Estudio de Source International reveló que los niños asentados en Paragsha, en Cerro de Pasco, están seriamente afectados por arsénico, plomo y cadmio, elementos que compromenten su salud y su desarrollo cognitivo. El cociente intelectual de la población infantil paragshina fue comparada con un grupo de control similar, sin exposición a estos químicos, y los resultados fueron desalentadores. La semana pasada, el relator de la ONU escuchó recientemente a las víctimas de esta contaminación. A pesar de que el Gobierno emitió un reciente Decreto Supremo para apoyar a las poblaciones impactadas, los reclamos por falta de atención continúan.

Los habitantes del centro poblado de Paragsha, en Cerro de Pasco, comen, tocan y respiran metales pesados y viven con las consecuencias. En esta olvidada comunidad, que existe al margen de los servicios del Estado, los pasivos de la minería han afectado la salud pública a tal punto que los daños al sistema nervioso, intelectual y motriz, entre otras graves afectaciones, son más frecuentes que un resfrío común.

Y esta situación es sufrida sobre todo por los menores de edad, quienes desde su nacimiento, o incluso desde su gestación, empezaron a absorber elementos tan tóxicos como el arsénico, plomo y cadmio, según revela un estudio realizado a lo largo del 2021 por Source International y la ONG Centro Labor, y cuyos resultados fueron presentados a la comunidad este martes 1 de marzo.

Esta investigación científica evaluó el cociente intelectual de un grupo de 81 niñas y niños (entre 6 y 16 años) de Paragsha, uno de los distritos más expuestos a las actividades mineras en todo Cerro de Pasco. A fin de tener un grupo de comparación, se aplicó el mismo método en 17 niñas y niños (entre 11 y 16 años) de la ciudad de Carhuamayo, donde no hay actividades extractivas vigentes.

Así se detectó que el valor promedio del Cociente Intelectual Total (CIT) en la población expuesta de Paragsha obtuvo una puntuación de 82,5, una cifra que está 12,3 puntos menos con respecto a sus pares de la población no expuesta de Carhuamayo, cuyo puntaje promedio fue de 94,8.

Además, se detectó que el 37% de los niños y adolescentes que habitan el distrito afectado por los metales pesados obtuvieron un CIT “inferior” o “muy bajo”, en comparación con los estándares internacionales.

“El cociente intelectual y el cerebro se desarrollan en los primeros 6 años y medio de vida. Después de eso, muy poco. ¿Esto qué quiere decir? Que en estos niños, con 8 o 9 años, su cerebro no desarrolló y el impacto será para toda su vida. No es un impacto de hoy, se quedará en sus vidas para siempre”, advirtió ayer el fundador de Source Internacional, Flaviano Bianchini, durante la presentación del estudio.

Asimismo, durante la realización de esta investigación se analizaron muestras de cabello, con el fin de monitorear y comparar resultados con datos recogidos en el 2016. Los resultados revelan, una vez más, altos niveles de metales pesados en la población paragshina, en comparación con la población de control de Carhuamayo.

 

NIÑOS JUEGAN FRENTE A DESECHOS MINEROS

Menores de Cerro de Pasco conviven con los desechos mineros, que han formado enormes cerros en toda la ciudad. Foto: Andina. 

Así, se determinó que en Paragsha, Cerro de Pasco, el nivel promedio del arsénico (0,45 mg/Kg) es dos veces mayor que el valor promedio registrado en Carhuamayo (0,15mg/Kg). El plomo, lo es seis veces más (4,38 mg/Kg), y el cadmio, el doble (0,07 mg/Kg).  

Source International resaltó que existe un claro aumento de las concentraciones de metales pesados desde el año 2016, un indicador de que las fuentes de contaminación siguen activas y los organismos de los menores de edad siguen expuestos y acumulando los contaminantes tóxicos y cancerígenos.

“El plomo, uno de sus primeros efectos es provocar retraso mental, trastornos del coeficiente intelectual. El plomo, interfiere en el desarrollo físico del cerebro. El cadmio, aumenta las discapacidades de aprendizaje: los niños tienen más dificultades de aprender, alteraciones de la memoria. Con el manganeso, se tiene menor nivel de atención e interfiere con las capacidades manuales. El arsénico provoca hiperactividad en los niños, reducción de la capacidad verbal. Los niños tiene dificultad para hablar bien y disminución del coeficiente intelectual”, señaló Bianchini.

Source International ha calificado a Cerro de Pasco como probablemente el lugar más contaminado de la Tierra, pues los metales pesados de las minas no reguladas contaminan el agua, el suelo y el aire y causan graves problemas de salud. “En Cerro de Pasco se violan todos los días múltiples derechos humanos: el derecho al agua, a la educación, a la salud, a vivir en un ambiente limpio, a la propiedad ya la información. No se respeta el simple derecho humano a la vida”, refirió la ONG, que ha realizado estudios en esta comunidad desde el 2008.


Comprobación

Lo dicho por Bianchini fue observado recientemente por el relator especial sobre sustancias tóxicas y derechos humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Marcos Orellana. Tal como informó Convoca.pe, el especialista llegó al país para reunirse con las comunidades afectadas por las actividades extractivas que se desarrollan sin contemplar los daños a las poblaciones.

El funcionario internacional, en su paso por el Perú, escuchó a los representantes de la Plataforma Nacional de Afectados por Metales Tóxicos, quienes denunciaron que viven con metales pesados en el organismo. “En Perú no hay minería responsable. La comida, todo está contaminado. Nos hemos cansado del Ministerio de Salud. Nos falta implementación del hospital. No hay pastillas ni camillas. En febrero de 2020, cabe recordar, decenas de familias de Cerro de Pasco viajaron hasta Lima para acampar frente al Ministerio de Salud y exigir atención médica especializada para sus hijos afectados por metales pesados”, denunció Dora Dámaso, una de las tantísimas mujeres de Cerro de Pasco que sobreviven a los metales pesados que invadieron su organismo.

 

Relator especial de la ONU Marcos Orellana

Relator de la ONU llegó al país para escuchar a las víctimas de la contaminación por metales pesados e hidrocarburos. Foto: Derechos Humanos sin Fronteras.

Aunque Orellana llegó al país como parte de una visita académica, y no una oficial, podrá trasladar las denuncias de los afectados a los despachos correspondientes, a fin de que se analice una solución en el más breve plazo. 

“De los testimonios que he recibido, [se resalta] que el Estado, en vez de realizar un tamizaje a toda la población, ha hecho muestras a diferentes personas y los resultados de estos exámenes son entregados con mucha demora. A veces, seis meses o un año después. Esto limita las oportunidades de una intervención médica efectiva. Además, estas pruebas para que sean efectivas deberían ser periódicas, para ver cómo va evolucionando [la salud de la población]”, dijo el relator especial de la ONU en entrevista exclusiva con Convoca.pe.

Asimismo, recalcó que al Estado, en su deber de garantía de derechos, le corresponde un rol de fiscalización que es indispensable y un rol de garante para que cuando haya afectaciones a la salud tome las muestras necesarias para determinar la gravedad de los impactos y proveer asistencia médica especializada.

“No es solo un tema de asistencia médica. Es posible pensar que las personas reciban asistencia médica fuera de sus poblados, pero si vuelven a sus comunidades que están contaminadas, esto [la afectación a la salud] empieza de nuevo. [Debe hacerse] una intervención integral, donde la salud ambiental sea un componente primordial de la salud del Estado para prevenir la exposición de personas a peligros tóxicos”, alertó el especialista de la ONU.

Decreto y reclamos

El Gobierno aprobó, en diciembre pasado, el Plan Especial Multisectorial para la intervención integral a favor de la población expuesta a metales pesados, metaloides y otras sustancias químicas tóxicas. Sin embargo, la población de Paragsha, así como otras comunidades seriamente afectadas por la contaminación provocada por la minería, siguen reclamando por falta de atención médica, estrategias de prevención, reparaciones por los daños y sanciones contra las infractoras.

 

NIÑOS AFECTADOS POR PLOMO

Antes de la pandemia de la COVID-19, docenas de menores y sus padres llegaron al frontis del Minsa, para clamar por ayuda. Foto: Red Muqui.

 

Mediante Decreto Supremo N° 037-2021, el Ministerio del Ambiente (Minam) precisó que el objetivo de su plan multisectorial es disminuir el riesgo de la población expuesta a dichos elementos, con enfoques transversales, a través del compromiso e involucramiento de las entidades de los tres niveles de gobierno y la sociedad civil.

Además, señaló que dicho plan está organizado en tres ejes estratégicos, seis objetivos generales, 14 objetivos específicos y 81 actividades previstas con sus entidades responsables y participantes, unidades de medida y cronograma respectivo. Al mismo tiempo, presenta indicadores definidos con sus correspondientes fichas técnicas a nivel de objetivos generales y específicos.

“Busca articular las intervenciones integrales a favor de la población expuesta a metales pesados, metaloides y otras sustancias químicas tóxicas; el que incluye estrategias de prevención, mitigación, remediación, minimización y control de la exposición a metales pesados, metaloides y otras sustancias químicas tóxicas, así como acciones orientadas a monitorear, supervisar y evaluar su implementación”, informó Minam en aquella oportunidad.

Hasta ahora, los niños de Paragsha siguen esperando la atención del Estado, aunque para muchos de ellos ya es demasiado tarde.