FinCEN Files: Metalor realizó millonarias transacciones sospechosas mediante cuatro bancos en Perú

 

Reportes de la Unidad de Inteligencia Financiera del Departamento del Tesoro de Estados Unidos (FinCEN), a los cuales accedió Convoca.pe como parte de la investigación trasnacional liderada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), evidencian que la poderosa refinería suiza Metalor Technologies USA siguió ingresando grandes volúmenes de dinero al sistema financiero peruano a través de cuatro bancos locales, pese a estar bajo la lupa de las autoridades estadounidenses. Al menos 195 millones de dólares, reportados como parte de operaciones sospechosas, llegaron a Scotiabank Perú, Banco de Crédito del Perú (BCP), Banco Internacional del Perú (Interbank) y el Banco Continental (BBVA).

 

Por Miguel Gutiérrez R. / Convoca.pe | 25 de setiembre del 2020

 

En mayo de 2013, Daniel Fadlon un exsoldado del comando israelí antiterrorista Duvdevan, unidad élite conocida por conducir operaciones encubiertas contra militantes palestinos en las regiones urbanas de Cisjordania, fue detenido con otros dos israelíes cuando intentaban esconder cinco bolsas, que contenían 161 barras de oro y cinco diamantes, en un departamento de Chungking Mansions, en Hong Kong, un particular edificio de 17 pisos mundialmente conocido por ofrecer los alojamientos más baratos de la ciudad ubicada al sur de China.

Detrás de la detención de estos israelíes estaba un equipo de la DEA (Oficina antidrogas de Estados Unidos) que seguía los pasos a Paul Le Roux, un brillante programador de software que había pasado a liderar una organización del crimen internacional. Los israelíes Daniel Fadlon Yoav Hen y Omer Gavish, contratados para cuidar los bienes de Le Roux en su ausencia, estuvieron revendiendo todo el oro guardado ante el seguimiento policial. Los primeros días de mayo de 2013, ambos salieron llevándose una parte del oro para devolvérselo al vendedor original, Metalor Technologies USA, una de las más grandes refinerías de oro en el mundo, establecida en Suiza y con 17 sucursales, una de ellas en Hong Kong.

Los israelíes lograron revender 58 barras del metal precioso, luego 32 y un día después, 64 barras más. El dinero de la negociación con la filial de la refinería suiza, alrededor de 9.4 millones de dólares, fue depositado por orden de su jefe, en una cuenta a nombre de una de las sociedades cascarón creada por Le Roux para montar su negocio del crimen. Los tres israelíes habían lavado 150 millones de dólares de Hong Kong (19 millones de dólares estadounidenses). La oficina de Metalor no fue investigada ni acusada por este hecho, pero tampoco los bancos que permitieron que el dinero sucio se moviera.

 

Paul Le Roux
Paul Le Roux pasó de brillante programador de software a liderar una organización del crimen internacional. Foto: NYP.

 

El incidente en Hong Kong motivó que —desde 2013— los ejecutivos del Standard Chartered Bank y Deutsche Bank Trust Company Americas (DBTCA) escudriñaran todos los movimientos de Metalor Technologies en diferentes países, así como a los principales beneficiarios y los bancos intermediarios a donde las transacciones llegaban finalmente. Aunque tarde, parecían dispuestos a curarse en salud.

Ambas entidades formaban parte del Grupo Wolfsberg, una asociación de los 13 bancos más importantes del mundo. Standard Chartered Bank (SCB), con sede en Reino Unido, no solo se preocupaba porque parte del dinero ilícito de la organización de Paul Le Roux había pasado por sus bancos corresponsales, sino también porque acababa de firmar, en 2012, un acuerdo con las autoridades reguladoras de Nueva York para evitar una millonaria sanción, al haber ocultado al gobierno estadounidense miles de millones de dólares en transacciones financieras iraníes que terminaron en bancos del Medio Oriente .

Dinero sospechoso hacia Perú

Parte de estos cuestionamientos a la refinería suiza aparecen en los reportes de la Unidad de Inteligencia Financiera de Estados Unidos (FinCEN). Uno de estos documentos confidenciales, del 18 de julio de 2013, revela que entre junio de 2012 a julio de 2013, Metalor Technologies movió 518 millones de dólares, a través de 909 transferencias desde su cuenta en el Standard Chartered Bank of New York (SCBNY).

El reporte señala que un 29% de ese dinero, 150 millones de dólares llegó entre junio de 2012 y marzo de 2013, a Minerales del Sur (Minersur), una acopiadora y procesadora de oro peruana que opera desde 1997 y con oficinas en los principales puntos de producción aurífera de Madre de Dios y Puno. El dinero llegó a Minersur en 111 transferencias a bancos corresponsales: Banco de Crédito del Perú (BCP), Banco Internacional del Perú (Interbank) y Scotiabank.

 

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Reporte de operaciones sospechosas sobre Metalor en el que figuran entidades bancarias en Perú. Crédito: ICIJ / Buzzfeed News

 

Este primer documento que menciona a Metalor y su cliente peruana no supone evidencia criminal, pero sí puede ser considerado como alarma para que las autoridades y bancos locales puedan iniciar o profundizar investigaciones. Más aún cuando esta información cobra actualidad, pues los dueños de Minersur están investigados por lavado de activos desde 2018.

A esto se suma que en 1999, Minersur ya había sido investigada por la Superintendencia Nacional de Aduanas
y de Administración Tributaria (Sunat) y la Fiscalía por ser parte de un grupo de proveedores y acopiadores de la compañía norteamericana Engelhard Corporation, debido a que no presentaba ningún historial económico conocido y porque sus operaciones eran realizadas en zonas de producción donde abundaba la ilegalidad.  

Precisamente en el reporte de actividades sospechosas, en el que figuran tanto Metalor y Minersur, la entidad Standard Chartered Bank de New York señaló que le llamó la atención el inusual movimiento de dinero que iba a cuentas de empresas peruanas y bolivianas dedicadas a la producción y comercialización del oro.

 

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Unos US$ 150 millones de Metalor llegaron a Minersur entre junio de 2012 y marzo de 2013. Foto: Difusión

 

El banco explicó al Departamento del Tesoro de EE.UU. que en todas esas transacciones sospechosas solo actuaron “como intermediarios”. Alegaron que "toda la información que tenían estaba limitada a esas transferencias específicas". Es decir, no se hacían responsables si los bancos intermediarios o locales no revisaban los antecedentes de los beneficiarios finales.

Sobre los reportes de actividades sospechosas de FinCEN, la Superintendencia de Banca y Seguros (SBS). respondió a Convoca.pe que los bancos corresponsales peruanos que tuvieron una relación comercial con estas empresas (Metalor y Minersur) “no necesariamente están enterados de los reportes de operaciones sospechosas emitidos por un banco extranjero, en otra jurisdicción”.

 

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Los dueños de Minersur están investigados por lavado de activos desde 2018. Foto: Difusión.

 

Agregaron que “sí cabía la posibilidad de que el banco extranjero haya podido transmitir información o expresar su preocupación con alguna operación del cliente”. Y de ser así, el “banco tendría que haber analizado” a su cliente para finalmente decidir si ameritaba reportar alguna posible transacción sospechosa ante la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) del Perú.

Los bancos locales que participaron en estas operaciones se ampararon en el secreto bancario existente para evitar dar detalles o simplemente no respondieron. Banco de Crédito del Perú no se pronunció sobre si la relación comercial con Minerales del Sur se mantiene luego de la reciente denuncia por lavado de activos. Se amparó en la reserva bancaria que impide informar sobre sus clientes o exclientes.

Alerta alemana

En otro reporte de FinCEN, fechado en enero del 2016, Deutsche Bank Trust Company Americas (DBTCA) incluyó una larga lista de compañías y bancos con los que Metalor Technologies USA había efectuado transacciones millonarias consideradas bajo sospecha. El banco alemán clasificó como sospechosas 3 mil 729 transferencias —realizadas entre setiembre y diciembre de 2015— que sumadas equivalían a 3 mil millones de dólares.

El documento confidencial indica que uno de los más significativos beneficiarios  finales de ese dinero enviado por la compañía suiza era Minersur, pero no se especifica el monto ni las fechas de la operación. Solo se anota que el dinero se destinó a una cuenta de Minersur abierta en Scotiabank Perú. El banco alemán justificó su Reporte de Actividades Sospechosas (SAR, por siglas en inglés) basado en el gran volumen de las transacciones enviadas por la contraparte de Metalor Technologies.

Ocho meses después, en noviembre del 2016, un nuevo informe de FinCEN mostró que Metalor Technologies USA Corporation envió a Minersur 16 transferencias, entre mayo y octubre de ese año, por más de 45 millones de dólares a través del Deutsche Bank Trust Company Americas (DBTCA). Este banco empleó su corresponsalía con entidades bancarias en el Perú, como el Scotiabank, Banco Continental (BBVA) y Banco de Crédito del Perú (BCP) para canalizar el dinero a la compañía suiza y a las empresas Minera Caravelí SAC y Minera Laytaruma, también proveedoras de oro a Metalor.

 

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Metalor envió 16 transferencias a Minersur por más de US$ 45 millones a través del Deutsche Bank. Foto: Sean Gallup / Getty Images

 

Estas operaciones fueron consideradas como sospechosas porque Metalor Technologies no había confirmado el propósito comercial de esas operaciones entre la refinería europea y los beneficiarios finales, tal como el Grupo de Acción Financiera (GAFI) exigía a los bancos para luchar contra el lavado de activos.

Otro argumento para reportarla era que Metalor Technologies había sido acusada durante ese año de recibir oro de la Comercializadora Internacional Goldex (CI Goldex), una exportadora colombiana cuyos dueños —según autoridades de Colombia— habían montado un carrusel de proveedores que a su vez contaban con otros subproveedores de oro que no existían oficialmente. Incluso, autoridades colombianas advirtieron que el metal comercializado por CI Goldex provenía del Perú debido a los mayores controles que había desde 2013.

En un comunicado, Metalor Technologies recordó que había cortado su relación comercial con CI Goldex en abril de 2014, justamente por las primeras versiones periodísticas que surgieron al respecto.

El banco alemán añadió en su reporte que si bien Metalor Technologies negaba traficar con oro ilegal, diversos medios de comunicación señalaban que la compañía seguía adquiriendo el metal precioso en Bolivia, que procedía de los centros mineros de Puno, región sureña del Perú.

 

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El BBVA sostuvo que no existe regulación ni obligación específica sobre el intercambio directo de información ente entidades privadas. Foto: Difusión

 

Aunque los reportes de actividades sospechosas se acumulaban en la Red de Control de Delitos Financieros (FinCEN), los bancos mantuvieron su relación comercial con la corporación sin mayor problema. El BBVA (ex Banco Continental) respondió a nuestro cuestionario y sostuvo que no existe regulación ni obligación específica sobre el intercambio directo de información entre entidades financieras privadas debido a que las operaciones sobre cuentas de sus clientes se encuentran protegidas por la debida reserva.

En febrero de 2017, un documento de FinCEN señalaba que la firma suiza continuó realizando operaciones de “una forma similar como aparece en su reporte de 2013”. Y que si bien Metalor Technologies no tenía acusaciones oficiales en su contra, existía información pública que crecía en el sentido de que se proveía de oro de zonas de países “con históricos lazos entre minería ilegal y lavado de activos, tales como Perú y Colombia”.  La entidad financiera británica indicó que varias de las transacciones, que clasificaron como sospechosas en ese reporte, habían llegado a la cuenta que tenía Minersur en el Banco Internacional del Perú (Interbank), en su sede de Juliaca, en Puno.

Otras investigaciones previas

Metalor Technologies ha estado bajo escrutinio en los últimos 20 años desde que empezó a comprar oro artesanal de Perú, Colombia y Bolivia, dado que los centros de producción del metal precioso confluyen muy de cerca con los valles cocaleros de estos países.

La refinería estadounidense NTR Metals, una de las cinco refinerías más importantes ancladas en Florida, Estados Unidos, cerró después de que sus tres empleados fueran encarcelados por salir al Perú y Ecuador a ofrecer el mejor precio por el oro que pudieran conseguir, sin importar los procedimientos formales. Uno de ellos, Juan Pablo Granda, norteamericano de origen ecuatoriano, incluso alardeaba de ser “el Pablo Escobar moderno”, el líder colombiano de la organización criminal de Medellín, asesinado en 1993.

“Soy como Pablo que viene a Ecuador para conseguir la coca”, se escuchó en una de las conversaciones interceptadas por las autoridades estadounidenses, cuando comentaba con su colega los tratos con los informales, al mismo tiempo que enviaba fotos de jóvenes con sus mochilas, refiriéndose a ellos como las “mulas del oro”.

En 2018, el juez federal de Florida, Robert Scola, condenó a prisión a Granda y otros dos vendedores de NTR Metals, con una reducción de la pena por su colaboración con los fiscales en el caso de confabulación para lavar unos 3 mil millones de dólares en oro ilegal, usando los bancos en muchas de sus operaciones

En el caso de Metalor Technologies, su principal cliente Minerales del Sur (Minersur) ha logrado enviar oro por montos no menores de 200 millones de dólares cada año a Suiza, de acuerdo con los registros de Aduanas del Perú. La alianza de esta refinería suiza con esta minera peruana, como parte de un programa con el gobierno para integrar a los buscadores de oro en la economía, acabó de la peor manera cuando en 2018, su principal proveedor durante 15 años —con sucursales registradas en centros mineros de La Rinconada (Puno) y Huepetuhe (Madre de Dios)— fue intervenido por oficiales Aduanas y se le inmovilizó 100 kilogramos de oro, que estaban listos para ser embarcados a Suiza.

 

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La Rinconada, ubicada en la región de Puno. Foto: AFP

 

A raíz de esta intervención, Francisco Quintano Méndez —cuyo nombre inicialmente era Francisco Quispe Mamani—, el principal dueño de la minera Minersur, fue investigado por el delito de crimen organizado y, posteriormente, el expediente fue derivado a las Fiscalías de Lavado de Activos y Pérdida de Dominio. En la actualidad, su caso está en apelación en la Tercera Fiscalía Superior de Lima. Metalor respondió que el cambio de su identidad fue en 2003, cuando la refinería europea aún no le compraba el metal precioso.

Antes de esta investigación fiscal, el dinero producto de la venta de este oro de dudosa procedencia ha circulado por los bancos por más de 14 años aún con las medidas de alertas antilavado de los bancos.

En respuesta a un cuestionario enviado por Convoca.pe e ICIJ, Metalor Technologies sostuvo que cuando recibió —en 2015— acusaciones referidas a su cliente y el oro de ilegal procedencia, pidieron a las autoridades peruanas que les confirmaran si había problemas con la compañía peruana. Metalor aseguró que no hubo ninguna advertencia que indicara que debían detener su relación comercial. Incluso, la empresa suiza afirma que en 2018 viajaron al Perú cuando aparecieron nuevas denuncias de una ONG. Agregaron que se decidió cortar la larga relación con su aliado peruano, cuando en agosto de ese año la Sunat inició una investigación contra Minersur.

Asimismo, Convoca.pe intentó comunicarse con las dos abogadas que representaban a Minersur, en la investigación por lavado de activos abierta, para saber el estado actual del proceso, y para responder a otras inquietudes respecto a la relación de la compañía con Metalor. Una de las defensoras legales de la minera ahora labora en una procuraduría especializada del Estado, mientras que la segunda no respondió a nuestros mensajes dejados en el estudio jurídico donde trabaja.


Scotiabank Perú, Banco de Crédito del Perú (BCP), Banco Internacional del Perú (Interbank) y el Banco Continental (BBVA), mencionados en los reportes de operaciones sospechosas, han señalado que los movimientos de los clientes están protegidos por normas de confidencialidad del sector financiero y por la ley que regulan el secreto bancario. Ahora toca a las autoridades valorar estas revelaciones que surgen de los archivos secretos FinCEN.