En la mesa de conversación y análisis “Periodismo con una perspectiva de género” organizada por Convoca.pe como parte del II Congreso de Periodismo de Investigación desde las Regiones, las periodistas Nicole Martin, de la Revista Colibrí (Argentina), Laura Aguirre, de Alharaca (El Salvador) y Carolina Rojas, de La Otra Diaria (Chile), hablaron de su experiencia haciendo periodismo feminista, con una perspectiva de género y teniendo medios propios abiertamente feministas.

El conversatorio empezó abordando la situación actual respecto a las noticias de la comunidad LGTBQ+ y el feminismo en cada uno de los países de las ponentes, y si estas representaban una razón para tratar el periodismo desde una perspectiva de género.

Carolina Rojas expresó que la cobertura respecto a estos temas debe nutrirse más, pues aún es una cobertura endogámica donde las noticias sobre el género y la comunidad LGBTQ+ se separaban del resto de las noticias en general. Refirió que todos los contenidos deben ser tratados con una perspectiva de género y así tener un enfoque más integral. También indicó reconocer y reflexionar sobre los privilegios que tienen algunas mujeres, como en su caso ser blanca, heterosexual y con una formación profesional.

Nicole Martín sumó a esto, que no sólo era tema de los medios de comunicación, sino también del estado en general. Puso como ejemplo al Ministerio de Culturas, Descolonización y Despatriarcalización de Bolivia, el mismo que entre sus funciones está el reducir las desigualdades entre hombre y mujeres. Se refirió también a las calificaciones que se le hacían a las víctimas de feminicidios con distinciones entre una “víctima buena” y una “víctima mala”, justificando en casos de esta última, al feminicida. También acotó que el periodismo feminista busca dar contexto, datos, no exponer la vida privada de las víctimas y dar a entender que un feminicidio no es un caso único que se presenta, sino que se da cada 30 minutos, por lo que se debe dejar de justificar la violencia machista.

Laura Aguirre añadió que, a pesar de los avances que se mostraron, aún no se llega a los objetivos destinados. Mencionó que existen dos movimientos feministas aquí en Latinoamérica, entre ellos “Me too” y le alegraba el hecho de que en El Salvador hayan más personas que entiendan la necesidad de la existencia de medios con una perspectiva de género, sobre todo porque todavía priman los medios tradicionales y existe una marginalización de agenda de cobertura que trata al “género” como “cosa de mujeres” y a medios manejados por ellas, como nichos, minimizándolas y minorizándolas aún cuando representan el 50% o incluso más, de la población. Finalizó la idea mencionando el hartazgo que les causa explicarles a los demás –como si fueran niños– por qué es tan importante hablar de la mujer, y que existe una necesidad de, no solo tener un periodismo feminista, sino de crear una cultura de trabajo feminista, centrado en el auto cuidado y los derechos laborales.

Como siguiente punto se abordó la pregunta: ¿Consideran que realizar este tipo de periodismo es un privilegio? ¿Por qué? Carolina Rojas respondió, que no lo considera un privilegio porque la mayoría de periodistas feministas que la antecedieron, sufrieron varias vulneraciones dentro de otras organizaciones, vulneraciones que se siguen viviendo actualmente, como el acoso laboral o el acoso sexual. Las veces en que se critica al periodismo feminista se menciona la ecuanimidad, aun cuando siguen existiendo cargos de dirección bajo los hombres que censuran y restringen las notas periodísticas basándose en juicios y estereotipos que siguen presentes y que se han formado este tiempo. Entonces, más que un privilegio, Rojas consideró al periodismo feminista como una vuelta de tuerca histórica.

Con respecto a la pregunta, ¿si el periodismo feminista es un privilegio?, Laura Aguirre menciona que debería ser un deber de todo medio, el usar la perspectiva de género, teórica o metodológica, al acercarse a los problemas. Señaló que el poder hacer ese tipo de periodismo, en su caso, era un gran privilegio, pues eran creadoras de discurso y por lo tanto, tenían poder sobre otras personas. Aclaró también que no se debe romantizar su labor.

Nicole Martin manifestó que, desde su punto de vista, el periodismo feminista no es un privilegio, en tanto que “no es algo que nació en cuna de oro”. En el periodismo feminista hay una posibilidad de cuestionar muchas cosas con otros paradigmas haciendo una consciencia de una perspectiva de género. Reconoció que no es un privilegio, pero tampoco es un derecho, porque hay lugares en donde “evidenciar eso te perjudica, donde te tildan de feminista y puedes ser objeto de burlas y violencia psicológica, y es por ello que admiro a aquellas colegas que, incluso perteneciendo a medios hegemónicos, tocan ese tema”.

Como última interrogante, se preguntó cuáles eran los desafíos al momento de redactar notas desde una perspectiva de género, y si es que desarrollaron algún mecanismo para combatirlos.

Carolina Rojas sostuvo que era bastante difícil ya que se daban largas jornadas laborales en su trabajo, esa enorme carga laboral dejó en evidencia los cuidados feminizados a los que estaban sujetas, y por eso las periodistas feministas saben en mayor o menor medida lo que están diciendo. Señaló que actualmente hay muchas prácticas misóginas, incluso en mujeres muy jóvenes. Mencionó también el trabajo colaborativo, el cual la había ayudado mucho en trabajos de mayor alcance y finalizó recordando la amistad que había formado con colegas feministas, amistad que después se transformó en una sala de redacción.

Asimismo, Laura Aguirre afirmó que una de las cosas que más la inspiran, es el trabajo colaborativo y haber aprendido a tratar con varias periodistas feministas, e interactuar con ellas; algo que le preocupa es ser coherente al hacer una cobertura periodística, cómo comportarse en las redes, cómo proteger a la fuente, y cómo hacer que la ética feminista moldee todas nuestras prácticas cotidianas. “No solo se debe ser amiguis en el trabajo, sino que también deben hacer proyectos sostenibles económicamente, crecer profesionalmente, aumentar los ingresos y ser laboratorios”. Otro desafío que menciona es que, al pertenecer a Centroamérica, donde la política es hostil, se dan violaciones a los derechos humanos y persecuciones a periodistas, y se pregunta ¿Cómo abordar estos temas sin invisibilizar otros? como son los encarcelamientos a mujeres por abortos, desapariciones y feminicidios. El tercer y último desafío que nombra, es como tratar con medios que no son feministas, pelear para que se les cite correctamente y se reconozca su trabajo. Sin tener que “educarlos” ni volverlos feministas.

Nicol Martin abordó nuevamente la colaboración entre medios y mencionó a la Coalición LATAM; también la importancia que tiene la salud mental en un mundo capitalista e hiper productivo, y el desafío que representa cuidarla adecuadamente. Asimismo, mencionó sobre la conciencia sonora, el síndrome de la impostora y cuán sumidas están en hacerse valer en esta sociedad que las minoriza. Le preocupa que haya medios que trabajan sin descanso, y finalizó precisando que es importante saber cuándo parar y decir “si no publico esta nota hoy, no se va a acabar el mundo, puedo publicarla mañana”.

 

* En colaboración con: Andrea Allison Ramos Silva, Brisset Glorinda Panduro Inga, Diana Tarazona Diestra y Mappy Luisa Arce Figueroa.
* El Congreso de Periodismo desde las Regiones es un encuentro organizado por Convoca.pe y aliados que busca descentralizar la visión y práctica de la profesión periodística.