Según los resultados del último informe publicado por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) sobre la Evolución de la Pobreza Monetaria en el Perú (2014 - 2023), la pobreza extrema superó a los niveles de pandemia. De acuerdo a estas cifras, en 2020, año de la emergencia sanitaria, la pobreza extrema en el país representaba 5,1 % de la población peruana. Este año, sin el lastre del Covid-19, este porcentaje subió a 5,7%, lo cual se traduce en un aumento de más de 991 mil personas en pobreza extrema.
De acuerdo a la institución, la línea que separa la pobreza de la pobreza extrema es la cantidad de necesidades satisfechas. Un pobre extremo tiene los ingresos para satisfacer un "mínimo de necesidades nutricionales", mientras que una persona pobre, además, tiene el dinero para satisfacer estas y otras necesidades, como vestimenta, transporte, vivienda, entre otros.
Para el economista Eduardo Recoba, la diferencia también se encuentra en otros factores: acceso a salud, educación, y hasta a servicios digitales. Para él, la pobreza a secas es un asunto inclusive temporal donde las personas podrían acceder a estos servicios, mientras que la pobreza extrema es más compleja, difícil de superar e inclusive propia de ciertos sectores.
“La pobreza extrema tiene que ver con un umbral donde no solamente tenemos una pobreza estructural, que incluso puede ser hasta temporal, sino ya permanente, endémica. Donde este rango de la población puede tener gastos mensuales de hasta S/ 215.00, o sea, con doscientos quince soles viven, cuando un pobre, puede vivir hasta con el doble”, explicó para Convoca.pe el especialista.
Las zonas urbanas, las más afectadas por la pobreza
De acuerdo al documento elaborado por el INEI, a comparación de 2019, antes del impacto total de la pandemia, el número de pobres en el Perú ha aumentado en más de 3 millones 290 mil personas. Este 2023, el porcentaje de pobreza monetaria en el país alcanzó un preocupante 29%, en comparación con el 20,2% registrado en 2019, mientras que el aumento entre 2022 y 2023 representa más de 696 mil personas que entraron en situación de pobreza. Una cifra bastante alta.
Al respecto, el economista Eduardo Recoba señala que este no sería un fenómeno regional y que, por otra parte, es la consecuencia de una falta de políticas públicas enfocadas en mejorar la economía de las personas más vulnerables.
“No hemos registrado fortaleza desde, por ejemplo, transferencias focalizadas. Esto significa, transferencias desde el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) hacia población realmente vulnerable. No hemos tenido ninguna política vinculada [a este sector], por ejemplo, un ingreso básico universal, que es básicamente una renta mínima que deberían debería asignar el MEF hacia sectores vulnerables o en urgencia ya sea monetaria, ya sea nutricional, ya sea de ingesta calórica, sobre todo población infantil”, propone el especialista.
De otra parte, este incremento en las cifras de pobreza monetaria se ha sentido con mayor fuerza en las áreas urbanas, donde la pobreza ha aumentado del 24,1% al 26,4% entre 2022 y 2023. En contraste, en las zonas rurales, se observó una ligera reducción de la pobreza, pasando del 41,1% al 39,8% en el mismo período.
El economista Eduardo Recoba señala que este fenómeno podría deberse a que la economía en las ciudades es netamente informal, con alto riesgo de no ser sostenible y técnicamente de subsistencia y no de desarrollo económico en el tiempo. En otras palabras, la economía urbana tiene un alto grado de precariedad, lo cual aumenta el riesgo de caer en la pobreza para ciertos sectores, como podrían ser pequeños comerciantes o vendedores ambulantes.
“Esas son transacciones que no generan un valor agregado en el tiempo, que no son sostenibles”, menciona Recoba. “Entonces, es más que evidente que ese tipo de pobreza monetaria se va a desarrollar más en las zonas urbanas, ¿por qué? Porque lo que se transa no genera crecimiento económico, simplemente es para vivir el día a día, es para cubrir una necesidad puntual, pero no desarrolla demanda, no desarrolla consumo, no desarrolla ahorro, no desarrolla inversión”, concluye el economista.
El informe también destaca el aumento del costo de la canasta básica de alimentos, particularmente en las zonas costeras del país. En Lima, por ejemplo, el costo de la canasta básica pasó de S/ 266.00 en 2022 a S/ 294.00 en 2023, mientras que en la región costa se registró un aumento aún mayor, de S/ 244.00 a S/ 270.00 en el mismo período.
Estos datos son alarmantes, especialmente cuando se considera que el costo de la canasta básica de alimentos ha aumentado drásticamente en la última década, pasando de S/ 161 en 2014 a S/ 251 en 2024 a nivel nacional, y de S/ 193 a S/ 294 en Lima en el mismo período.
Las regiones más pobres
Según el último informe sobre la Evolución de la Pobreza Monetaria en el Perú (2014-2023) del INEI, se evidencian marcadas diferencias regionales en los niveles de pobreza en el Perú.
El estudio identificó siete regiones con los índices más altos de pobreza, ubicadas en un rango entre 39,9% y 43,8% del total de su población. Estas regiones comprenden Cajamarca, Ayacucho, Huancavelica, Huánuco, Loreto, Pasco y Puno. En particular, Cajamarca destaca como la región más pobre, afectada, además, con un preocupante 52,9% de su población sin acceso a servicios básicos como agua, saneamiento y electricidad. Le siguen de cerca Loreto y Pasco, con cifras alarmantes de 72,9% y 38,3%, respectivamente, en la misma situación.
Por otro lado, se destaca un segundo grupo de regiones con cifras de pobreza que oscilan entre 27,9% y 31,4%. Este grupo incluye a La Libertad, Lima Metropolitana, Piura, la Provincia Constitucional del Callao y Tumbes, todas ubicadas en la costa del país.
Mientras que las regiones con menores índices de pobreza se agrupan en el tercer, cuarto y quinto grupo, con cifras que varían entre 23,1% y 9,2%. Es importante destacar que también persisten problemas de pobreza extrema en todo el país. Cajamarca, Huancavelica, Loreto y Puno lideran el grupo con tasas de pobreza extrema entre 13,7% y 17,1%, seguidas por otras regiones como Amazonas, Ayacucho, Huánuco y La Libertad.
Las regiones más pobres
Según el último informe sobre la Evolución de la Pobreza Monetaria en el Perú (2014-2023) del INEI, se evidencian marcadas diferencias regionales en los niveles de pobreza en el Perú.
El estudio identificó siete regiones con los índices más altos de pobreza, ubicadas en un rango entre 39,9% y 43,8% del total de su población. Estas regiones comprenden Cajamarca, Ayacucho, Huancavelica, Huánuco, Loreto, Pasco y Puno. En particular, Cajamarca destaca como la región más pobre, afectada, además, con un preocupante 52,9% de su población sin acceso a servicios básicos como agua, saneamiento y electricidad. Le siguen de cerca Loreto y Pasco, con cifras alarmantes de 72,9% y 38,3%, respectivamente, en la misma situación.
Por otro lado, se destaca un segundo grupo de regiones con cifras de pobreza que oscilan entre 27,9% y 31,4%. Este grupo incluye a La Libertad, Lima Metropolitana, Piura, la Provincia Constitucional del Callao y Tumbes, todas ubicadas en la costa del país.
Mientras que las regiones con menores índices de pobreza se agrupan en el tercer, cuarto y quinto grupo, con cifras que varían entre 23,1% y 9,2%. Es importante destacar que también persisten problemas de pobreza extrema en todo el país. Cajamarca, Huancavelica, Loreto y Puno lideran el grupo con tasas de pobreza extrema entre 13,7% y 17,1%, seguidas por otras regiones como Amazonas, Ayacucho, Huánuco y La Libertad.