Cuatro días después de que estallara el escándalo internacional por las declaraciones de la presidenta del Congreso de la República, María del Carmen Alva, contra el presidente Pedro Castillo, en un evento internacional parlamentario en Madrid, surge un nuevo episodio del conflicto entre el Ejecutivo y Legislativo en el escenario internacional, pero ahora involucra a un estado latinoamericano, México, y a su presidente Andrés Manuel López Obrador.
El último lunes 13 de diciembre, el mandatario mexicano, también conocido por el acrónimo de AMLO, dijo a la prensa de su país que envió al Perú una comitiva de funcionarios del Ministerio de Hacienda, del Ministerio de Bienestar y de la Cancillería, para asesorar a su homólogo Pedro Castillo sobre programas sociales.
"Aprovecho para decirles que fue el Secretario de Hacienda a Perú a apoyar en lo que podamos al Gobierno del Perú, que está atravesando por una situación difícil", declaró López Obrador en su habitual conferencia matutina desde el Palacio Nacional de México. Con esto, también se refirió a la moción de vacancia presidencial del Congreso peruano que, días antes, había sido archivada.
“Nos pidió apoyo el presidente [Castillo], que enfrenta toda una campaña en contra, mediática, además, alentada en la inflación. Plantean que es por incapacidad", señaló AMLO.
Las declaraciones del mandatario mexicano provocaron que el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso peruano, Ernesto Bustamante, del partido Fuerza Popular, afirmara que las actividades realizadas por la representación mexicana "constituyen una clara intromisión en los asuntos internos del Perú".
Por ello, Bustamante envió al ministro de Relaciones Exteriores, Óscar Maurtua, un oficio, de forma individual y sin acuerdo de los integrantes de la comisión parlamentaria, en el que pide al canciller “información sobre la relación nominativa de los funcionarios mexicanos que arribaron al Perú en dicha misión y que detalle las actividades específicas que realizaron” en el país.
La reunión no fue secreta o no planificada. Según el calendario de actividades del mandatario peruano, publicado en la web de la Presidencia de la República, el encuentro se realizó en el Palacio de Gobierno, el pasado miércoles 8 de diciembre, a las 4 de la tarde, y duró dos horas. En la reunión participaron también los ministros de Economía, Pedro Francke, y de Energía y Minas, Eduardo Gonzáles.
Según información de la diplomacia mexicana, obtenida por Convoca.pe, la reunión fue “en la mayor cordialidad” y participaron ocho funcionarios mexicanos. La comitiva solo se quedó un día en el país, por lo que no tuvo otra actividad en la capital peruana.
La comitiva estuvo encabezada por el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez, y por el embajador de México, Víctor Hugo Morales Meléndez. Además, estuvo la subsecretaria de Bienestar, Ariadna Montiel, la directora de Cooperación Internacional de México, Laura Carrillo, y otros funcionarios diplomáticos y de asuntos económicos.
El secretario del gobierno mexicano Rogelio Ramírez declaró a la prensa que, en la reunión, ofrecieron a Pedro Castillo el "apoyo para asuntos económicos y el conocimiento más profundo de la experiencia de los programas sociales". Agregó que el jefe de Estado peruano se interesó en los programas sociales mexicanos Jóvenes Construyendo el Futuro y Pensión Universal para Adultos Mayores
Ramírez indicó que también han ofrecido el apoyo de México al Estado peruano en el campo de la extracción de gas y petróleo, en el cambio de energía eléctrica y de la ampliación de las redes de gas.
¿Esta reunión entre funcionarios peruanos y mexicanos o las declaraciones de López Obrador son realmente una injerencia? En los últimos meses, el gobierno mexicano está llegando a acuerdos con varios países de la región, como Argentina, para producir en conjunto las vacunas contra el Covid-19, o con Bolivia, donde el gobierno mexicano busca imitar el modelo de explotación del litio.
Este no sería el único interés de México en Suramérica. Para el internacionalista Óscar Vidarte, AMLO se ha dado cuenta de que Latinoamérica tiene vacante el puesto de líder. Recordó que, en los últimos seis meses, López Obrador ha realizado una "ofensiva mexicana" de presencia política, económica y comercial ante un avance importante de la extrema derecha. "Hay un espacio para que México pueda ganar un liderazgo en Latinoamérica", agregó.
Para el internacionalista, la carta del congresista Ernesto Bustamante pidiendo explicaciones a la Cancillería por la visita de los funcionarios mexicanos no es más que otra crítica de la oposición por la búsqueda de apoyo internacional del Ejecutivo.
"La visita denota que estamos frente a un gobierno que está tratando de buscar apoyos internacionales de gobiernos afines y "exitosos" como el mexicano y boliviano", dijo Vidarte, quien añadió que si a esto se le suma la visita del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, eso le da la "legitimidad y soporte" que busca Castillo a nivel internacional.
Vidarte resaltó que el presidente mexicano haya señalado que su preocupación por la democracia peruano no significa una injerencia en asuntos internos, es lo mismo que cuando políticos de Perú hacen críticas al régimen chavista.
El experto estimó que estas situaciones de enfrentamiento entre el Ejecutivo y Legislativo en el campo internacional continuarán por una eventual elección de Gabriel Boric como presidente de Chile, el próximo domingo 19 de diciembre, con quién Castillo también podría tender puentes.
Según el internacionalista, el mandatario peruano también podría tener “más respiro” en el ámbito internacional con las altas posibilidades que tendrían Gustavo Petro, en Colombia y Lula da Silva, en Brasil, si son electos como jefes de Estado en el 2022.
"¿En que cabeza cabe quitar a un presidente en tres meses?"
Las declaraciones de López Obrador sobre la situación del Perú no terminaron con la visita de la comitiva de su gobierno a Pedro Castillo. En una rueda de prensa matutina del último jueves, el titular del Ejecutivo mexicano dijo que la oposición peruana está realizando intentos de subversión para derrocar al gobierno.
"¿En qué cabeza cabe quitar a un presidente a dos meses o tres de haber tomado posesión? Sólo por la rabia conservadora, por los intereses de las minorías", afirmó AMLO.
El presidente de México insistió en que los opositores a Castillo apoyan a la ex candidata Keiko Fujimori, lideresa de Fuerza Popular, y están empujando una campaña en contra del presidente electo. Entre estos detractores señaló al escritor Mario Vargas Llosa.
"Pero, por su conservadurismo [Vargas Llosa], ve en el presidente Castillo una amenaza comunista y ahí va a apoyar a la señora Fujimori, su conservadurismo (…). A mí me gustaría que Vargas Llosa estuviera defendiendo la democracia en Perú", expresó.