• Tras más de un año investigando el origen del petróleo que inunda el colegio José Pardo y Barreda, en la localidad de Negritos, ubicada en la provincia norteña Talara (Piura), el Estado no logra identificar la causa y lo atribuye a una "fuente natural". El colegio se encuentra junto a dos antiguos pozos petroleros abandonados hace más de un siglo, que podrían ser responsables de las filtraciones, pero ni el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) ni el Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet) los han encontrado pese a más de 14 perforaciones prospectivas dentro y alrededor del colegio. 

  • Convoca.pe accedió a documentos claves, conversó con las personas afectadas y contrastó la información con diversas entrevistas y un trabajo de campo acucioso que revela el estado actual de este escenario contaminante que afecta a centenares de estudiantes y maestros en el distrito piurano de La Brea, que concentra la mayor cantidad de pasivos ambientales por la explotación del petróleo en el Perú.

  • Como parte de esta investigación periodística, también descubrimos que los habitantes del sector de Villa Hermosa, en Negritos, viven la misma situación de incertidumbre. Decenas de viviendas sufren grietas y hundimientos por posibles fugas de gas provenientes de un pozo inubicable. Mientras las autoridades buscan respuestas, la comunidad sigue expuesta al riesgo, como revela esta nueva entrega de la serie investigativa "Crudo Abandono: El legado tóxico de la explotación petrolera".

Por Wilson Siancas*

5 de marzo de 2025

Las aulas del colegio José Pardo y Barreda, ubicado en el centro poblado de Negritos, en Talara, hace un año y 9 meses que lucen vacías. En el patio del colegio, frente al aula de 1ºC,  hay un agujero profundo del que surge una charca de un líquido negro y espeso: petróleo. 


“Lo de la afluencia de petróleo en la institución educativa ya se venía reportando desde el año 2000”, cuenta con resignación a Convoca.pe Gianina Palacios, la directora de un colegio con piscinas, pero de crudo.

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Vista desde un dron del Colegio José Pardo y Barreda, en Negritos. Foto: Wilson Siancas/Convoca

Todo comenzó con la construcción de una cancha deportiva. Al excavar, empezó a manar el petróleo. “Con el calor, fluye petróleo”, dice con naturalidad. “No se podía hacer educación física porque en la mitad de la cancha se comenzaba a filtrar”. 


El 26 de mayo de 2023, el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) constató la presencia de hidrocarburos dentro de esta institución, la declaró emergencia ambiental y se suspendieron las clases. Sin embargo,  el Estado sigue a día de hoy sin identificar con exactitud las causas del afloramiento de petróleo y, menos todavía, empezar con el plan de remediación.

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Gianina Palacios, directora del colegio José Pardo y Barreda, cerrado desde el 2023 por emanaciones de petróleo. Foto: Wilson Siancas/Convoca

El distrito de La Brea, al que pertenece el colegio, es la circunscripción con más pasivos ambientales del Perú: concentra 3037 pasivos de los 3264 registrados en el país. De ellos, 101 son considerados de alto riesgo, incluidos 8 que se encuentran en el Salar de Negritos, un ecosistema altamente vulnerable. Para el Estado se consideran pasivos ambientales las instalaciones, efluentes, emisiones, residuos o depósitos de operaciones extractivas abandonadas o inactivas, que representan un riesgo permanente para la salud, el ecosistema y la propiedad.

Pero, sorprendentemente, el Instituto Geológico Minero y Metalúrgico (Ingemmet) sostiene que los afloramientos de petróleo en el colegio José Pardo y Barreda no pueden atribuirse a los dos pozos petroleros cercanos   ( T- 20 y T-2 H). 

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Vista del petróleo que mana en la cancha deportiva del colegio José Pardo y Barreda, en Negritos. Foto: Wilson Siancas/Convoca

Las coordenadas proporcionadas por el Organismo de Fiscalización Ambiental (OEFA) a Convoca indican que este colegio se encuentra ubicado entre estos dos pozos, ambos clasificados como de alto riesgo. 

El pozo T-20 fue abandonado antes de 1913, mientras que no existen registros concretos sobre el abandono del pozo T-2H. Sin embargo, se señala que este último llegó a tener una producción de 150 barriles de petróleo por día.

Según los informes proporcionados a Convoca por OEFA, las perforaciones en la zona fueron realizadas por la International Petroleum Company (pozos T-20 y T-2H) y la London & Pacific Petroleum Co. Ltd. (pozo T-20).

Pero, a pesar de estos antecedentes, Ingemmet argumenta que “se trataría de un afloramiento natural debido a la existencia de una falla geológica que atraviesa el centro educativo”. 


La evaluación del Ingemmet ha dejado, literalmente, profundas huellas en esta escuela. Para elaborar su informe, este instituto realizó 14 perforaciones en el colegio, 3 de ellas gigantescas: una en el interior de un aula, otra en la cancha de fútbol y la más grande al lado del colegio, que se ha convertido en una auténtica piscina de petróleo, cercada con mallas y maderas para evitar el peligro que supondría para los niños. Los enormes forados dejados en este colegio hunden todavía más la esperanza de volver a las aulas. 

Pozos perdidos y evasivas del Estado

Tras la declaratoria de emergencia, instituciones como el OEFA, el Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet) y el Ministerio del Ambiente (Minam) iniciaron una serie de estudios para identificar la ubicación de los restos de pozos petroleros antiguos, concretamente los pozos T-20 y T-2H,  y determinar sus posibles filtraciones en el colegio José Pardo y Barreda. 

Convoca.pe ha seguido los derroteros de estas investigaciones a través de las respuestas del Minem a las solicitudes de información de la Defensoría del Pueblo y del Gobierno Regional de Piura.

Según las resoluciones consultadas, ya en 2019 el OEFA concluyó en un informe que “el afloramiento de hidrocarburos en la losa deportiva ubicada al interior de la institución educativa José Pardo y Barreda tendría como fuente a los pozos T-20 y T-2H”.  Pero, paradójicamente, el OEFA reconoció en el mismo informe que no logró ubicar estos pozos.

Por ello, tras la declaratoria de emergencia, el Ingemmet se propuso encontrar los pozos perdidos. Pero, a pesar de hacer 14 catas prospectivas, entre ellas los 3 enormes forados que han quedado como testigo, tampoco los encontraron.   

La siguiente acción del Ingemmet fue cartografiar el área del colegio del 7 al 21 de noviembre de 2023 buscando culpables.  Sin embargo, este estudio tampoco halló los pozos T-20 y T-2H, que podrían dar origen al afloramiento. “El análisis de los datos recopilados en campo y el procesamiento de información nos lleva a vincular la presencia de hidrocarburo a una fuente natural”, concluyó. 


Informe Nº 0154 -2024-MINEM/DGAAH/DGAH

Esa fuente natural para este instituto sería una falla geológica, unida a la presencia de agua subterránea. Según los resultados del informe de Ingemmet al no ser un pasivo ambiental, su remediación no es responsabilidad del Ministerio de Energía y Minas.

La pelota en esta cancha escolar manchada de petróleo la tienen ahora unas autoridades locales, maniatadas por la falta de expertos y de presupuesto. 

Corresponde a los Gobiernos Regionales y/o Locales del área de emergencia ambiental adoptar las acciones correspondientes en el marco del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (Sinagerd)”, reza el informe de la Dirección General Ambiental de Hidrocarburos que da carpetazo a este asunto manchado de petróleo. 

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Una de las 14 perforaciones realizadas en el colegio para buscar el origen del petróleo. Foto: Wilson Siancas/Convoca

La remediación de estas supuestas fuentes naturales en el distrito de La Brea, la circunscripción con más pasivos ambientales del Perú, sobrepasa las posibilidades de la Municipalidad de Talara.  “Hemos ido varias veces a la zona del colegio para convocar a las empresas, porque nosotros no tenemos la maquinaria especializada”, explica a Convoca el Ing. José Willy Elías Espinoza, Subgerente de Gestión Ambiental y Servicios de la Municipalidad de Talara.

“Ahora dicen que es una falla geológica, pero eso tampoco lo puedo remediar yo, el Estado tendría que buscar otro sector”, dice perplejo. “Podemos intervenir como impulsores, pero nada más, no tengo un plan presupuestal, no tenemos dinero para invertir ahí, simplemente podemos impulsar”, se justifica resignado el subgerente. 

El funcionario advierte que los actuales problemas en Negritos y en toda La Brea son consecuencia de las malas decisiones de las autoridades anteriores, quienes permitían el ingreso de compañías extranjeras sin mayores procedimientos de fiscalización. “Un día se va a agotar el combustible y solo nos van a quedar los pasivos ambientales que nos han dejado las empresas”, concluye. 

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Piscina de petróleo abandonada en el salar de Negritos. Foto: Wilson Siancas/Convoca.

El futuro augurado por esta autoridad municipal es el presente del colegio José Pardo y Barrera. “Sea un afluente natural o un pasivo ambiental, como lo quieran llamar, el daño es el mismo”, recuerda la directora Gianina Palacios. “El daño no solamente es a nivel de salud y ecológico, también es un problema educativo. Son nuestros niños los que más sufren”. 

La directora Gianina Palacios ve con suma preocupación la situación de sus alumnos y docentes, quienes tuvieron que dejar las instalaciones del colegio y acomodarse en otro espacio, más pequeño e improvisado.

Incertidumbre por la situación de salud

Tanto los docentes como los escolares han estado en contacto directo con el petróleo durante años. Sin embargo, no fue hasta la declaratoria de emergencia del OEFA que el personal médico del Comité Local de Administración de Salud de Negritos les realizó exámenes médicos de sangre y orina.

Convoca.pe realizó una solicitud de información al Ministerio de Salud para conocer qué tipo de exámenes fueron realizados y cuáles fueron los resultados. El Ministerio derivó la consulta a la Dirección Regional de Salud de Piura, que remitió un oficio a Convoca que confirma que 320 personas fueron atendidas en 5 campañas  


Respuesta del Gobierno Regional a Convoca sobre el número de escolares y profesores atendidos en una campaña médica. 

Sin embargo, en ese momento no informaron de los resultados de estas pruebas. Convoca.pe hizo una nueva petición de información a la dirección regional, esta vez vía la Ley de Transparencia, que fue rechazada bajo el argumento que esa información no estaba en su poder. A inicios de febrero, nuestro equipo periodístico hizo una nueva solicitud de información, esta vez al Gobierno Regional de Piura.

En pleno cierre de este edición de este reportaje, el Ministerio de Salud, a través de la Dirección Subregional de Salud “Luciano Castillo Colonna”, envió la información sobre los resultados de los exámenes médicos realizados a estudiantes y docentes del Colegio José Pardo y Barreda. 

Según el Oficio 360-2025-GRP-DSRSLCC, un total de 390 personas, entre alumnos, docentes y personal administrativo del colegio afectado, fueron sometidas a exámenes médicos. Las acciones de intervención incluyeron a 68 personas del sector Villa Hermosa, en el distrito de La Brea, quienes también estuvieron expuestas. En junio, julio y agosto de 2023, el personal médico evaluó principalmente el funcionamiento hepático y renal de todas estas personas, según la información oficial entregada a este medio.

El médico investigador Víctor Raúl Ocaña Gutiérrez señaló que, si bien estos resultados podrían evidenciar una afectación en la función hepática o renal de los afectados, no se han realizado exámenes específicos para evaluar el impacto en las vías respiratorias, las cuales podrían estar aún más comprometidas debido a la exposición a hidrocarburos.

"No se puede concluir con estos resultados algún tipo de afectación definitiva. Es necesario que un médico evalúe cada caso de manera individual, ya que las infecciones hepáticas pueden tener diversas causas. La toxicidad por hidrocarburos, en su forma aguda, afecta principalmente las vías respiratorias", remarcó a Convoca.pe. Nuestro equipo periodístico analizará con el apoyo de toxicólogos los resultados de estos exámenes que daremos a conocer en un siguiente reportaje, como parte de la serie investigativa 'Crudo Abandono'.

La directora del colegio, Gianina Palacios, informó a Convoca.pe que el CLAS de Negritos les citó a una reunión en la que les explicaron que no existía afectación a la salud ni de los docentes ni de los estudiantes. Sin embargo, eso aún está por esclarecerse.

Para Víctor Hugo Pazos Fiestas, padre de una de las estudiantes, existe mucha incertidumbre sobre los exámenes que se le realizaron a los escolares. Asegura que nunca fue notificado personalmente por el establecimiento médico y que tampoco le dieron los resultados de los exámenes practicados a su hija.  “La data exacta de ese examen no la dieron, no se acercaron con un documento”, asegura. “Solo sabemos que los alumnos tuvieron que abandonar el colegio cuando se empezaron a manchar de negro los zapatos porque el petróleo se filtraba por los pisos”, recuerda este padre de familia. 

El personal médico realizó exámenes para medir los niveles de TGO (Transaminasa Glutámico Oxalacética), TGP (Transaminasa Glutámico Pirúvico), Urea y Creatinina, con el objetivo de evaluar el funcionamiento hepático y renal de los participantes.

Según los resultados del laboratorio, 130 personas presentaron valores por encima de los límites permitidos, establecidos por el Ministerio de Salud del Perú.

Los resultados del laboratorio revelan que 66 estudiantes mujeres, lo que equivale al 39% de su grupo, presentan alteraciones en sus análisis. Por otro lado, 35 estudiantes varones, que representan el 21% del grupo masculino, también registraron niveles fuera de los rangos normales. Asimismo, 29 personas adultas mostraron valores anormales en sus exámenes, lo que evidencia una afectación similar en este grupo etario.

La Brea, el distrito de los pasivos ambientales 

De los 3264 pasivos ambientales identificados en el Perú, el 93% (3.037) están ubicados en la provincia de Talara. Y dentro de Talara, el distrito de la Brea es la zona más afectada. 

La historia de los pasivos ambientales en La Brea comienza en 1869, con la licitación del primer pozo perforado en Negritos. Desde entonces, fueron otorgados una serie de permisos para masificar la producción en Talara y en otras partes del Perú, todos ellos sin una reglamentación que advierta futuras afectaciones al cuidado del medio ambiente y a la población en general. 

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Dirigente vecinal Juan Rodríguez Flores señala una piscina de petroleo abandonada en pleno Salar de Negritos. Foto: Wilson Siancas/Convoca

Fue recién 1993 que se implementó a través del Decreto Supremo Nº 046/93/EM, el primer reglamento ambiental para actividades de hidrocarburos. Es decir, pasaron 124 años sin legislación ambiental en La Brea. 

Todas las empresas que estaban acá, incluyendo Petroperú, dejaron pozos mal abandonados, prácticamente a su suerte”, recuerda el dirigente vecinal Juan Rodríguez Flores, que reconoce que debido al abandono se han producido situaciones de chatarreo en las que personas desconocidas se llevaban las válvulas de los pozos abandonados, empeorando así la situación. “ No ha habido una remediación correcta por las empresas y ahora se lo han cargado al Estado”, dice con resignación. 

Rodríguez observa con preocupación cómo los pasivos ambientales representan un grave riesgo para la salud y la vida de los habitantes de Negritos. Mientras vigila el Salar de Negritos, uno de los atractivos turísticos más importantes de la zona, señala dos enormes pozas de petróleo cercanas que llevan más de 20 años emitiendo gases tóxicos. Nadie ha asumido la responsabilidad por su existencia y se desconoce su origen; simplemente están ahí, siendo una amenaza constante para los visitantes y el medio ambiente. 

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María Rojas Calderón señala los daños producidos a su vivienda, situada junto a un pozo abandonado del lote VII. Foto: Wilson Siancas/Convoca


Dentro de Negritos, el sector de Villa Hermosa es uno de los más afectados. “Huele a gas de forma continua”, cuenta a Convoca María Rojas Calderón. En su casa, ubicada en la manzana “C”, el piso se ha levantado como si una fuerza interna quisiera salir.  Sus paredes presentan grietas y corren riesgo de caer.  

María solicitó a Petroperú información sobre qué pozos se encuentran cerca de su vivienda. A través de una carta, la empresa estatal confirmó la presencia de 4 pozos situados en Villa Hermosa, el T-349, T-362 y T-368 y el T-357, este último a menos de 12 metros de su vivienda.  

“Este pozo pertenece al Lote VII y fue abandonado en el año 1979 por un anterior operador a Sapet Development Peru inc., Sucursal del Peru”, detalla el documento.

Los lotes VI y VII abarcan una extensa área costera de los distritos de La Brea y Lobitos, concentrando la mayor cantidad de sitios contaminados por actividades relacionadas con hidrocarburos, con un total de 2,071 áreas identificadas. Es precisamente en estas zonas en las que vive una gran cantidad de población. 

Isabel Curay Coveñas vive con sus menores hijos en Villa Hermosa. Ella misma ha tenido que reparar las paredes de su vivienda, que amenazaban con partirse. Toda la estructura de su casa está afectada y  teme que se derrumbe. 

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Isabel Curay Cobeñas teme que su casa se derrumbe por la presión del gas que proviene de pozos soterrados. Foto: Wilson Siancas/Convoca

Cada vez que hay temblor no puedo dormir, hasta el azúcar se me sube, porque ese movimiento puede hacer caer mi casa”, explica preocupada. 

Edwar Villar Lequernaque, presidente de la Junta Vecinal de este asentamiento humano, denuncia que cuando la municipalidad entregó los títulos de propiedad en 1993 no advirtieron a la población de la cercanía del pozo T-357 y de los riesgos que esto entrañaba para sus viviendas. 

En Villa Hermosa hay aproximadamente 40 viviendas gravemente afectadas, todas con el mismo problema: grietas profundas que amenazan la estabilidad de sus estructuras. Algunas casas han sido abandonadas por completo, ya que las fisuras que las recorren son peligrosas y las han convertido en inhabitables.  

El dirigente narra que en 2015 OEFA inspeccionó Villa Hermosa en búsqueda del pozo pero que, al igual que en el caso de los pozos cercanos al colegio José Pardo Barreda, nunca lo encontraron. “El problema es que nadie quiere asumir el costo, porque el pozo está aquí, pero, ¿Qué van a hacer con las casas y las personas?”, se pregunta. 

La falta de una investigación lo suficientemente profunda para encontrar el origen de estas filtraciones deja en un crudo abandono a los afectados por estos pasivos o “emanaciones naturales” junto a pozos perdidos.


*Con información de Francesca García
* Reportaje editado por Beatriz Jiménez