David Alvarado sale casi diario a la radio local a denunciar la contaminación del agua que toman en el valle moqueguano de Tumilaca, conformado por tres centros poblados. La Municipalidad de Samegua les provee de agua, pero David afirma que no ha tomado ninguna medida para atender la emergencia. “Acá, pagamos por el servicio de agua y, ni siquiera, recibe tratamiento. Siguen distribuyéndola directamente del río, pese a que ya no es apta para el consumo humano, porque sobrepasa los límites máximos de aluminio, hierro y bacterias”, cuenta el dirigente del centro poblado El Común.
El valle de Tumilaca se encuentra entre Samegua y Torata, distritos de la provincia de Mariscal Nieto, en la región Moquegua. Su población consume agua captada del río Tumilaca, que es la continuación del río Asana. Algunas características del río Tumilaca, como el nivel de turbidez y de aluminio y hierro, han superado los valores máximos establecidos en el Reglamento de la Calidad de Agua para Consumo Humano del Ministerio del Ambiente (Minam).
Una muestra tomada por la Gerencia Regional de Salud de Moquegua, analizada en 2020, arroja 1,68 miligramos de aluminio por litro (mg/L) en el agua de consumo de el centro poblado El Común; el límite máximo permisible es 0,2 miligramos.
De acuerdo con el coordinador del laboratorio de ecotoxicología de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, Raúl Loayza, el consumo de altas concentraciones de un contaminante, como el aluminio, puede ser peligroso si la exposición es frecuente. Puede llevar a mostrar, a largo plazo, algunos síntomas de intoxicación crónica relacionados con un mal funcionamiento fisiológico, así como tener efectos renales, estomacales o neurológicos.
El análisis de la muestra de agua tomada por la Gerencia Regional de Salud de Moquegua también revela la presencia de coliformes y coliformes fecales que sobrepasan los parámetros de calidad. “Son un tipo de bacterias cuyo origen, en general, es el tracto digestivo. La presencia de coliformes en el agua pueden deberse a heces de animales o del ser humano, desagües, residuos domésticos, entre otros. Las heces también suelen tener huevos de parásitos o gusanos, lo cual resulta altamente infeccioso. Las poblaciones que consumen aguas poco saludables toman una carga tan alta de coliformes que les puede causar problemas estomacales crónicos”, explica Raúl Loayza.
La presencia de estas bacterias indica las condiciones del agua y la existencia de otras bacterias patógenas. Una alta cantidad refleja una calidad baja del agua. La norma de los Estándares de Calidad Ambiental (ECA) señala que los coliformes deberían ser 0, pero en el agua del río Tumilaca han llegado a 105 UFC. (unidades formadoras de colonias) por mililitro.
Al igual que los pobladores del valle de Tumilaca, David Alvarado es agricultor y, desde hace unos años, ya casi no ve peces en la cuenca, cuando antes había truchas, bagres, pejerreyes, hasta camarones. Según el ingeniero Ricardo Huamaní, la cantidad de vida animal y vegetal que hay en el agua está relacionada con el nivel de oxígeno disuelto que hay en ella; cuanto más haya, la calidad del agua es mejor.
En el río Tumilaca, el índice de oxígeno disuelto es casi la mitad del mínimo permisible: el límite inferior es 5 y su agua contiene solo 2,64 miligramos de oxígeno disuelto por cada litro en una muestra tomada el año pasado por la Entidad Prestadora de Servicios de Saneamiento Moquegua (EPS Moquegua) y la Contraloría General de la República, para determinar si la captación de dicho río cumple con los Estándares de Calidad Ambiental.
La declaración de emergencia del agua en la comunidad de Tumilaca considera al valle en la jurisdicción del distrito de Samegua, cuyo municipio les provee el recurso hídrico. Sin embargo, la Municipalidad de Torata tiene más contacto con la población de Tumilaca. Algunos informes y notas de instituciones públicas, como el Ministerio del Ambiente o la Defensoría del Pueblo, consideran al valle como parte de Torata. El dirigente David Alvarado afirma que alrededor del 90% de los pobladores vota en dicho distrito pero que, desde hace años, tienen un problema con la demarcación territorial.
Si bien ambas municipalidades se han reunido con los pobladores de Tumilaca reiteradas veces, para dialogar acerca del problema de saneamiento y salud en el valle, no ha habido ninguna acción concreta. A finales de 2019, el Ministerio de Vivienda, Saneamiento y Construcción y el alcalde de Samegua acordaron la construcción de una planta de tratamiento de agua potable para enero de 2020; hasta hoy no se realiza esta obra.
Junto con la alerta roja del agua, la Dirección Regional de Salud de Moquegua elaboró un plan de acción de tres etapas, que debió ser ejecutado por la Municipalidad de Samegua en un plazo máximo de un año. El dirigente David Alvarado afirma que no han cumplido con la segunda fase, que es la implementación de filtros de agua.
Convoca.pe intentó comunicarse con el alcalde de Samegua, el arquitecto Alonso Aragón, pero no recibimos respuesta, al igual que con la Dirección General de Intervenciones Estratégicas en Salud Pública del Ministerio de Salud.
Desviación del Asana
Desde 2018, el río Asana, del cual se abastecen los pobladores de Tumilaca, no sigue su curso natural porque en parte de él se encuentra el proyecto minero Quellaveco. La empresa Anglo American construyó un túnel de ocho kilómetros y una barrera de 50 metros para desviar el río y que este bordee la infraestructura hasta retomar su camino natural hacia Tumilaca.
Dicho proyecto se divide en dos etapas: cuatro años para la construcción, que empezó el 2018; y la fase operativa -explotación de cobre y molibdeno por 36 años, la cual está prevista para iniciarse a fines de este año.
Anglo American es una compañía minera inglesa, cuya sede central está en Londres. Opera en 15 países, entre los cuales están Chile, Brasil, Australia, Finlandia, Sudáfrica y Singapur. La inversión total de la empresa en el yacimiento de cobre de Quellaveco es de 5 mil 500 millones de dólares, según figura en la página web de la empresa.
Aunque Anglo American declaró que no utilizará agua del río Asana, en uno de los acuerdos que estableció con las autoridades y la población de Moquegua -antes de empezar a construir el túnel- señaló que solo usarán las aguas excedentes que el Asana capta en épocas de lluvias y lo está cumpliendo. Esto forma parte de los 26 acuerdos firmados como resultado de una mesa de diálogo para analizar el problema hídrico, ambiental y minero, así como las propuestas de desarrollo del departamento de Moquegua, la cual concluyó en el 2012.
Claudia Abad, especialista e ingeniera ambiental de Sedapal, señala que cualquier derivación o trabajo en el agua impacta y requiere de un análisis adecuado con un periodo de retorno alto, lo que quiere decir que el caudal o la cantidad de agua que se está cambiando de lugar estará dentro de los parámetros establecidos para evitar cualquier desastre natural. “El periodo de retorno dependerá de los estudios y previamente la Autoridad Nacional del Agua (ANA) debe autorizar el uso del recurso hídrico. De todas maneras, se va a alterar el ecosistema, la flora y fauna, por lo que se tiene que realizar un monitoreo de línea base que vea qué especies existen”, explica.
El pasado 25 de agosto la ANA, mediante una resolución directoral, autorizó la última licencia de agua a Anglo American, la cual le permitirá empezar operaciones, como tenían previsto. Con este permiso, la compañía podrá utilizar las aguas superficiales de otros dos ríos de la región (Vizcacha y Titire), mientras realice la actividad extractiva.
La Ley de Recursos Hídricos establece que el permiso del uso de agua es indeterminado mientras subsista la actividad para la cual se pidió. Bladimir Martínez, de la ONG Derechos Humanos y Medio Ambiente, parte de la Red Muqui, advierte que este carácter indeterminado hace que las consecuencias socioambientales se prolonguen, pues es posible que las compañías se expandan.
Fredy Cárdenas, otro agricultor de Tumilaca, se pregunta cómo le han entregado la licencia a Anglo American, si su Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) ha sido modificada hasta cuatro veces, la última en 2015. Además, recuerda que el Organismo de Evaluación de Fiscalización Ambiental (OEFA) ha detectado infracciones ambientales cometidas por esta empresa: la base de datos de Convoca Deep Data arroja nueve.
Una de las infracciones señaladas por el OEFA es acerca del túnel por donde se desvía el río Asana. Al supervisar las instalaciones de Quellaveco en febrero del 2019, se percató de que las dimensiones del ducto eran distintas a las que el instrumento de gestión ambiental de la empresa había establecido.
En los descargos, Anglo American señaló que no comunicaron esta diferencia porque no tendría incidencia en el medio ambiente y las variaciones eran insignificantes. Sin embargo, la ampliación de la longitud implica un aumento del volumen de tierra removida, lo cual impacta directamente en el suelo, de acuerdo con la resolución del Tribunal de Fiscalización Ambiental, que le impuso una multa de 15.85 UIT (66 mil 360 soles).
Miembros del equipo de comunicaciones de Anglo American señalaron a Convoca.pe que todas las observaciones han sido respondidas por la empresa. “El diseño de Quellaveco está hecho para la protección del agua del río [...], de ninguna forma, una observación o tema que vaya contra Quellaveco va a contaminar el río, son detalles técnicos”, manifestaron durante una entrevista concedida a este medio digital.
En agosto del 2019, los agricultores de Tumilaca junto con los de otras comunidades campesinas vecinas iniciaron un paro contra la empresa Anglo American y bloquearon la carretera Binacional. Tenían miedo de que el río del que viven y cosechan se contamine.
David Alvarado participó en dicha protesta: “Nos quedamos como seis, siete días consecutivos, en el puente Tumilaca, hasta conseguir que las autoridades, los ministros, nos presten atención. Se hizo una mesa de diálogo y unas reuniones posteriores pero, al final, quedó nuevamente en nada”. En esa oportunidad, ellos pedían la paralización del proyecto Quellaveco (que estaba en construcción), el cierre de la mina Aruntani (Puno), entre otros.
De acuerdo con un reporte de la Defensoría del Pueblo, de finales de 2021, Moquegua es la cuarta región del Perú con más riesgo de exposición de las personas a metales pesados, metaloides y otras sustancias químicas: detalla que 90% (173 mil 818) de la población total está expuesta en la región. Ante las alarmantes cifras de todo el país, el Ejecutivo aprobó un plan especial multisectorial para las personas expuestas a estos elementos. Si bien el presupuesto de Moquegua para Salud del 2022 es de poco más de 5 millones y medio de soles para el rubro de enfermedades no transmisibles, apenas el 0.54% (30 mil 493 soles) está destinado al tamizaje y tratamiento de personas afectadas por metales, según el Portal de Transparencia Económica del Ministerio de Economía y Finanzas. Convoca.pe ha investigado la contaminación por metales tóxicos en miles de peruanos y sus responsables en la serie de reportajes Expediente tóxico.
Con todos estos antecedentes, los agricultores Fredy y David ya no quieren entablar más mesas de diálogo, ahora buscan reunirse directamente con las autoridades del gobierno regional y central. “A veces, algunos vienen, pero no asumen responsabilidades, no firman acuerdos, solo se presentan. Merecemos ser atendidos”, protesta David.