“La corrupción opera como una matrioska: detrás de una empresa hay otra, y otra más, hasta llegar al beneficiario final”, explicó Emilia Díaz-Struck durante la presentación en la cual detalló cómo identificar patrones de opacidad utilizando herramientas como OpenCorporates, una base de datos con información de más de 222 millones de empresas en 140 jurisdicciones, y OpenSanctions, que centraliza listas de sanciones internacionales.
Uno de los casos ilustrativos presentados durante el taller involucró a empresas que cambiaron de giro comercial justo antes de recibir contratos multimillonarios, como una compañía originalmente dedicada a la venta de champú que de repente asumió proyectos de construcción. “Es en esos detalles donde encontramos las primeras señales de alerta”, afirmó la experta.
Rastreando pistas más allá de las fronteras
Díaz-Struck subrayó la importancia de mirar más allá de las fronteras nacionales. Destacó registros internacionales de propiedades, bases de datos sobre bienes de lujo como yates y aviones, y portales judiciales extranjeros como herramientas esenciales para conectar pistas. Se ejemplificó con investigaciones que revelaron cómo empresas offshore adquirían propiedades de alto valor en ciudades como Miami y Nueva York, exponiendo vínculos con políticos y empresarios.
También abordó el papel de la compra y venta de obras de arte y antigüedades en el lavado de dinero, citando casos en las que piezas contrabandeadas terminaron en museos de renombre mundial. “El lujo no siempre es lo que parece; a menudo es una fachada para actividades ilícitas”, comentó.
Colaboración transnacional y rigor organizativo
La colaboración internacional surgió como una de las claves del éxito en investigaciones sobre crimen organizado. Díaz-Struck animó a los periodistas a formar redes con colegas de otros países, destacando cómo estas alianzas ayudan a superar barreras como el acceso limitado a datos locales o las diferencias lingüísticas.
Asimismo, enfatizó la importancia de organizar y documentar cada hallazgo mediante herramientas simples pero efectivas, como hojas de cálculo y archivos digitales. “La organización no solo facilita el análisis, sino que también asegura que cada pieza del rompecabezas esté respaldada y sea verificable”, señaló.
Un periodismo que transforma
El taller culminó con una reflexión: el periodismo de investigación no solo informa, sino que busca transformar realidades al exponer las dinámicas del poder y la corrupción. “Nuestro trabajo es un acto de servicio público. Cada historia que revelamos es un paso hacia la justicia y la transparencia”, concluyó Díaz-Struck.
Con iniciativas como este taller, Convoca refuerza su compromiso con el fortalecimiento del periodismo de investigación en la región. A través de herramientas innovadoras, metodologías colaborativas y la experiencia de figuras como Emilia Díaz-Struck, este encuentro sigue siendo un espacio fundamental para aprender, conectar y transformar la lucha contra el crimen organizado en América Latina.
*Imagen de portada: Ann Kiernan para GIJN