En 1995, la Organización Mundial de la Salud (OMS) instituyó cada 10 de Octubre como el Día Mundial de la Salud Mental, con el fin de visibilizar trastornos y enfermedades en la población; erradicar mitos y estigmas, además de tomar conciencia de la importancia de no guardar silencio en momentos de depresión, ansiedad y estrés.
Sin embargo, con la llegada del COVID-19, estas enfermedades son más visibles, debido al confinamiento social y pueden desencadenar en decisiones y conductas peligrosas de los afectados, si no se diagnostican o se tratan a tiempo.
Han pasado 25 años desde que se instituyó esta fecha y, a pesar de los esfuerzos por reconocer la salud mental como un tema de suma importancia, aún existen personas que viven en silencio por temor a ser señaladas.