La muerte de Alberto Fujimori: El fin de una vida política de denuncias y sentencias judiciales

El expresidente Alberto Fujimori falleció este miércoles 11 de septiembre a los 86 años de edad tras una serie de complicaciones en su estado de salud. La noticia fue confirmada por su hija, Keiko Fujimori, quien a través de su cuenta en X informó que su padre enfrentó “una larga batalla contra el cáncer”.

El congresista y médico de cabecera del ex mandatario, Alejandro Aguinaga, salió del domicilio de Keiko Fujimori horas antes de confirmarse la noticia del fallecimiento de Fujimori Fujimori señalando que se encontraba “luchando en compañía de los profesionales que lo atienden”. 

Tuit publicado por la excongresista Keiko Fujimori, confirmando la muerte de su padre. Foto: X

Alberto Fujimori estuvo viviendo en casa de su hija Keiko luego que el Tribunal Constitucional restituyera el indulto humanitario que fuera anulado por el Juzgado Supremo de Investigación Preparatoria de la Corte Suprema en 2018, al considerar que el beneficio otorgado en la navidad de 2017 por parte del entonces presidente Pedro Pablo Kuzcynski carecía de efectos jurídicos. 
 

En diciembre de 2023, Alberto Fujimori dejó su prisión en la sede policial de la Diroes donde cumplía la condena de 25 años en su contra por los casos La Cantuta, Barrios Altos y secuestros en los sótanos del Servicio de Inteligencia. 

Fujimori cumplía condenas por los casos: pago de CTS a Vladimiro Montesinos, congresistas tránsfugas y compra de líneas editoriales, allanamiento ilegal a la casa de la esposa de Montesinos y el caso “diarios chicha”. 

En julio de este año el Congreso de la República aprobó la restitución de la pensión vitalicia que le corresponde a los exmandatarios por haber ejercido el cargo de presidente de la República, un beneficio que -según algunos especialistas- no le correspondía por la condena que pesaba en su contra. 

Fujimori también buscaba ser beneficiado por la aplicación de la ley que precisa los alcances de los delitos de lesa humanidad y crímenes de guerra, buscando que se lo exima del juicio por el caso Pativilca - La Cantuta y el de esterilizaciones forzadas cuyo cuadernillo de extradición fue recientemente aprobado por la justicia chilena. 
 

Fujimori en una de las audiencias judiciales en su contra. Foto: Agencia Andina

El autogolpe, la fuga y la extradición 

La vida política de Alberto Fujimori estuvo siempre vinculada a situaciones judiciales y extremas. El 5 de abril de 1992 ejecutó un autogolpe de Estado, disolviendo el Congreso e interviniendo el Poder Judicial, el Ministerio Público y los medios de comunicación. 
A partir de ese momento la relación entre Fujimori y su asesor Vladimiro Montesinos se haría más fuerte con la intención de perpetrarse en el poder, consumiendo para ello un fraude electoral, compra de líneas editoriales de medios de comunicación, entre otros hechos que fueron investigados tanto por la fiscalía como por el Congreso de la República. 

Conoce más en Memorias de la Corrupción: Archivo Recuperado: Alberto Fujimori

En noviembre de 2000, Fujimori viajó a una actividad luego que se conocieran los primeros “vladivideos” que confirmaban la compra de congresistas y se ordenara la captura de Vladimiro Montesinos, a la vez que anunció el adelanto de elecciones. De Brunei, lugar donde tenía su primer destino, se trasladó a Japón desde donde renunció a la presidencia vía fax. En ese momento el congreso rechazó la renuncia y declaró la vacancia por permanente incapacidad moral. 

Su gobierno fue objeto de una serie de investigaciones de diversas comisiones congresales, lideradas por legisladores como Mauricio Mulder y Javier Diez Canseco. 

En septiembre de 2007, Fujimori fue extraditado de Chile país donde viajó dejando su refugio en Japón, fue ahí donde empezó el proceso judicial por los casos La Cantuta y Barrios Altos donde finalmente fue sentenciado a 25 años de prisión. 

La muerte de Alberto Fujimori cierra uno de los capítulos de la historia política reciente en Perú, donde la presencia de su apellido ha sido constante desde que el líder histórico del fujimorismo asumió la presidencia en 1990, ganándole a un reconocido escritor como Mario Vargas Llosa hasta el papel de su hija en las tres elecciones recientes y el rol de su partido en las difíciles coyunturas nacionales.