El río Pintuyacu y el Chambira serpentean entre la tupida vegetación de la extensa región Loreto. Su destino es el río Nanay. Las comunidades asentadas en su ribera suelen pescar, obtener agua y bañarse en ellos. “Para nosotros es importante proteger nuestros ríos”, narró para Convoca.pe una lideresa ambiental de la zona, que por medidas de seguridad no revelamos su nombre. En estos tiempos, estos pobladores se enfrentan a un grave problema: la minería ilegal. Debido a los constantes operativos conjuntos llevados a cabo por la Fiscalía Ambiental y la Marina de Guerra de Perú en el río Nanay, decenas de mineros ilegales han decidido mudar sus operaciones a los tributarios de este río.
La elección no ha sido gratuita: el acceso a estas riberas se torna más dificultoso para las autoridades ambientales por las largas distancias que se deben recorrer. Por ello las operaciones de interdicción en esta zona no son numerosas, lo que ha permitido que la minería ilegal cobre poder y defensores ambientales reciban amenazas de muerte. De hecho el primer operativo para contrarrestar su avance se llevó a cabo el 08 de febrero de este año, en el río Chambira, por efectivos de la Policía Pluvial, quienes fueron atacados por supuestos mineros que impedían la destrucción de sus dragas.
Dicha acción, según el acta fiscal a la que accedió Convoca.pe, ocurrió a la una de la tarde del día jueves 08 de febrero cuando dos lanchas de la Policía Pluvial volvían de realizar la destrucción de tres dragas y se encontraron con el camino de retorno bloqueado por “troncos, palizadas y lanchas”. Posteriormente fueron emboscados y recibieron disparos de “escopetas y pistolas” que impactaron en la proa y cerca del motor de una de las lanchas; por lo que tuvieron que retroceder para protegerse.
Las acciones ocurrieron cerca del Centro Poblado de Villaflor y los pobladores profirieron injurias y amenazas a los efectivos policiales.Los agentes señalan que durante este incidente escucharon entre la muchedumbre los nombres de Michael Cárdenas y Moisés Cárdenas, alias Moico. Cabe señalar que en el reportaje Mineros ilegales invaden con impunidad el río que abastece a la principal ciudad de la Amazonía peruana, publicado en este medio, fuentes fiscales identificaban a Moico como uno de los capos del oro que operaban en el río Nanay.
Finalmente, luego de casi dos horas intentando buscar una salida y hacer disparos de disuasión, las fuerzas policiales lograron retirarse. Pero siguieron recibiendo disparos, esta vez provenientes del centro poblado Villaflor.
Este ataque es el quinto ocurrido entre el 2020 y 2024 en el Alto Nanay. Para el Fiscal Bratzon Saboya estas acciones son preocupantes y ponen en riesgo al personal que realiza este tipo de interdicciones. Además, es una evidencia más de que la minería ilegal toma fuerza en los principales ríos de Loreto, por lo que se necesita que los operativos conjuntos se realicen con mayor frecuencia.
Defensores y defensoras bajo amenaza
En la cuenca del río Pintuyacu la situación tampoco es favorable y las comunidades han tenido que organizarse para hacerle frente al embate aurífero. Este es el caso de la comunidad campesina Seis Hermanos donde se ha formado un comité de vigilancia para evitar el contrabando de insumos y maquinaria que posteriormente serán usados en la minería ilegal.
Una de sus dirigentes, Marcelina Angulo, declaró a Convoca.pe que tomar esta posición les ha costado recibir amenazas de muerte desde el año 2019. De acuerdo a Angulo esas acciones de amedrentamiento han tomado más fuerza en el 2024 y se han direccionado a diversos defensores de la zona.
“Varios vigilantes están amenazados de muerte por lo que hacemos: controlar el [ingreso de] petróleo, las máquinas. Todo lo que llevan. A ellos [los mineros ilegales] no les gusta esto”, señala la defensora.
El 9 de enero de 2024, según cuenta Marcelina Ángulo, recibieron amenazas que ella define como “las más fuertes”.
“A mi me dijeron que no baje sola a Iquitos, porque iban a matarme a mí y a mi familia. Uno de ellos me dijo que así iba a sentir cómo era que me quiten una cosa. A los vigilantes, que somos mujeres, hombres y jóvenes, muchas cosas nos dicen”, relató para Convoca.pe.
Ángulo, además, ha empezado a contactar a las autoridades ambientales para que atiendan el caso de sus demás compañeros amenazados. Marcelina ahora cuenta con garantías para su vida brindadas por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, pero le preocupa que la Policía Nacional del Perú vaya a su comunidad en ocasiones muy aisladas, en un rango de tiempo de 28 días.
Según fuentes fiscales y comunales, quienes operan en esta zona son mineros ilegales de nacionalidad colombiana y peruana. El más reciente episodio de amenazas que recibieron Marcelina Ángulo y los vigilantes de Seis Hermanos se dio la noche del sábado 10 de febrero, las autoridades investigan el caso.
Por otro lado, en la zona se encuentra el Área de Conservación Regional Pintuyacu – Chambira, donde se protegen ecosistemas únicos en el mundo, y si la minería ilegal avanza sin encontrar mayor defensa podrían encontrarse en serio peligro según el ingeniero Celzo Gil Gonzalez, gerente de la reserva. Quien además comentó a Convoca que constantemente se reúnen con el Gobierno Regional de Loreto para encontrar una manera de hacerle frente a la problemática. Para la conservación de estas zonas también se cuenta con el apoyo de comités de vigilancia como el conformado en la Comunidad Seis Hermanos.