De acuerdo con el modelo energético peruano, el alza del recibo de luz está atado al tipo de cambio del dólar y otros factores externos. Especialistas consultados por Convoca sostienen que el sistema requiere mayor transparencia en los cobros y una transición hacia las energías renovables.
 

Las tarifas de energía eléctrica se incrementaron por sexta vez en lo que va del 2021. En un contexto complejo para la economía familiar, marcado por la pandemia del Covid-19 y el alza de precios de productos básicos, Convoca.pe conversó con especialistas para conocer las razones que hay detrás de estos incrementos.

Como se recuerda, el último 5 octubre, el Osinergmin, organismo regulador de los servicios eléctricos, anunció la última modificación tarifaria. Desde entonces, los usuarios residenciales han visto elevarse los precios de sus consumos en 4,81%. Los consumidores industriales, 5,62%.

Jorge Manco Zaconetti, economista experto en temas energéticos, critica el sistema bajo el cual funciona el servicio de distribución eléctrica. Si bien el Osinergmin justifica estos incrementos de costos tomando en cuenta las alzas del tipo de cambio, Manco sostiene que detrás de los cálculos de la tarifa hay un sistema que requiere mayor transparencia y equidad.

“Todas las empresas de generación [eléctrica] a gas están felices con este modelo, como Kallpa, Energy, Enel y Eléctrica de Chilca", señala.

 

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El presidente de Aspec, Crisólogo Cáceres, señaló que las empresas eléctricas cobraron el llamado cargo de afianzamiento energético sin ser informado al consumidor. Foto: Difusión

 

El 34.5% de la producción eléctrica tiene como fuente el gas de Camisea. Las empresas eléctricas pagan por el gas natural un precio preferencial y subsidiado. Sin embargo, según Manco, estas venden la energía a los consumidores finales como una de las más caras del continente debido a una serie de distorsiones en toda su estructura de precios, que va desde la generación eléctrica hasta la transmisión y la distribución de la energía.

El usuario común es el más afectado. Manco apunta, por ejemplo, que mientras más de 7 millones de usuarios residenciales pagarán entre 56 o 57 dólares por 1 megavatio cada hora, cerca de 2,500 empresas pagarán solo de 20 a 22 dólares por el mismo consumo.

“Cuando tu recibes el recibo eléctrico en casa, no te dicen que estás subsidiando (…)", advierte Manco. "Deberían desagregar lo que estás pagando, por qué estás pagando. Somos más de 7 millones de usuarios regulados que dependemos de las tarifas de Osinergmin. No es que estemos desguarnecidos. Hay un organismo regulador”, refiere.

 

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El especialista Jorge Manco señala que debe haber mayor transparencia en las tarifas eléctricas. Foto: Difusión

 

Manco apunta que el año pasado, en época de pandemia, las empresas de generación eléctrica ganaron de 20% a 25% de rentabilidad. “Perú cuenta con abundantes reservas de gas natural, lo que asegura nuestra independencia energética”, anota. En tanto, de acuerdo con datos del regulador, el Perú tiene la tarifa más alta de Sudamérica después de Uruguay.


Tarifazo eléctrico y usuarios

Aunque en el recibo de luz no se coloca la cantidad de subsidios que se transfieren al usuario, Manco Zaconetti señaló que un 10% del monto de nuestra factura está dirigido al subsidio del Fondo de Inclusión Social Energético (FISE), a la reserva fría, generación hidráulica, eólica y solar.

“Cada tres meses nos ajustan las tarifas porque el modelo está hecho así (…). Te dicen: depende del tipo de cambio, depende de la inflación, del precio del cobre; pero a su vez te aplican el 10% en subsidios” critica. En su opinión,  Osinergmin no está cumpliendo a cabalidad su deber de proteger al consumidor. Y en este sentido, los afectados podrían formar una junta de usuarios que exija al ente regulador transparencia en la formación de las tarifas.

 

 
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El Perú es el segundo país con las tarifas más caras de Sudamérica. Foto: Difusión

 

“Primero debe existir una mayor transparencia en las tarifas de consumo doméstico. Deben explicar por qué, teniendo exceso de capacidad de potencia energética, la tarifa sube. Nos aplican una fórmula de tarifas que premia al menos eficiente”, cuestiona.

Por su parte, Crisólogo Cáceres, presidente de la Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios (ASPEC), apunta que las empresas eléctricas han estado cobrando conceptos en los recibos de luz, que incrementan el precio, con desconocimiento de los usuarios.

“Por ejemplo, nos han cobrado el llamado cargo de afianzamiento energético que servía para finalizar el gasoducto de Camisea, sin que nadie nos preguntara”, señala.

Ante los frecuentes incrementos tarifarios, Cáceres opina que el Congreso, el Ministerio de Energía y Minas y el Osinergmin deben supervisar de manera efectiva y generar cambios que reviertan esta situación.

 

¿Por qué sube la energía eléctrica?

Uno de los puntos paradójicos es que, a pesar de que el usuario paga un subsidio en su tarifa eléctrica que busca financiar la masificación del gas natural, solo una sexta parte de los hogares peruanos cuentan con una conexión directa a esta fuente energética. Sin embargo, las empresas generadoras sí se han beneficiado de este recurso, pues alimentan su producción de energía en un 40% con este hidrocarburo.

"El precio del gas del Lote 88 en boca de pozo cuesta entre $2.30 a $2.70, uno de los más barato del mundo. Sin embargo, la energía producida a partir de ese gas final se vende cara en el país", dice Manco Zaconetti.

Por otro lado, Pedro Gamio, exviceministro de Energía, sostiene que el clima de incertidumbre política ha impulsado el encarecimiento de las tarifas. Además, Gamio comenta que como el Perú es muy dependiente de la energía proveniente de combustibles fósiles, los precios también se ven afectados por factores externos.

Por el momento, una mejora en el clima de inversión permitirá moderar el tipo cambiario que afecta los costos para los usuarios. De hecho, la regulación energética establece que si el tipo de cambio del dólar varía deben ajustarse las tarifas.

Gamio considera necesario impulsar la energía solar, un recurso que la geografía del Perú permitiría aprovechar en abundancia y reducir gradualmente las tarifas eléctricas ante los posibles escenarios de crisis económica.