Las mujeres destinan más tiempo que los hombres al trabajo doméstico y de cuidado (labores de crianza), según la última encuesta Nacional del Uso del Tiempo, realizada por el Instituto Nacional de Estadística Informática. Por lo tanto, estudiar mientras se cuida a los hijos es muy complicado. “La existencia de guarderías, que funcionen como centros de estimulación temprana para los hijos e hijas de las alumnas universitarias e, incluso, docentes quitaría esa sobrecarga en la mujer”, dice Jhoanna Villacorta (24), estudiante de Psicología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, quien tiene un hijo de 2 años.
Durante la pandemia del Covid-19, Jhoanna estaba dedicada al cuidado de su hijo y llevaba sus clases de forma remota. Ahora, en su último año de carrera, está en un programa de internado en un centro comunitario de salud mental en el distrito limeño de Ancón. La joven universitaria es madre soltera y cuenta con el apoyo de su hermana y su mamá para cuidar a su pequeño. “Sería complejo, si no tuviera familiares que pudieran hacerse cargo de mi hijo. Hubiera dejado la universidad porque la crianza implica dedicación y tiempo, que estés presente”, reconoce.
Otra motivación que tiene Jhoanna para no abandonar sus estudios es acceder a una mejor calidad de vida, cambiar su situación económica. “No contar con apoyo objetivo y material, como pueden ser guarderías y lactarios, dificulta esos planes de vida”, dice la estudiante.
Recientemente, una iniciativa de la Secretaría de Género y Asamblea de Mujeres de la Universidad de San Marcos identificó esta necesidad de 200 madres. “Realizamos un mapeo de las estudiantes que son madres en la universidad y, a través de encuestas, recogimos su preocupación por el retorno a las clases presenciales. Nos comentaron que los niños ya se habían acostumbrado a tenerlas cerca y, ahora, no saben con quién dejarlos”, afirma Tania Gómez, secretaria de Género de San Marcos.
La propuesta de la Secretaría de Género busca incorporar guarderías que sean espacios donde los niños realicen diferentes actividades y, a la vez, generar prácticas pre profesionales para los estudiantes de Educación o Psicología. Sin embargo, aún hay resistencia del Consejo Universitario.
Una institución que tiene guardería es la Universidad Maria Auxiliadora (UMA) de San Juan de Lurigancho. "La guardería surgió por la necesidad de nuestros estudiantes. De 1.750 alumnos, 300 son mamás de niños menores de 3 años. Y de esa población, el 25% necesitaba ayuda", explica Gladys Morán, gerenta general de la UMA.
Carmela Chávez, especialista en sistemas educativos de la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria, Sunedu, señala que las guarderías están consideradas como servicios de asistencia a los estudiantes con el objetivo de evitar la deserción, mas no hay una reglamentación para su implementación. En el caso de los lactarios, sí la hay, para aquellos lugares donde trabajan más de 20 mujeres en edad fértil.
“Debería aplicarse también para las guarderías. Es un criterio que no se ha considerado en los modelos de licenciamiento de universidades de la Sunedu pero que, definitivamente, se tiene que avanzar”, agrega la funcionaria.
El informe Bienal de Realidad Universitaria Perú (2020), elaborado por la Sunedu, evidencia que la presencia de miembros dependientes en el hogar, es decir, niños menores de 14 y adultos mayores de 65, es un factor que está altamente relacionado con la interrupción de los estudios de pregrado e, incluso, la reducción de un acceso a estudios de posgrado, sobretodo, en la población femenina. Entonces, para las mujeres es un factor significativo la cantidad y carga de miembros de la familia que dependen de ellas.
Además, hay un vacío de información muy grande sobre está problemática, que no permite mapear la relación exacta de deserción estudiantil por causa de mujeres con hijos. “Mirar a los estudiantes universitarios en todos sus problemas es importante. La última encuesta nacional para estudiantes universitarios es del año 2014 y el último censo, del 2010. Son cifras muy antiguas que no permiten ver la realidad de nuestros alumnos”, enfatiza la funcionaria de la Sunedu Carmela Chávez.
La creación de guarderías en las universidades es una pelota que parece estar en la cancha de las iniciativas de Responsabilidad Social Universitaria, área de cada universidad de donde puede salir el financiamiento. "Es importante crear guarderías universitarias porque son servicios fundamentales para las mujeres, pues muchas estudiantes universitarias se encuentran en edad reproductiva, así como las docentes", advierte Carmela Chávez.
Para la especialista de la Sunedu, hay un trabajo de incidencia pendiente propio de las comunidades universitarias con el fin de que sus autoridades se comprometan con los estudiantes a brindarles servicios que generen igualddad de oportunidades a las que son madres.