Como parte del II Encuentro Latinoamericano de Periodismo para Investigar la Corrupción (ELPIC), en la mesa “Los retos de la cobertura periodística en escenarios desafiantes”, periodistas de Nicaragua y Cuba explicaron la situación actual del periodismo en sus países y reflexionan acerca del rol de la prensa independiente y a los desafíos a los que se enfrentan. Estas reflexiones incluyen la salud mental como un asunto necesario del cual cuidar ante tanta susceptibilidad.
La mesa, moderada por el coach ontológico Esar Aysanoa Moree, contó con la participación de la periodista cubana Ana Lidia García, editora del medio digital El Toque, enfocado en contar Cuba, y del periodista nicaragüense Wilfredo Miranda Aburto, corresponsal de El País y miembro del diario digital Divergentes, dedicado al periodismo narrativo y de investigación, sobre todo de Centroamérica.
En el caso de Nicaragua, Miranda señaló que la represión del ejercicio periodístico en su país ha llegado al extremo. “El periodismo es víctima de una persecución incesante simplemente por tratar de documentar lo que sucede en el país, pero lo importante es no paralizarse y seguir informando”, sostiene.
Son al menos 120 los periodistas nicaragüenses exiliados desde abril del 2018 de acuerdo a un informe del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca más. Tampoco tienen un solo medio impreso en todo el país debido a que el último diario (“La Prensa”) fue sacado de circulación el 12 de agosto de 2021, primero por falta de papel y luego por amenazas judiciales.
En Cuba, solo en el mes julio de este año se registraron 140 violaciones a la libertad de prensa, de acuerdo al Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa, y 409 actos en lo que va del año.
El miedo por revelar actos de corrupción o exponer irregularidades hace incluso que muchos periodistas eviten firmar sus trabajos. García, con tristeza, sostiene que esta medida es necesaria para proteger la integridad del periodista: “los periodistas somos celosos por firmar nuestros trabajos, nos da mayor credibilidad, pero es más importante cuidar quienes están detrás del periodismo que hacemos”.
El corresponsal de El País suscribe lo anterior y agrega que la familia en muchas ocasiones también es hostigada o interceptada por la represión, por lo que un periodista debe contar con elementos de seguridad que le permitan ejercer responsablemente, además de las herramientas emocionales.
Manejo de emociones
Los miembros de El Toque participan de un espacio especial para conversar sobre su salud mental con un grupo de psicólogos argentinos. García cuenta que este diálogo les ha ayudado a validar sus propias emociones porque en muchos casos son compartidas con otros miembros.
“A veces uno piensa que algo solo lo sentimos nosotros o sino minimizamos las emociones de otros, pero es porque no lo conversamos. Hablar de eso nos libera porque, aunque en Cuba no ha habido periodistas muertos, vivimos una tortura psicológica que nos impide trabajar, nos quiebra e incluso nos hace sentir mal por tener miedo”, explica la periodista desde Estados Unidos y cuenta que en Cuba se está por aprobar un nuevo código penal que amenaza con restringir aun más la libertad de expresión.
Por el otro lado, están las emociones de indignación y enojo cuando se presencian episodios de injusticias, asesinatos, entre otros. Para Miranda, está bien sentirlas siempre y cuando no afecten la labor periodística, pues el periodismo “envenenado” -como lo llama- no sirve a la ciudadanía.
“Tienes que canalizar tus emociones y no dejar que te domine. Es tener la capacidad de indignación, pero que eso no contamine el periodismo que estamos haciendo, uno útil que informe honestamente sobre nuestro país”, remarca.
Sobre lo que aconseja a los periodistas jóvenes, el corresponsal señala al rigor como pilar básico en el oficio, así como ceñirse a las reglas básicas del periodismo, como la pluralidad y contraste de fuentes, la documentación, etc. Enfatiza que es importante forjar una credibilidad fuerte para tener contacto directo con fuentes directas. Por otro lado, tomarse un tiempo para relajarse, desconectar un poco para tener perspectivas distintas.
Ana Lidia García, por su parte, reflexiona que, si bien las redacciones están cada vez más en la virtualidad, son espacios muy ricos en aprendizajes e intercambio de experiencias que nos permiten continuar con la misión de informar bien.
* En colaboración con: Daniela Rojas (redacción y fotografía) y Jesús León Angeles (edición)
* El II Encuentro Latinoamericano de Periodismo para Investigar la Corrupción desde Diversas Miradas forma parte de #ProyectoColibrí, iniciativa que promueve la realización de conversaciones, encuentros y espacios de escucha de Convoca.