En el Día Internacional de la Mujer, la reciente agresión de la Policía Nacional del Perú a un grupo de mujeres aimaras que marchaba pacíficamente ha puesto en evidencia el maltrato, discriminación y racismo que sufren las poblaciones indígenas y que es mayor si las víctimas son mujeres y, encima, pobres. Más de 278 mil peruanas son aimaras y más de la mitad de ellas vive en Puno, región que el 4 de enero inició un paro indefinido y que mantiene en vilo al gobierno de Dina Boluarte por sus protestas y el bloqueo de las principales vías.

Ser mujer, indígena y pobre es una condición que comparten más de 3 millones de peruanas que conforman los pueblos originarios de nuestro país y sufren de discriminación étnico-racial. En este grupo destacan las mujeres aimaras, la mayoría de las cuales vive en la región Puno, donde sus habitantes realizan un paro indefinido desde el 4 de enero último y mantienen bloqueado el tránsito vehicular en las principales vías.

El ataque de agentes de la Policía Nacional del Perú, con bombas lacrimógenas lanzadas al cuerpo, a un grupo de mujeres aimaras que marchaban pacíficamente con sus hijos cargados en las espalda por la Plaza San Martín, en Lima, ha captado la atención hacia este sector de la población. Las manifestantes venían de la provincia puneña de Juli para exigir la renuncia de  la presidenta Dina Boluarte y protestar por las acciones de su gobierno.

La indignación pública aumentó cuando representantes del Poder Ejecutivo y de otras entidades del Estado culparon a las mujeres indígenas por exponer a los niños y niñas al peligro, en vez de responsabilizar a los policías por la violenta represión. Las declaraciones del ministro de Educación, Óscar Becerra, comparando a las mujeres aimaras con animales y acusándolas de alquilar a sus hijos para que sean usados políticamente en las protestas avivaron los cuestionamientos.

 

Puno
Mujeres aymaras y quechua se trasladaron de Puno a Lima para protestar contra el gobierno de Dina Duarte y exigir justicia para los manifestantes asesinados en Juliaca. Foto: Elena Miranda

 

Aunque el número de mujeres aimaras que ha venido a Lima es pequeño, su grupo étnico no lo es. En el Perú, 5 millones 985 mil 551 personas se autoidentifican como población indígena, según el último Censo Nacional de 2017. Y de estas, 3 millones 78 mil 666 son mujeres, las cuales representan aproximadamente al 20% de la población femenina en el Perú.

Para ese año, las mujeres de la etnia aimara eran 278 mil 444, de las cuales el 58% residía en la región Puno.

Cocinar comidas típicas, celebrar fiestas patronales, usar medicina tradicional o ancestral, interpretar danzas típicas, hablar una lengua distinta al castellano, usar técnicas de cultivo ancestral y portar vestimentas típicas son algunas de las características o costumbres que tienen los padres e hijos en los pueblos indígenas, según evidencia la Primera Encuesta Nacional “Percepciones y Actitudes sobre Diversidad Cultural y Discriminación Étnico Racial”, que realizó el Ministerio de Cultura, en 2018.

“Es admirable cómo las mujeres indígenas mantienen su identidad en los ámbitos urbanos. Son las que más siguen usando las vestimentas, hablan la lengua, desarrollan las prácticas culturales, como la de crianza. Van a las marchas de protesta con los niños porque van a todo con ellos, a la chacra, al mercado, a reuniones del colegio”, destaca Elena Burga, exviceministra de Interculturalidad del Ministerio de Cultura.

Para Burga, que las mujeres aimaras vayan con sus hijos a todas partes es la forma en que ellas asumen su rol de madres. Sin embargo, deplora que se haya cuestionado, “de una manera horrible”, su rol de cuidadoras, de protectoras, hasta de amor a su hijos, por haberlos llevado a marchas de protesta pacíficas.

Hay que entender la lógica cultural que está detrás. Hay cosas que se deben mantener y una de ellas es esta de ir con los niños. Lo que está mal y se debe cuestionar es la actitud de los policías de lanzarles bombas lacrimógenas”, agregó Burga, quien advirtió que "este es el típico caso en que se mezcla el prejuicio, el racismo, la subvaloración, esas ideas negativas que vienen desde la colonia".

La población quechua y aimara es discriminada principalmente por su forma de hablar, su vestimenta y el idioma o lengua que habla, según reveló el citado estudio de 2018 del Ministerio de Cultura.

"De todas las personas que hablan una lengua indígena, en la mayoría de los casos, son mujeres las que mantienen la lengua, que hacen que sobreviva, las que siguen transmitiéndola a sus hijos, por prácticas culturales, como andar con ellos siempre, tenerlos cerca hasta los cuatro y cinco años", explica la educadora Burga, quien agrega que "gracias a esas mujeres, hoy tenemos 48 lenguas en el Perú".

 

Minedu
El ministro de Educación, Óscar Becerra, fue denunciado por discriminación a mujeres aimaras. Foto: Andina

 

Denuncian a ministro

Este martes, la congresista Ruth Luque, del partido Juntos Por el Perú, presentó ante la Fiscalía de la Nación una denuncia penal contra el ministro de Educación, Óscar Becerra, por el presunto delito de discriminación e incitación a la discriminación, en agravio de las madres de origen étnico aimara, provenientes de Puno.

Tras la denuncia, Óscar Becerra, brindó un mesaje a las mujeres por su día. "Necesitamos hacer un esfuerzo especial porque, hoy, en pleno siglo XXI se sigue marginando y discriminando a la mujer. Desde el Ministerio de Educación seguiremos impulsando valores como la tolerancia, la igualdad, el respeto al otro y a la diversidad, tal como está establecido en el currículo nacional", señaló.

Al final de su pronunciamiento, Becerra pidió disculpas y se refirió a sus afirmaciones sobre las mujeres aimaras. "No quiero terminar sin ofrecer una disculpa por unas frases mías desafortunadas que han sido malinterpretadas y generado críticas", manifestó

"Si alguna expresión mía ha sido equívoca, les ofrezco mis sentidas disculpas. Al mismo tiempo, me ratifico en mi defensa absoluta de los niños y niñas del Perú, y resalto la abnegación de la mujer que es capaz de dar la vida por sus hijos, al mismo tiempo que repruebo a las personas que utilizan a las niñas o niños con fines políticos, pues no hay nada más reprobable que eso", concluyó el ministro de Educación.

"Las disculpas del ministro llegan tarde. No podemos permitir que una autoridad se exprese así y estigmatice a un grupo de mujeres", afirmó la congresista Ruth Luque tras presentar la denuncia contra Óscar Becerra y haber escuchado sus "sentidas disculpas".

Foto de portada: Mujeres de Puno marchan en Lima / Crédito: Comité Nacional Unificado de Lucha del Perú (CONULP)