El método más efectivo para conocer si una persona está o no contagiada con el virus del Covid-19 es realizando una prueba molecular. Por ello, desde el comienzo de la pandemia, este procedimiento se volvió más importante y en todas las regiones se implementó, al menos, un laboratorio para procesar las muestras, con reactivos especiales que el Instituto Nacional de Salud (INS) compra y distribuye. Sin embargo, este año, los laboratorios regionales sólo usaron el 40% de los kits que recibieron.
Esta deficiencia es una muestra de la pésima labor que está realizando el Estado para conocer cómo avanza el Covid-19 en las regiones, según explicó el director del laboratorio de biología Molecular de la Universidad Nacional de San Agustín (Unsa), Jorge Ballón Echegaray.
“El problema es que, al pasar la ola, se piensa que el virus se ha ido y descuidamos su control. La quinta ola se inició hace unas semanas, pero el gobierno sigue en negación porque no hay datos certeros del incremento de casos. Y sólo se obtienen haciendo pruebas moleculares. Y, para conocer el tipo de variante que predomina en las regiones, es más importante el secuenciamiento genómico. Con este conocimiento, podríamos aplicar mejores tratamientos a los pacientes, dependiendo de la variante”, añade Ballón.
Para el epidemiólogo Antonio Quispe Gutiérrez, si bien las pruebas antígenas dan buenos resultados, el problema es que tienen un margen de error. “Una antígena puede dar un falso negativo. Por ejemplo, si tienes Covid y eres asintómatico, puedes dar negativo a una prueba y contagiar a toda tu familia. La importancia de las pruebas moleculares es que son efectivas y permiten indicar si una persona tiene o no el virus. El problema es que los puntos donde se obtenían muestras fueron cerrados. El gobierno ya anunció que volverán a activarlos. Con esto, retomarán las pruebas que no tomaban hace tiempo”, añade.
Kits que no se usan
En diciembre de 2021, el INS realizó la primera gran compra de kits para detección molecular que se enviarían a los 28 laboratorios de referencia implementados en las regiones, que están a cargo de los gobiernos regionales y de las direcciones de Salud.
La adquisición se encargó a la Central de Compras Públicas (Perú Compras), institución que realizó dos adjudicaciones para comprar un millón de kits de detección molecular del Covid-19. La inversión fue de más de S/ 27 millones y fueron distribuidos a los laboratorios regionales y a algunos del INS ubicados en Lima. La segunda compra se realizó en julio de este año. Esa vez se compraron 642 459 kits de detección molecular y, nuevamente, se distribuyeron a los laboratorios regionales y a los que el INS tiene en Lima. Y las últimas dos compras se realizaron el mes pasado, de 607 mil kits, los cuales ya están siendo distribuidos.
En 2022, los laboratorios de referencia ubicados en las regiones contaron con kits. La región con más unidades es Junín, con 115 mil kits. Luego están La Libertad y Cajamarca, que han recibido 104 mil kits cada una. Las menos favorecidas fueron Huancavelica y Pasco, que apenas recibieron 4 mil kits cada una.
A pesar de contar con una buena dotación de estos insumos, las regiones no los usan. Por ejemplo, de las 115 mil pruebas que Junín recibió, apenas usaron 35 844; Cusco usó solo 26 460 de las 84 mil que se les entregó; Ica, apenas 12 mil de las 74 mil recepcionadas; y hasta Piura, que recibió 88 mil kits, solo usaron 32 288.
Durante meses, la cantidad de muestras procesadas por los laboratorios de referencia ha sido muy reducida, si se compara con las que procesaron durante la tercera ola, entre diciembre de 2021 y febrero de 2022. En la región Huánuco no se procesan muestras desde marzo, a pesar de que en diciembre de 2021 recibieron 50 mil kits y en noviembre del mismo año otros 4 mil. En Pasco, se abandonó el procesamiento molecular desde febrero y se retomó hace seis semanas, luego de que se conoció el incremento de casos en el país.
El especialista Antonio Quispe explica que, como todo producto médico, los kits de detección molecular también tienen fecha de vencimiento. “Si no los usan, pueden terminar como desecho”, advierte. Sin embargo, no hay informes oficiales que evidencien que los laboratorios han dejado vencer pruebas moleculares.
Salud en silencio
Para conocer por qué no se están usando las pruebas, solicitamos entrevistas al INS, a través del área de Imagen Institucional, pero nos derivaron con el Ministerio de Salud. También se consultó a los gerentes de Salud de las regiones de Cusco, Puno, Piura y Loreto, pero no respondieron a las llamadas telefónicas ni a los mensajes que les dejamos por Whatsapp.
El gerente de Salud del Gobierno Regional de Arequipa, Christian Nova Palomino, se excusó de responder señalando que no tiene control sobre la toma de muestras ni sobre su procesamiento en el laboratorio de referencia de Arequipa. “Lo he solicitado a los médicos, pero ellos sólo hacen caso al Minsa. La política nacional es que no se procesen muchas muestras con el procedimiento molecular. Eso genera desorden. Por eso, cuando se levantaron las restricciones de la pandemia, todos tiraron la toalla. Por eso, no se envían al laboratorio. Ahora, no tengo informes que indiquen que se hayan vencido las pruebas, pero haré la consulta”, manifestó.
Nova señaló que el laboratorio en Arequipa no tiene suficientes equipos ni personal para procesar todos los kits que el INS les envía. “No es que sólo necesitamos el reactivo. También necesitamos los insumos y equipos. Por eso, hemos firmado un convenio con la Unsa. Sólo, el laboratorio regional procesa no más de 400 muestras a la semana. Con la UNSA, podemos llegar a mil”, añadió.
También se abandonó el secuenciamiento genómico
El especialista Antonio Quispe señala que otro aspecto de la lucha contra el Covid-19 es conocer cómo va mutando en el país y en cada región, porque diversas condiciones hacen que el virus cambie y tenga un matiz distinto en Lima que en Arequipa o Cusco.
El método para conocer estos cambios en el virus es realizar un secuenciamiento genómico; separar el ADN del virus para estudiar sus cambios específicos. A partir de allí, se pueden anunciar nuevas variantes, como la Omicron de la tercera ola.
“El secuenciamiento genómico es muy importante. Con este, además, podríamos saber cómo tratar a los pacientes infectados, porque cada variante genera síntomas diferentes”, explica el médico Jorge Ballón, quien hasta enero de este año dirigía el secuenciamiento genómico en los laboratorios de la UNSA, una de las pocas instituciones que cuenta con los equipos para realizar estos estudios.
Ballón señala que tenían un convenio con la Universidad Peruana Cayetano Heredia, que les permitía contar con reactivos para realizar el secuenciamiento, pero este se acabó en enero. Desde 2021 pidieron el apoyo del gobierno regional de Arequipa, pero ya pasó más de un año y no les entregan presupuesto.
Sobre esto, el gerente de Salud en Arequipa aseguró que en su primera gestión, finalizada en noviembre de 2021, estuvo gestionando la transferencia de medio millón de soles al laboratorio de la Unsa, pero se truncó. “No sé qué hicieron los gerentes que me sucedieron, pero ya retomé eso y, antes de fin de año, debe realizarse la transferencia para reiniciar el secuenciamiento en Arequipa”, dijo.
De acuerdo con el presidente ejecutivo del INS, Víctor Suarez Moreno, que declaró ayer en conferencia de prensa organizada por el Minsa, en el país, aparte del laboratorio del INS hay otros tres: en Cusco, Piura y Junín. Aceptó que, debido a la disminución de los contagios, se redujo la cantidad de muestras secuenciadas, a apenas 473 semanales, pero anunció que retomarán este procedimiento. Además, incrementarán los puntos para tomar muestras del virus.