Por: Plan V y medios aliados
Jueves, 4 de julio 2024
En su vitrina se exhiben decenas de collares, joyas y un anuncio que dice “comerciamos con lingotes de oro, barras y oro de desecho”. Es la tienda Art Diamond GoldSmith & Jewellery, ubicada en el barrio Deira, de Dubai, en Emiratos Árabes Unidos, una de las 300 joyerías que conforman el famoso Zoco del oro, considerado como uno de los sectores turísticos más fascinantes de esa ciudad.
Aunque Art Diamond está a más de 14.000 kilómetros de Ecuador, es una compañía que ha logrado rápidamente fuertes nexos comerciales desde que se convirtió en una de las mayores compradoras del oro ecuatoriano. Entre 2021 y 2023, esta empresa adquirió barras de oro sólido por US $56,8 millones a las ecuatorianas Minera del Llano Plaimining y Balaji Metal Exports Bameex, domiciliadas en la provincia de El Oro, en el sur del país y fronteriza con Perú.
Ambas forman parte de una red de compañías que fueron fundadas a partir del 2020, y que escalaron rápidamente a los primeros lugares de las mayores exportadoras de oro. Superaron incluso a mineras con más de dos décadas en esa actividad, como lo expuso esta alianza periodística en la primera parte de esta investigación.
Además de Plaimining y Balaji, este enjambre empresarial lo conforman Soulmetals, Orocomin, Aldelmining, Rocadorada, Rockgolden, Southgold, Roha Ophir Minerals Rhom y Ekam-Minerals. Con excepción de Ekam-Mineral, todas tienen una oficina en El Oro, la mayoría con direcciones o referencias que no existen. Entre todas, vendieron US $529,7 millones, principalmente a firmas indias o emiratíes.
Art Diamond es una de ellas y aunque está localizada en Dubai, al parecer, pertenece a capitales indios. Su dirección de correo [email protected] coincide con la del NKM Group. Esta es una empresa que tiene 38 años en el negocio de la fabricación y venta de joyas en Dubai, cuyo fundador es el empresario indio Nainesh Mehta, según el sitio oficial de esta compañía. El NKM Group tiene seis sucursales en Emiratos.
La India y Emiratos Árabes Unidos se han convertido en los mercados con mayor crecimiento para las exportaciones del oro que salen a través de empresas ecuatorianas de pequeña minería. Entre 2021 y 2023, los envíos de este metal precioso a la India aumentaron en 1.300%, mientras que a Emiratos fue del 860%, según datos del Banco Central. Esto marca una gran diferencia con EEUU y Suiza, que han sido los tradicionales destinos del oro nacional: apenas crecieron entre un 32% y 22%, respectivamente, en el mismo lapso.
Sin embargo, la India es uno de los mercados considerados como de riesgo debido a sus “relajados controles”, según los expertos consultados que prefirieron el anonimato. “Existen entonces indicios para la sospecha de que la India se estaría transformando en el destino preferido para las exportaciones de oro ilegal”, dice un análisis de la organización peruana CooperAcción, que investiga sobre las actividades extractivas en ese país.
De acuerdo a ese reporte, publicado en mayo pasado, 4 de los 10 principales exportadores de oro peruano a la India tienen antecedentes o están mencionados en el contexto de investigaciones de la Fiscalía peruana sobre oro ilegal.
La India, el país con la mayor población del mundo, es uno de los consumidores más importantes de oro, explica el reporte. A esto se suma un aumento de las refinerías de este metal precioso de 5 a 33, entre 2013 y 2021. Aunque los importadores deben declarar el origen con un certificado de la empresa minera, existen dudas sobre la aplicación de esas medidas, agrega el documento.
Mientras, Emiratos Árabes Unidos es un centro de paso para el oro a países como la India, explicó la investigadora Dolores Cortés-McPherson, de la University of Deusto de Bilbao, al portal Mongabay.
En el caso de Ecuador, los registros aduaneros de estas 10 empresas, entre 2021 y 2023, indican que vendieron oro a 28 compañías, de las cuales 18 están ubicadas en Emiratos, siete en la India y tres en otros países. También existen exportaciones por un monto de más de US $5 millones, que no registran un comprador específico.
De este grupo, resalta en el primer lugar Loomis International. Esta es una empresa de logística que, entre otros servicios, transporta metales preciosos y divisas por todo el mundo, según detalla su sitio web. En el caso del oro que salió a través de empresas ecuatorianas, su oficina Loomis International FZE, ubicada en Dubai, se encargó de su traslado, de acuerdo a los registros aduaneros que revisó esta alianza periodística.
Entre 2021 y 2023, esta compañía internacional movió desde Ecuador hasta Dubai, una ciudad que se caracteriza por su comercio de lujo, más de US $83 millones en oro. Rocadorada y Rockgolden han usado principalmente esta empresa para sus envíos.
Los tres siguientes mayores compradores son refinerías de la India. Se trata de AJ Refinery Private Limited -que en su sitio oficial se describe como una de las más grandes de ese país asiático- OMGL Refinery LLP y Opus Refinery Private Limited. Las dos primeras están ubicadas en el norte de la India, mientras que la tercera en Bombay.
Las tres compraron cargamentos de lingotes y barras de oro sólido por más de US $200 millones entre 2021 y 2023. Sus principales vendedores fueron Soulmetals, Orocomi, Rocadorada, Aldelmining y Southgold.
Tanto Opus Refinery como AJ Refinery Private Limited aseguran cumplir con los estándares mundiales y están certificados por expertos de la industria. En el caso de la segunda, tiene una política para la prevención del lavado de dinero. Mientras que OMGL Refinery LLP dice que compra oro a Ghana, Guinea, Mali, Perú y Colombia, pero no menciona a Ecuador.
En el caso de Opus, en su sitio oficial, se describe como una compañía hermana del Raksha Bullion, ubicado en el Zaveri Bazaar, donde vende lingotes, barras y monedas de varios metales preciosos como oro en ese país asiático. En septiembre de 2022, sus instalaciones fueron allanadas por las autoridades indias como parte de una investigación por lavado de dinero.
Dudoso récord de exportaciones
Ecuador pasa por un repunte inédito en sus exportaciones de oro. En 2020, envió 8,1 toneladas al extranjero a un valor de US $378,4 millones. Pero, en 2023, esta cifra se triplicó y exportó 25,1 toneladas que alcanzaron la cifra récord de ventas por US $1.279 millones.
En parte, esto se debe a la producción de los dos únicos proyectos mineros a gran escala que existen en Ecuador: Mirador y Fruta del Norte, ambos ubicados en la provincia de Zamora Chinchipe, en el sur del país. El primero produce principalmente cobre y el segundo, oro. Ambas iniciaron su producción en 2019.
Aurelian, filial de la empresa canadiense Lundin Gold, tiene la concesión de Fruta del Norte. En 2023, por ejemplo, exportó 5,2 toneladas de oro a US $324,1 millones. Por esa cantidad, pagó US $50,9 millones en impuesto a la renta.
Pero, por otro lado, las exportaciones de pequeña minería han registrado un rápido incremento a partir de la pandemia. En el 2023, Ecuador exportó minerales por US $3.323 millones, según cifras del Banco Central. De esa cantidad, el 38% corresponde a la pequeña minería, un sector que incluso superó en exportaciones a Fruta del Norte.
Esto lo ratificó, en un comunicado, el Ministerio de Energía acerca de que las exportaciones provenientes de la pequeña minería se posicionaron en el segundo lugar del total de las exportaciones mineras en 2023.
Con excepción de Mirador y Fruta del Norte, el resto de concesiones que funcionan en Ecuador son de pequeña minería. Sobre ese sector los organismos internacionales han prendido las alarmas.
“Es esencial también supervisar debidamente el sector de la pequeña minería y la minería artesanal, teniendo en cuenta su exposición a organizaciones delictivas y el papel central que desempeña en la minería ilegal”, recomendó la OEA en su informe Tras el dinero del oro ilícito: fortaleciendo la lucha contra las finanzas de la minería ilegal, publicado a finales del 2021.
“Los comerciantes nacionales, las sociedades ficticias y otras entidades vinculadas a empresas extranjeras y refinerías se encuentran entre los agentes que más a menudo facilitan el comercio ilícito de oro en Ecuador”, según la OEA.
El aumento de este tipo de exportaciones coincide con los años de mayor violencia en Ecuador. Entre el 2020 y 2023, la tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes pasó de 8 a 47 puntos. Es decir, hubo un incremento de más del 500% de la criminalidad. En ese mismo periodo, las exportaciones de pequeña minería crecieron 238%.
La minería ilegal existe en 21 de las 24 provincias del Ecuador, según el Plan de Desarrollo del Sector Minero 2020-2023. Los grupos criminales han tomado el control de esta actividad en zonas como, por ejemplo, Camilo Ponce Enríquez, un cantón minero de la provincia del Azuay, que en la actualidad es una de las ciudades más violentas del país.
Azuay es una provincia vecina de El Oro y ambas concentran el 86% de la producción aurífera nacional, según datos del Ministerio de Energía y Minas. Pero a pesar de que esta actividad está en su mayor auge, los organismos que la controlan han sufrido reestructuraciones que solo han limitado su capacidad de acción.
Una agencia debilitada
Hasta mayo de 2024, la Agencia de Regulación y Control de Energía y Recursos Naturales No Renovables (Arcernnr) fue el ente de control de los sectores minero, eléctrico e hidrocarburífero en los últimos cuatro años. En esa fecha, el presidente Daniel Noboa dividió la Arcernnr en tres entidades y para minas creó la Agencia de Regulación y Control Minero (Arcom).
La Arcom no es una entidad nueva. Fue creada en la Ley Minera de 2009 y operó hasta el 2020. Mediante un decreto ejecutivo, el entonces presidente Lenín Moreno fusionó las agencias reguladoras de esos tres sectores estratégicos en la Arcernnr para ahorrar recursos.
Pero esa unificación trajo consecuencias. Para el exviceministro de Minas, Fernando L. Benalcázar, este proceso fue un fracaso y cree que el Estado ecuatoriano perdió cientos de millones por la ineficacia que tuvo esta entidad en los últimos cuatro años para controlar el sector minero y velar por el cumplimiento de la ley del ramo.
Benalcázar, quien participó en la fusión, contó a esta alianza periodística que la Arcom se quedó únicamente con 10 técnicos y después de dos años se contrataron a 25 personas más. Con 35 técnicos es imposible controlar el sector minero en todo un país, especialmente las más de 2.000 concesiones que existen en pequeña minería, afirma Benalcázar.
Esa debilidad institucional es notoria, por ejemplo, en el registro estadístico, una de las competencias de esta agencia. El equipo de esta investigación periodística solicitó a la Arcernnr -cuando aún existía- las estadísticas anuales de producción de oro en Ecuador de los últimos 10 años.
En su respuesta, la Arcernnr informó que Ecuador produjo más de 8.000 toneladas de oro en 2013, cuando la producción mundial en ese año fue de 2.800 toneladas. Pese a la insistencia, la agencia no pudo explicar sus cifras.
Estas mismas inconsistencias se repitieron entre los años 2014 y 2016. A partir del 2017, esta institución reportó que las cifras de producción y exportación eran las mismas. En la misma respuesta, sin embargo, reconoció que los datos de producción se extraen de los informes que presentan los titulares de derechos mineros y afirmó que esa información se encontraba en análisis.
La Arcom también está a cargo de regular las exportaciones. Una de sus competencias es otorgar el certificado de exportación a la empresa o persona que lo solicite, un requisito que se implementó en el 2016.
Hasta ese año, el único documento que las autoridades ecuatorianas solicitaban para esta actividad era la Declaración Aduanera de Exportación (DAE). Pero la directora de la Arcom alertó en ese momento que existían “graves indicios de que la exportación de oro no tenga un origen lícito”.
Esto sobre todo a raíz del caso de las empresas Spartan y Clearprocess, que incluso fue documentado por la OEA en el mismo informe de 2021. Allí, el organismo internacional menciona que ambas compañías -que estaban relacionadas- se convirtieron rápidamente en las principales exportadoras de oro en Ecuador.
Pero formaban parte de una red internacional que compraba grandes cantidades de oro ilícito de Perú y que ingresaba al Ecuador por contrabando. Luego, lo exportaban a empresas de EEUU usando documentos falsificados. Por eso, en las cifras de exportaciones del 2013 al 2014 tienen un súbito repunte: de US $433 millones pasaron a más de US $1.000 millones.
Tras este caso, la entonces directora de la Arcom pidió que toda exportación tenga un certificado emitido por esa institución. En 2016, para obtener dicho documento, los interesados en exportar debían presentar un packing list, que es un documento donde detallaban los números y pesos de los minerales a exportar.
En 2019, sin embargo, un informe interno de la Arcom concluyó que era necesario establecer más controles a las exportaciones de estos minerales. Por ese motivo, la Arcom emitió el 6 de agosto de ese año el primer reglamento para el control de este tipo de exportaciones.
Allí, por ejemplo, la Arcom exigió a los exportadores que en el packing list también incluyera el número de contenedores o barras, el contenido de los minerales principales y secundarios, la pureza del mineral y la firma del representante legal para certificar la información.
Pero, además, esta resolución también ordenó que los peticionarios que hayan cumplido con los requisitos envíen muestras del material a exportar para que un laboratorio verifique el contenido y la pureza de los minerales a ser exportados. Estos resultados iban a determinar el pago de regalías al Estado.
La resolución del 6 de agosto de 2019 causó malestar entre los exportadores mineros. Un grupo de empresarios de ese sector pidió medidas cautelares para suspenderla. Sostuvieron que solo existía un laboratorio para la toma de esas muestras lo cual demoraba el proceso y afectaba su negocio.
El juez Ricardo Aguilera, que conoció el caso en Guayas, aceptó el pedido y suspendió la resolución de manera provisional. Más adelante, el 31 de octubre de 2019, levantó dichas medidas después de que la Arcom acreditara la existencia de más laboratorios para cumplir el requisito.
Pero mientras sucedía ese impase en la justicia, la Arcom modificó su propia resolución y eliminó todo el acápite relacionado con la toma de muestras en los laboratorios. Lo redujo a un artículo donde dispone que los laboratorios tomen las muestras a costa de los titulares mineros. También eliminó el artículo correspondiente al objeto de dicho reglamento que mencionaba que esa resolución era para el control de las exportaciones. Esta segunda resolución, con menos requisitos para obtener el certificado, es la que sigue vigente hasta ahora.
Según los expertos consultados, para obtener el certificado de exportación, el empresario debe informar de dónde obtuvo ese mineral y a quién se lo compró. Pero ese reporte no es suficiente porque no hay cruce de información entre las instituciones. En ese formulario, sin embargo, no dice donde se molió el material aurífero.
“El método de lavado de oro observado más comúnmente por las autoridades consiste en falsificar las facturas utilizadas para documentar el origen de las exportaciones de oro. Con ese fin, en los documentos de exportación se nombran mineros artesanales falsos o compañías ficticias para justificar la fuente del oro extraído ilegalmente”, explica el reporte de la OEA sobre la minería ilegal en Ecuador.
Una fuente empresarial relacionada con minería, que pidió el anonimato, considera que el combate contra la minería ilegal es fácil: “pasado los 10 kilos de oro exportados por semana, todas las empresas deberían ir a revisión”. Esto es algo que no ocurre en Ecuador.