Por Fiorella Montaño | 8 de marzo de 2021
Hace un año, la tranquilidad de la fotógrafa Galia Gálvez fue interrumpida de forma abrupta por un acosador, que creó falsos usuarios en redes sociales para insultarla y denigrarla. "Waytita Costa" era una de las dos identidades ficticias escogidas por el perpetrador para tal hecho. Con este nombre, creó un perfil en Facebook, agregó a personas del entorno de Galia, como sus amistades, y dedicó varias publicaciones en su contra.
"Waytita" significa florcita en quechua. Este alias y la temática de las publicaciones que realizaba en contra de Galia, dan pistas de la identidad de la persona tras el acoso. En 2017, la fotógrafa se interesó por la danza de tijeras y, además de retratar este arte, empezó a practicarlo. La persona que la acosa también pertenece a esta comunidad artística.
En publicaciones de odio realizadas por el perfil de "Waytita Costa", se hace referencia a la capacidad de Galia como danzante, a los trajes que utiliza y a las relaciones que tiene con otros integrantes de la comunidad. El hostigamiento llegó al punto de inventar un supuesto delito cometido por la fotógrafa y difundir la publicación, para hacer daño a su carrera. "Waytita Costa" comentaba las publicaciones de su trabajo con imágenes editadas, en las que Galia era acusada de estafadora.
Las publicaciones falsas hacían referencia a un supuesto incumplimiento de Galia en la entrega de fotografías. Las mismas imágenes editadas fueron difundidas en la red social Instagram, por el perfil "Sofi Galvez".
Estas publicaciones datan de enero de 2020. Galia se enteró de ellas a través de amistades. Tomó registro de los post y los agrupó como medios probatorios para su denuncia. En su momento, confió en que la justicia daría con la persona detrás de los agravios, pero la identidad del acosador aún permanece en la sombra.
Retrasos en la investigación
Galia no solo recuerda el 2020 como el año en el que comenzó la pandemia del COVID-19 sino también en el que dejó de confiar en las instituciones encargadas de proteger a la mujer. Dice que siente que "perdió tiempo y dinero", ya que las denuncias que realizó ante el Ministerio de la Mujer, la Fiscalía y el Congreso de la República aún no avanzan.
En febrero de 2020, Galia presentó una denuncia por acoso ante la Cuarta Fiscalía Especializada en Violencia contra la Mujer. Tras analizar el lenguaje de las publicaciones difamatorias, ella llegó a la conclusión de que detrás del acoso se podrían encontrar su exprofesor de danza de tijeras, Roberto Saire Llana y su entonces pareja, Iris Quispe Calle.
Galia señaló en su denuncia que, desde el 2017, ambas personas le enviaban insistentes solicitudes por redes sociales, para agregarla a ella y sus familiares como contactos. En 2019, ambos "promovieron un linchamiento público" por una fotografía en la que Galia y su pareja aparecían dándose un beso, vestidos como danzantes de tijeras. Personas de esa comunidad los amenazaron con quemarlos, por esa presunta "falta de respeto".
El Centro de Emergencia Mujer (CEM) de Surco tomó parte en la defensa de Galia y solicitó que la Cuarta Fiscalía Especializada en Violencia contra la Mujer continuara las investigaciones por acoso. Las pericias no habían avanzado y los perfiles desde donde se infundió odio contra Galia ya habían desaparecido. El victimario actuó con más celeridad que la justicia.
Además del retraso en el Ministerio Público, el CEM tiene problemas para dar seguimiento a las denuncias de Galia y otras mujeres que acuden a esta instancia. "Cada dos semanas cambian de abogados", explicó la denunciante a Convoca.pe. Cuando un nuevo abogado llega al CEM, debe informarse sobre el caso, lo que genera un retraso en el seguimiento.
Convoca.pe se comunicó con el Programa Aurora, del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, para solicitar respuestas sobre estos cambios, pero no respondieron en varios días.
Lo mismo ocurrió con Iris Quispe, quién no contestó a Convoca.pe. Roberto Saire sí dio sus descargos. No negó que tuviera problemas con Galia, pero aseguró que no se encontraba detrás del acoso. "Yo no tengo nada que ver. Ya declaré (ante el Ministerio Público)", aseguró el presidente de la Asociación de Danzantes de Tijeras y Músicos del Perú.
Desde enero de 2020, el caso está estancado y se perdió la oportunidad de investigar los perfiles cuando se encontraban activos. Pese a ello, en febrero de 2021, Iris Quispe envió una carta notarial a Galia, para que dejara de informar sobre la denuncia que realizó en su contra, asegurando que no era culpable. Hasta esa fecha, la dirección de Galia se encontraba en reserva, pero las cartas fueron enviadas a su domicilio, por lo que teme que los presuntos agravios pasen del ámbito virtual al personal.
Casos de acoso en aumento
El acoso virtual se ha incrementado notablemente durante la pandemia del COVID-19, según informó el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, en febrero pasado. Solo entre abril y diciembre de 2020, las denuncias de acoso virtual aumentaron en 73% respecto al mismo período del 2019. Esta data corresponde a la alertas ingresadas en el portal http://www.noalacosovirtual.pe.
Lo que muestran las estadísticas de dicho portal es que las mujeres son las más afectadas por este tipo de violencia. Representan el 88% de las denuncias realizadas entre enero y agosto de 2020. Las redes sociales son las preferidas por los acosadores y Facebook es la principal, seguida de WhatsApp.
*Actualización miércoles 10 de marzo del 2021
María Aguilar, abogada de Iris Quispe, se comunicó con Convoca.pe y señaló que se encuentran a la espera del fin de las investigaciones. Afirmó que su clienta no dará ninguna versión hasta que el Ministerio Público se pronuncie. Que se trata de un asunto no concluido y por lo tanto no se puede acusar a su defendida. Así mismo, señaló que Iris calle no acosó a Galia Gálvez y que procederán con las denuncias por difamación, una vez la fiscalía concluya la investigación.