La noticia del presunto plagio encontrado en la tesis del presidente Pedro Castillo y la primera dama, Lilia Paredes, que presentaron juntos para obtener el grado académico de maestros por la Universidad César Vallejo (UCV), destapó la poca rigurosidad del centro de estudios controlado por el excandidato presidencial César Acuña. Y a la baja calidad de los trabajos académicos, se suma otro factor: la cantidad masiva de tesis producidas, por millares, que investigadores consultados para este informe consideran inconcebible.
Según el Registro Nacional de Trabajos de Investigación (Renati), la UCV registra 83.788 tesis de pregrado y posgrado. Pero si esta cifra ya se dio a conocer en distintos medios de comunicación, otro número que genera alarma es el de las investigaciones supervisadas por los asesores de tesis de este centro universitario. Entre los 10 asesores más "prolíficos" del sistema educativo peruano, seis son de la Vallejo y, en conjunto, suman 2.399 tesis asesoradas.
De hecho, el primero puesto lo tiene el profesor de posgrado de dicha universidad, Santiago Aquiles Gallarday Morales, cuyo nombre aparece en 462 investigaciones académicas como asesor.
“Necesitarías dos o tres vidas para hacer algo así, porque asesorar una tesis supone acompañar procesos de investigación que requieren atención, tiempo, dedicación y trabajo continuo”, afirma Miguel Sánchez Flores, maestro en Historia del Arte y Curaduría por la PUCP, al ser consultado por los elevados números de Gallarday.
Los otros colegas de Gallarday en la Vallejo son Luis Alberto Núñez Lira (docente de posgrado, 445 asesorías), Noel Alcas Zapata (docente de posgrado, 405), Fernando Eli Ledesma Pérez (docente investigador, 390), Olenka Espinoza Rodríguez (docente de pregrado, 374) y Felipe Guizado Oscco (docente de investigación, 321).
Marcel Velázquez Castro, doctor en Literatura Latinoamericana por la Universidad Andina Simón Bolívar, comparte una opinión similar sobre la abultada cifra acumulada por tan solo seis docentes de la César Vallejo. "Tengo 20 años de experiencia en San Marcos y en la PUCP, y en toda mi trayectoria he asesorado solo 21 veces. Pero las 21 tesis las recuerdo y he visto su crecimiento paso a paso. Si se hace una asesoría con seriedad, es imposible llegar a esos números", acota.
Por su parte, el médico salubrista Percy Mayta-Tristán, director de Gestión de Proyectos y Promoción de la Investigación de la Universidad Científica del Sur, considera que un asesor de tesis “tan productivo” como Gallarday Morales, o sus colegas vallejianos, debería ser un investigador constante. Es decir, que publique artículos académicos con frecuencia en revistas científicas de alta calidad.
Sin embargo, Convoca.pe pudo verificar que el profesor de posgrado en la UCV solo posee un artículo en Scopus, una base de datos de revistas científicas indexadas por sus altos estándares y porque han pasado revisiones. “Solo tiene un artículo en una revista Q4, que es de las de menor nivel en Scopus”, afirma Mayta-Tristán, quien además es doctor en investigación clínica y traslacional.
Si un artículo que se deriva de una tesis se publica en una revista indexada por Scopus, quiere decir que es una validación de la calidad de la investigación. “A partir de Scopus se generan los ránkings de universidades en el mundo, por eso es un buen indicador'', comenta Mayta-Tristán.
Convoca.pe corroboró si el prolífico grupo de asesores de tesis de la Universidad César Vallejo, que figuran entre los diez primeros puestos del Renati, poseen artículos indexados en Scopus y los resultados fueron tan magros como los de Gallarday Morales, salvo una excepción: Luis Alberto Nuñez Lira, docente de posgrado. Este profesional posee 20 artículos indexados a la plataforma, pero 14 de estos los hizo en calidad de investigador de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, casa de estudios en la que también es profesor.
En cambio, sus colegas en la UCV presentan los siguientes resultados en Scopus: Noel Alcas, dos artículos; Fernando Ledesma, cuatro artículos; Olenka Ana Espinoza Rodríguez, cero trabajos; y Felipe Guizado Oscco, dos investigaciones.
Tesis de baja calidad
“Un alto número de tesis no es un indicador de calidad en investigación de una institución”, advierte Mayta-Tristán. Con este criterio, el académico realizó un cuadro comparativo que arroja que el ratio de la UCV, entre publicaciones aparecidas en Scopus y sus tesis registradas en Renati, es de 0,02 para 2021. En contraste, el de la Universidad Nacional de San Marcos es de 0.76. “Asumimos que muy pocas de esas tesis son de alta calidad”, acota el investigador.
En 30 años de vida institucional, la Universidad César Vallejo (83.788) tiene aproximadamente cuatro veces más producción de tesis que la Pontificia Universidad Católica del Perú en 100 años (18.580) y que la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en 450 años (17.430).
Marcel Velázquez cree que debe hacerse una investigación a fondo de lo que ha venido ocurriendo por décadas en el sistema educativo peruano. “Las universidades han estado ofreciendo maestría y doctorados de muy baja calidad. Casi escuelitas, en las que se ha permitido que los alumnos se gradúen, obtengan los grados de magíster y doctor, con tesis insignificantes, que poca contribución han hecho a su campo académico”, declara.
Para Velázquez, la investigación no solo debe ser original, sino que debe contribuir a su campo disciplinario mediante interpretación de procesos socioculturales, comprensión de fenómenos políticos o solución de problemas tecnológicos o científicos.
En ese sentido, critica que el marco teórico se haya convertido “en un copia y pega de algunas citas inconexas y acumulativas” como se presenta en muchas tesis de posgrado en universidades cuestionadas. "Son meramente descriptivas, son tesis en las que se establecen dos variables y se busca vincular que efectos tiene uno sobre la otra”, dice el académico al ser consultado por el título de una tesis de maestría de la UCV.
“Uso del celular y rendimiento académico en estudiantes de la escuela profesional de derecho, universidad nacional Pedro Ruiz Gallo Lambayeque” es el trabajo de una abogada y educadora que posee dos grados como magíster (uno en la UCV) y otro como doctora (en la UCV).
“Eso no es ningún aporte significativo al conocimiento”, opina el profesor de la Universidad San Marcos sobre el tema de tesis. En esta línea, Percy Mayta-Tristán señala que este tipo de investigaciones es de "tesis a granel”. “Cambian solamente el lugar, pero aplican los mismos instrumentos de estudio", sostiene.
Miguel Sánchez Flores, catedrático de la PUCP, sostiene que si bien una tesis de licenciatura puede ser descriptiva, una investigación de maestría y doctorado “exige un mayor nivel de complejidad que tiene que ver con vincular e interpretar una nueva lectura”.
Sin embargo, el error no recae únicamente en el profesional que cursa el posgrado. “Hay que decir que hay una responsabilidad del asesor. Él participa dirigiendo el trabajo y es el primer filtro académico. Si el asesor no da un visto bueno, esa tesis no va a un jurado de tesis. En las universidades serias, el trabajo del asesor y el tesista puede tomar un año, o más, en un nivel de maestría. Y en el trabajo doctoral, aún más”, agrega Marcel Velázquez.
Procesos rigurosos
Velázquez explica a Convoca.pe el proceso que un profesional debe seguir para optar un grado de magíster o doctor en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Una vez entregada la tesis, esta se somete a la revisión de un software llamado Turnitin. “El Turnitin no mide el plagio, lo que identifica son semejanzas textuales y hay que hacer una interpretación de eso para poder inferir si hay plagio y en qué porcentaje”, precisa el académico.
Luego de comprobar que no tenga más de 10% de semejanzas textuales, el trabajo es revisado por otros dos profesores que no han participado en el proceso de asesoría. Después, realizan un informe y, de ser positivo, el trabajo se deriva al jurado de grado. Finalmente, se defiende públicamente la tesis ante cuatro profesores y, en caso de aprobar la sustentación, se confiere el grado académico correspondiente.
En el caso de la tesis de Pedro Castillo en la Universidad César Vallejo, según el dominical Panorama, el Turnitin arrojó un porcentaje de 54% de semejanzas. Asimismo, el citado medio afirmó que 26 páginas del trabajo que presentó en coautoría con su esposa Lilia Paredes eran copias enteras de otros autores.
“Si usted no cita y su asesor no repara, no es plagio”, señaló Eduardo Pachas, abogado del presidente ante la prensa.
En el caso de pregrado, los pasos para aprobar una tesis son parecidos, pero no idénticos. Mayta-Tristán explica que en la Universidad Científica del Sur el trabajo también pasa por el Turnitin, que no debe arrojar más de 10% en semejanzas, y en la facultad de la carrera se realiza una revisión metodológica. Si se aprueba esta primera etapa de la tesis, pasa al Comité de Ética donde se evalúa la protección de los sujetos de investigación. Para la sustentación, el aspirante debe tener la venia del asesor y de la facultad.
Convoca.pe se comunicó con la Universidad César Vallejo, a fin de contrastar el proceso que la casa de estudios ha seguido para aprobar las más de 80 mil tesis que contiene su repositorio. Sin embargo, el director de Comunicaciones de la UCV, Jair Eduardo Ramírez, afirmó que por el momento el vicerrector de Investigación, Jorge Salas Ruíz, no brinda entrevistas.
Contrarreforma a la investigación
El último 4 de mayo, el Pleno del Congreso aprobó en segunda votación una modificación a la conformación del Consejo Directivo de la Superintencia Nacional de Educación Superior (Sunedu), que la comunidad académica ha calificado como un ataque certero contra la reforma universitaria. Bajo el pretexto de "restablecer la autonomía" de la entidad, el Parlamento decidió incluir en este órgano de decisión a tres representantes de las universidades públicas y privadas, entre los siete directores que tendrá.
Así, se volvería a una figura similar a la de la extinta Asamblea Nacional de Rectores (ANR), instancia donde las universidades eran juez y parte del sistema de evaluación y donde los marcados conflictos de interés no permitían asegurar estándares mínimos de calidad.
A la luz de las recientes informaciones sobre las tesis publicadas en años anteriores, especialistas consultados por Convoca.pe consideran que esta medida abre las puertas al “fraude académico” y la “informalidad” de algunas universidades.
“Se han dedicado a engañar y a estafar a los sectores menos informados de nuestra sociedad. Esto revela la informalidad (...), pues [ese antiguo sistema] es una manera de llegar a los grados [académicos] sin necesidad de elaborar un trabajo académico que lo valide”, opina Marcel Velázquez.
“Pensar en la institución educativa como un negocio, ver al estudiante como un cliente, lo que importa [para estas universidades] es que la gente se titule como sea. Precisamente porque hay una lógica bien pragmática de la educación, sobre todo de aquellas universidades donde hay muchos estudiantes, donde hay una mirada poco rigurosa en todos los procesos de investigación”, concluye Sánchez Flores.