Tres periodistas compartieron sus experiencias de investigar el crimen organizado en países como El Salvador y Venezuela, y reflexionaron sobre la importancia de la reportería, en especial el trabajo de campo y el cultivo de fuentes. 
 

El encuentro, moderado por el periodista salvadoreño Héctor Silva Ávalos, de Prensa Comunitaria e Infobae, contó con la participación de José Luis Sanz, corresponsal español en Washington de El Faro y editor de El Faro English, y de Ronna Rísquez, periodista venezolana, quien es coordinadora editorial de Monitor de Víctimas y giró en torno a la reportería sobre el crimen organizado. 

Silva comentó que la importancia de investigar la corrupción y el crimen organizado está en lo que representan para la democracia y recordó un hecho que marcó la historia contemporánea salvadoreñara: el asesinato de ocho personas en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas debido al conflicto interno que se vivió en la década de los 80. 

“Luego de esa época el periodismo en la región tuvo más espacios, pero ahora estamos en regresión, sobre todo en Centroamérica, donde vivimos una ola de gobiernos autoritarios. Pero que eso no implique dejar de contar la realidad, la única forma de hacer periodismo es seguir publicando y, cuando los regímenes nos sacan de nuestros países, tenemos que ser creativos usando las nuevas tecnologías, nos permiten estar en la calle de otra forma”, reflexionó. 

Sanz, por su parte, señaló que esta innovación posibilita la construcción de nuevas narrativas que conecten y emocionen a la audiencia. En este contexto de sobrecarga de información, el periodista sostuvo que la labor periodística es más importante que nunca porque ofrece historias, información más trabajada, que puede debatirse, cuestionarse, contraponerse sin problemas porque buscan generar una reacción. 
 

También compartió su idea sobre el periodismo de investigación y el crimen organizado, acerca de que las personas en algunas ocasiones caen en la trampa de entender la investigación periodística como un caso, desde una narrativa ficcional o cinematográfica. Para él, la práctica periodística en realidad ayuda a comprender que el crimen organizado, por el poder político y económico que tienen, determinan la vida de cientos o miles de personas, al igual que el funcionamiento o ausencia del Estado, por lo que es importante partir desde allí. 

Sanz y Silva recordaron el caso Catedral, en El Salvador, conocido por denunciar la corrupción del gobierno de Nayib Bukele en la implementación de programas de ayuda a su ciudadanía. Previamente la misma institución había negociado con las pandillas Mara Salvatrucha y MS-13 para aparentar el éxito de su plan de seguridad ciudadana a cambio de favores a los delincuentes. 

En Venezuela se les llama pranes a las pandillas criminales. La periodista Rísquez contó con cierta pena que las organizaciones delictivas en su país están tocando otros terrenos que parecen inocuos como el deporte. “Ya no se dedican solo a actividades criminales convencionales, ahora están incluso en el béisbol, deporte estrella en Venezuela. Es necesario colaborar entre medios de distintos países y generar alianzas para ver las conexiones entre estructuras en distintas partes de la región, el crimen organizado no tiene fronteras, ni naciones, es importante reconocerlo”, remarca. 

Rízquez comparte lo que menciona Sanz sobre las narrativas y agrega que el trabajo de campo en el periodismo de investigación es vital para ser más real, por lo que es necesario salir con protocolos de seguridad digital, física, psicológica e incluso jurídica. “Cuando encontramos hallazgos tenemos que ser conscientes de para qué sirven y de allí ver cómo contarlo para que llegue a más audiencia, estamos sirviendo a la ciudadanía”, contó. 

* En colaboración con: Daniela Rojas (redacción y fotografía) y Jesús León Ángeles (edición)
* El II Encuentro Latinoamericano de Periodismo para Investigar la Corrupción desde Diversas Miradas forma parte de #ProyectoColibrí, iniciativa que promueve la realización de conversaciones, encuentros y espacios de escucha de Convoca.