Con el incremento del precio de los minerales en el mercado global el 2020 y 2021, las regiones del Perú tuvieron un aumento del canon minero para este año. De acuerdo con el portal del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), el año pasado, el canon distribuido entre las regiones superó los 4 mil millones de soles y, este año, se ha duplicado, llegando a más de 10 mil millones de soles.
Este dinero “debería servir para reducir las brechas de desigualdad que existen en las comunidades más pobres del país y ejecutar proyectos de inversión que generen un impacto que permita el crecimiento de las regiones”, explica el exdecano del Colegio de Economistas de Arequipa, Glenn Arce Larrea.
Sin embargo, Convoca.pe encontró que las regiones del sur —Arequipa, Apurímac, Cusco, Moquegua, Puno y Tacna— apenas han utilizado el 63.4% del canon recibido; en total 2 mil 319 millones de soles. Más de la mitad del dinero se utiliza en obras de menor cuantía, con un presupuesto menor a 10 millones de soles, es decir, proyectos con un mínimo impacto. Otra cuarta parte de este presupuesto se destina a transferencias a municipios locales para que ejecuten obras menores. Y sólo S/ 582 millones se están gastando en obras medianas.
Canon subió en 2022
De acuerdo con los datos obtenidos del portal del MEF, la región sureña que más recursos recibió este año es Cusco, con más de S/ 746 millones. Allí se ejecutan grandes proyectos mineros, como Las Bambas y Tintaya, que explotan principalmente oro y cobre. Además, la región imperial recibe canon gasífero por las operaciones de Camisea.
Ambos minerales alcanzaron picos históricos tras la pandemia del Covid-19. Por ejemplo, de acuerdo con el sitio web de noticias financieras Investing.com, el año pasado, el oro llegó a rozar los 2 mil dólares por onza, mientras que el cobre alcanzó un récord histórico de 4.7 dólares la libra.
La región Puno recibió un récord histórico por concepto de canon este año. Normalmente recibía no más de 150 millones de soles, pero para el 2022 superó los S/ 548 millones, porque hay varias mineras que entregan canon por la explotación de oro y plata.
Otra causa del mayor ingreso por canon en Puno podría ser el aporte de la empresa minera Minsur SA, explica Patricio Lewis Zúñiga, de la Red de Estudios para el Desarrollo. Esta compañía explota estaño en las alturas de Antauta. El año pasado, este metal utilizado para los componentes electrónicos pasó de un promedio de18 mil dólares la tonelada a casi 45 mil dólares.
También se incrementó el canon en Arequipa, que este año recibió 478 millones de soles; Moquegua, con 157 millones de soles; Apurímac con 194 millones de soles; y Tacna, con más de 204 millones de soles.
El gasto en modo pitufeo
El uso que los gobiernos regionales han dado al dinero del canon es preocupante. La mayor parte del presupuesto es invertido en obras menores y entregada a los gobiernos locales a través de transferencias. De los 1299 proyectos de inversión que ejecutan las seis regiones del sur, 946 tienen un presupuesto menor a un millón de soles; 320 proyectan un gasto de menos de diez millones de soles y solo 33 obras son de mediano impacto, con un presupuesto mayor a los diez millones de soles. Además, 284 aparecen con 0% de avance.
Por ejemplo, de los 478 millones de soles que la región Arequipa recibió por canon: 44.2 millones de soles se están invirtiendo en 287 obras con presupuesto de menos de 1 millón; otros 112.8 millones de soles se están gastando en 35 proyectos que no superan los 10 millones de soles de inversión; y solo cuatro obras tienen presupuestos mayores, sumando apenas 82.1 millones de soles.
Además, se han transferido a municipios distritales y provinciales de Arequipa 184 millones de soles para obras pequeñas, como mejoramiento producción ganadera, de canales, mantenimiento de vías y mejoramiento de servicios básicos. De todo este presupuesto, la gestión de Kimmerlee Gutiérrez ha logrado ejecutar solo el 63.4%. Parte de esta demora puede deberse a que hay 123 obras con cero por ciento de gasto.
Una situación similar se evidencia en la región altiplánica. En Puno, hay 229 obras en ejecución. De estas, 140 tienen un presupuesto menor a un millón de soles; 78 tienen presupuesto que no supera los 10 millones de soles y 11 proyectos que superan ese monto. Además, hay 46 proyectos con cero por ciento de avance.
La obra más emblemática de esta región es la compra de nueve plantas de oxígeno medicinal para establecimientos de salud, con un costo de 31 millones de soles y con 84% de avance. Esta inversión ya no tiene mucho sentido, pues el objetivo era enfrentar el Covid-19, pero el estado de emergencia ya fue levantado hace unos días. Otra obra importante es el Hospital Materno Infantil de Juliaca, un proyecto de 19.4 millones de soles que apenas llega al 49% de ejecución.
Otro ejemplo es el del gobierno regional de Cusco, que ha recibido 746 millones de soles producto del canon y sólo 13 de las 278 obras que ejecuta tienen un presupuesto mayor a los 10 millones de soles. La inversión con más presupuesto es la carretera Río Blanco Mollepata con 27.8 millones de soles y un avance de sólo 57.5%. En tanto, tienen 265 proyectos con presupuesto menor a los diez millones de soles y que suman 362 millones de soles del gasto proyectado.
No hay obras de impacto regional
Uno de los motivos porque no se plantean proyectos de impacto regional es que los gobiernos regionales no cuentan con funcionarios idóneos, señala Patricio Lewis, de la Red de Estudios para el Desarrollo.
“Servir detectó, hace poco, que al menos el 50% de los funcionarios no cumplen con los requisitos para el puesto. El problema es que elegimos gobernadores pensando si nos cae bien o porque es ‘antisistema’, y cuando ingresan, ponen en estos cargos a sus amigos para pagar favores. Y esas personas no tienen experiencia o, simplemente, no saben qué hacer. Es por ello que buscan gastar el dinero como pueden, con obras pequeñas y haciendo transferencias a municipios que, luego, ni siquiera usan”, explica.
Así también lo señala el exdecano del Colegio de Economistas de Arequipa. “Los gobiernos regionales deben concentrarse en realizar obras que generen impacto, sobre todo para crear empleo. Las obras menores deben dejarlas a los municipios locales, que a su vez deberían tener capacidad de gestión. Lamentablemente, no hemos tenido autoridades con experiencia para gobernar ni con un equipo técnico adecuado. Y, con el tiempo que falta, será difícil que usen todo el dinero”, añade Glenn Arce.
Ambos especialistas coincidieron en que este año fue una oportunidad única para las regiones, ya que el monto del canon que recibieron, difícilmente, volverán a verlo para el próximo año. El precio de los minerales, poco a poco, está bajando hasta los niveles prepandemia. Lo único bueno, destaca Glen Arce, es que el canon no se revierte y si no se gastó, vuelve a las cuentas del gobierno regional. “Las próximas autoridades tienen una oportunidad porque abrirán con una caja grande”, finaliza.