La desnutrición es un enemigo silencioso que causa daños físicos e intelectuales para toda la vida, cuando afecta en la primera etapa del crecimiento de las personas. En el planeta, hay alrededor de 200 millones de niños menores de cinco años que padecen desnutrición crónica, según estimaciones especializadas.
Durante décadas, los pueblos indígenas han luchado contra este tipo de enemigo. Y este año, a la desnutrición, la pobreza y la anemia, se ha sumado el COVID-19. A pesar de los esfuerzos por combatir esta enfermedad, las altas cifras de decesos reflejan el nivel de la tragedia.
En las últimas décadas, el Perú ha logrado avances significativos en reducir la desnutrición crónica infantil del 28.5 % en el 2007 al 12.2 % en el 2019. No obstante, la situación de los pueblos indígenas continúa siendo de extrema vulnerabilidad debido al poco acceso que tienen a centros de salud.