno) y una cuenta de gas a OMC, si se supone que las sociedades son de sus hijos?
Sobre este punto, la respuesta de Noguera fue que la participación Piñera era minúscula e indirecta, pero que OMC exige evidencia de existencia y domicilio de todos los beneficiarios finales de las sociedades, sin importar su porcentaje de participación: “Él señor Piñera tuvo hasta marzo de 2017 un interés residual e indirecto de menos de 0,0000003% en Bancard International Development a través de entidades chilenas no controladas, y puede haber sido incluido en algunas declaraciones como beneficiario final sólo para ser lo más transparente posible y para hacer más expedito el proceso de liquidación de esa entidad”.
Odisea, el vehículo principal
Las cuotas del FIP Mediterráneo, dueño de Bancard International Development según el comunicado de 2017, eran propiedad de Inversiones Odisea, de acuerdo con la última información pública. En Odisea los hermanos Piñera Morel tenían en mayo de 2017 directamente el 39,6% de participación (Sebastián Piñera les traspasó su parte en marzo de 2010, antes de asumir la Presidencia) y otro 60,1% a través de Inversiones La Ilíada. Esa estructura ha cambiado desde entonces, pero sigue en manos de los Piñera Morel, sólo que ahora de manera directa y a través de Inversiones Bancorp Limitada, donde cada uno tiene un 25% (de esta sociedad Sebastián Piñera y su esposa se retiraron en junio de 2017).
En cuanto a Bancard International Investment, se sabía que había estado activa al menos hasta 2016, cuando Biobío reveló que invertía en la pesquera peruana Exalmar. Poco después, CIPER detectó inversiones en el exterior por US$1.800 millones, en países como Perú (aeropuertos e Inca Kola, entre otros), Argentina (Central Costanera) y Colombia (controlaba la Bolsa).
Los documentos de Pandora Papers dan cuenta de que, si bien Bancard International Investment también fue propiedad del FIP Mediterráneo, en 2014 fue transferida a Inversiones Odisea por US$139,4 millones. Un traspaso de una mano a otra de los Piñera Morel, lo que se refleja gráficamente en que las firmas de quienes representan a la compradora y a la vendedora son las mismas en el contrato.
Ambas sociedades domiciliadas en las Islas Vírgenes Británicas dejaron de operar en 2018. El 12 de abril de ese año la Virgin Islands Official Gazette publicó que Bancard International Development había sido objeto de un proceso de liquidación voluntaria y fue disuelta el 20 de marzo de 2018 por Nicolás Noguera. Bancard International Investment, por su parte, fue removida del registro de compañías de BVI el 20 de abril del mismo año, luego de que se fusionara y fuera absorbida por Inversiones Odisea.
La consecuencia de esta absorción es que las inversiones del grupo Piñera que estaban en manos de Bancard International Investment ahora aparecen a nombre de Odisea, como ocurre por ejemplo en Exalmar o la Bolsa de Colombia. De este modo, Inversiones Odisea es hoy el principal vehículo de inversión en el extranjero de los Piñera.
¿Para qué se utilizaron las ahora desaparecidas sociedades en BVI? Según explicó Noguera en su respuesta, fueron útiles porque “sus documentos constitutivos están en idioma inglés y son ampliamente reconocidos por bancos e instituciones financieras en todo el mundo, de forma que facilitan la apertura de cuentas y la realización de transacciones en el mercado” y porque “las acciones de dichas sociedades están registradas y por lo tanto es posible declarar a bancos e intermediarios quiénes son sus propietarios directos y quiénes son sus beneficiarios finales”.
No era la opinión que daba a conocer públicamente Piñera en 2016, cuando dijo en Ecuador que «es muy importante que los paraísos fiscales desaparezcan. Muchas veces los paraísos fiscales se utilizan para actividades reñidas con la ley y con la moral, como lavado u ocultamiento de dineros que provienen del narcotráfico o del crimen organizado, o se utilizan para evadir impuestos». Al conocerse que él mismo tenía sociedades en jurisdicciones opacas y de nula tributación, se defendió en el programa Tolerancia Cero con una de sus analogías: “Lo que yo digo ahí lo mantengo 100% hoy día, los paraísos fiscales son como un bisturí: un bisturí se puede usar para operar, y es muy bueno, o se puede usar para degollar”.
Las dudas sobre los impuestos
Una duda que abre la declaración jurada de los hermanos Piñera Morel es si se pagaron impuestos por la donación que dicen que les hizo su padre. Los registros públicos en Chile muestran que les ha ido traspasando participación en sus sociedades y se simulan aportes millonarios de los hijos desde que eran niños, pero no hay información de que hayan pagado el oneroso impuesto a las donaciones, que llega hasta el 25%. El traspaso de participaciones en sociedades de padres a hijos es una práctica común entre los grandes empresarios y equivale a entregar una herencia en vida, que también pagaría hasta 25% en impuestos. En el caso de los Piñera Morel, este mecanismo se ha utilizado también para los nietos del Presidente, que desde muy temprana edad figuran como accionistas de algunas empresas.
Noguera no respondió en específico la pregunta sobre el impuesto a las donaciones, pero en términos generales señaló que “las inversiones que en el pasado fueron propiedad de las sociedades incorporadas en BVI mencionadas anteriormente, fueron adquiridas con aportes de capital y préstamos de personas y entidades domiciliadas en Chile, todas las cuales pagaron a tiempo todos los impuestos aplicables sobre sus ingresos y utilidades, en cumplimiento con las leyes de Chile”.
La afirmación puede ser relativizada por la información de una investigación de El Desconcierto, que reveló en diciembre de 2019 que el Servicio de Impuestos Internos (SII) detectó anomalías tributarias por la transferencia, a título gratuito, de US$ 96 millones desde Bancard Inversiones Limitada en Chile a Bancard International Investment en las Islas Vírgenes Británicas en 2015, además de otros US$440 millones a distintas sociedades en esa jurisdicción y en Luxemburgo (otro paraíso fiscal), en fechas que no se especifican.
Esa publicación gatilló que la Cámara de Diputados y Diputadas abriera una comisión investigadora para pesquisar los movimientos de Piñera en paraísos fiscales, la que aún no ha terminado su trabajo. Comenzó a sesionar en enero de 2020, pero se detuvo en marzo de ese año, cuando empezó la pandemia. Alcanzó a recibir al director del SII, Fernando Barraza, quien reconoció que se había detectado una inconsistencia tributaria, pero le bajó el perfil (Barraza acaba de ser confirmado por el mismo Piñera en su cargo). El director del SII dijo que las sociedades en paraísos fiscales de la familia Piñera Morel habían sido informadas por el propio contribuyente (algo que ya había declarado en otra comisión investigadora tres años antes) y que en una fiscalización se habían “levantado observaciones sobre operaciones transfronterizas”, por lo que la empresa debió pagar los impuestos adeudados, aunque se le condonaron parte de los intereses.
En cuanto a la sociedad en Luxemburgo mencionada más arriba, se trata de Inversiones Eneida S.à r.l., SPF era controlada por Odisea, la que a su vez era controlada por La Ilíada. Así se conformaba la triada de relatos grecolatinos de Piñera. Eneida llegó a tener 109 millones de euros en activos en 2016, pero, según su último balance, la cifra bajó a 20 millones de euros en 2017. La liquidación voluntaria se produjo en noviembre de 2018, de acuerdo a los documentos públicos de Luxemburgo.
De Panamá a las Islas Vírgenes Británicas
El Parque Tantauco, en Chiloé, es uno de los proyectos favoritos de Sebastián Piñera. Es además el que le aporta una imagen de preocupación por la naturaleza y el entorno. Pero la adquisición de los terrenos no fue una compraventa tradicional. La historia la relató The Clinic en 2017, que reveló que el anterior dueño, Jeremias Henderson, había comprado las 118 mil hectáreas en 1997 a través de una sociedad en Alabama llamada Continental Pacific LLC. Cuando siete años más tarde se las vendió a Piñera, la operación se realizó fuera de Chile para evitar el pago de impuestos.
Para ejecutar la compra, Piñera encargó en Panamá al abogado Rolando Candanedo Navarro –experto en armar empresas de papel para terceros– la creación de Parque Chiloé Overseas Inc., una sociedad que emitió acciones por US$3 millones y que colgaba de Bancard International Investment Inc. La nueva sociedad pasó a ser la dueña de Forestal Hawarden, la sociedad de Henderson en Chile, que luego fue rebautizada como Parque Chiloé S.A.
La aparición del chiche ecologista de Piñera en los Pandora Papers se explica por dos operaciones que realizó pocos días antes de asumir su segundo mandato, el 11 de marzo de 2018. El primer paso fue mudar a Parque Chiloé Overseas Inc. desde Panamá hasta las Islas Vírgenes Británicas. Para ello Candanedo debió certificar que las leyes permitían que Parque Chiloé continuara existiendo en otras jurisdicciones, incluyendo BVI. El 19 de febrero de 2018 se hizo una junta de accionistas que autorizó el traslado a BVI, donde quedó bajo la dirección de Overseas Management Company (OMC), al igual que las otras dos sociedades que Piñera tenía en ese paraíso fiscal.
Luego, cuatro días antes de asumir la Presidencia, el 7 de marzo de 2018, una junta de accionistas de Parque Chiloé S.A. en Chile aprobó su fusión por absorción de Parque Chiloé Overseas Inc (BVI). Como esta última era la dueña del 99,97% de la primera, se aprobó también que las acciones pasaran a Inversiones Odisea, que a su vez era la dueña de Parque Chiloé Overseas Inc. Según explicó Noguera, el traslado de la sociedad desde Panamá a BVI se hizo .
La escritura que sella la operación guarda una inconsistencia que no se explica: aunque Parque Chiloé S.A. era el único activo de Parque Chiloé Overseas y esta última tenía un capital de $3.750 millones, tras la absorción Parque Chiloé S.A. quedó con un capital de $2.373 millones. ¿Qué pasó con la diferencia? Misterio.
Lo que sí parece claro es que la operación fue el primer paso de la estrategia de Piñera de deshacerse de sus cuestionadas sociedades offshore. Bancard International Development y Bancard International Investment, en BVI, así como Eneida en Luxemburgo, serían liquidadas en los meses siguientes.