En investigación periodística sobre el Arco Minero del Orinoco también se da cuenta de cómo el gobierno de Nicolás Maduro promueve el desarrollo de la minería artesanal con mínimas medidas de protección a las personas y al medio ambiente

El decreto presidencial de Nicolás Maduro que prohíbe el uso de mercurio en la minería en Venezuela es letra muerta. Los primeros 3.932,10 kilogramos de oro que habrían sido extraídos del Arco Minero del Orinoco y depositados en el Banco Central de Venezuela no son “ecológicos”, como asegura el gobierno, pues se produjeron aplicando la sustancia tóxica y sin las más mínimas medidas de protección a las personas y al medio ambiente. Además, la real producción de oro en esa zona de la Amazonía venezolana es desconocida debido a que las entidades estatales reportan cifras que se contradicen.

 

Con su mano derecha Misael Reyes frota circularmente una lámina de cobre por donde fluye el pantano que todavía no deja ver la riqueza que contiene. “¿Usted ve esa gota plateada que se forma? Ese es el mercurio que utilizamos para comenzar a separar el oro de las rocas que sacamos de las minas y que trituramos en estos molinos”, explica el hombre de 56 años de edad, 36 de ellos sumergidos en las profundidades de los yacimientos de El Callao.

El minero Reyes muestra y explica cómo continúa el procedimiento: con una espátula recoge el material aurífero que queda adherido a la lámina de cobre y lo exprime. Luego lo coloca en una pala y con un soplete lo quema para lograr la total separación del oro. El vapor se expande y tanto los nueve mineros que trabajan en el lugar como los dos visitantes no pueden evitar respirar el aire contaminado.

La parte sólida del pantano se acumula en montañas de arena que volverán a ser procesadas para extraer los residuos de oro que quedan en ellas. La líquida va a una laguna artificial de aproximadamente 5 metros de diámetro y menos de un metro de profundidad. Ninguno de los mineros utiliza equipos de protección para evitar entrar en contacto con el mercurio. Reyes asegura que no es necesario: “Los que nos hemos dedicado a esto toda la vida ya estamos inmunizados”. Y también le resta importancia al riesgo de que el agua que toman del río más cercano para procesar las rocas se devuelva a su cauce contaminada: “La tierra se chupa el mercurio antes de que llegue al río”, afirma.

 

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Los mineros entran en contacto con el mercurio sin medidas de protección. Foto: William Urdaneta.

 

La demostración del uso del mercurio tiene lugar en Molinos Calderón, uno de los aproximadamente 60 que operan desde hace décadas en el sector La Ramona de El Callao; y uno de los que está formalmente incorporado a las llamadas Brigadas Socialistas Mineras que el gobierno promueve como una nueva forma de organización de los pequeños mineros de la zona. 

El minero Reyes levanta la voz para que el ruido de la maquinaria que tritura las rocas en Molinos Calderón no impida que quede grabado su testimonio: “No hay cambios en la forma en que hemos trabajado desde siempre. Seguimos picando rocas en los barrancos, trasladando el material a los molinos y usando mercurio para separar el oro”.

 

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Los trabajadores de Molinos Calderón, en el Callao, no están enterados de la existencia
de las Brigadas Socialistas Mineras. Foto: William Urdaneta.  

 

Todo eso ocurre a principios de abril de 2017, a pesar de que el 5 de agosto de 2016 fue publicado en Gaceta Oficial el decreto presidencial que prohíbe el uso, tenencia, almacenamiento y transporte del mercurio como método de obtención o tratamiento del oro y cualquier otro mineral metálico o no metálico, en todas las etapas de la actividad minera que se desarrolle en Venezuela. 

Pero el ministro de Desarrollo Minero Ecológico para la época, Jorge Arreaza, aseguró que en menos de un año los mineros del lugar dejaron de usar la sustancia tóxica y ahora venden su producción al gobierno. “De La Ramona salieron entre un 15 y un 20% del oro entregado recientemente al Banco Central de Venezuela”, afirmó el 23 de abril de 2017.

 

EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA

Sin la más mínima preocupación por el decreto presidencial que prohíbe el uso del mercurio, pues ni siquiera saben que existe, Itamar Fernández y Germín Gutiérrez trabajan en el sector La Culebra de El Callao. Allí hay aproximadamente 20 barrancos, como se denomina a los huecos de metro y medio de diámetro y hasta 40 de profundidad construidos por lo menos diez años antes que se decretara el Arco Minero del Orinoco. “Aquí nada ha cambiado, el mercurio es como el pan nuestro de cada día”, asegura Fernández. Y Gutiérrez acota que los mineros de la zona siguen trabajando sin asistencia alguna de parte del Estado. 

La Organización Mundial de la Salud ha determinado que la minería artesanal o a pequeña escala produce 37% de las emisiones de mercurio y es la mayor fuente de contaminación del aire y el agua con este metal. Los vapores superan los 1,0 mg/m3 (que es el límite tolerable para las personas), y los residuos líquidos caen al suelo y fluyen a lagos, ríos y océanos.

Una investigación realizada por Jorge Paolini, de la Universidad Nacional Experimental de Guayana, concluyó que entre 2000 y 2007 la concentración de mercurio en peces que consumen los habitantes de la cuenca del río Caroní aumentó de 2,8 a 4,5 mg/g. El documento, publicado en 2008, incluye un pronóstico alarmante si la minería artesanal o a pequeña escala continuaba avanzando sin control: en 2015 la concentración de mercurio en peces se habría elevado a 6,5 mg/g.

La toxicóloga e investigadora de la Universidad de Carabobo Maritza Rojas analizó 24 estudios científicos sobre el uso del mercurio en Venezuela, 7 de ellos sobre su impacto en la salud de seres humanos. Se ha detectado presencia de mercurio en cabello entre 0,36 y 186,5 mg/g (lo tolerable para una persona es 10 mg/g) y en sangre entre 11,78 y 20 mg/g (lo tolerable es 15 mg/g). Sobre los síntomas de la intoxicación por mercurio, el análisis destaca afecciones neurológicas (tensión nerviosa, cefaleas, insomnio, temblores, cambios de humor), oftalmológicas y gastrointestinales.

 

INFOGRAFIA

 

Los molinos son clave en el proceso de extracción de oro. Constituyen pequeñas y medianas empresas que disponen de maquinarias y equipos necesarios para el procesamiento del material en bruto que se extrae de las minas. Y, además, los molineros son los que suministran un insumo imprescindible en la práctica habitual de la minería en El Callao: el mercurio.

Alexis Chaurán, vocero de la Asociación de Mineros y Molineros Revolucionarios de La Ramona lo confirma: “Nosotros seguimos trabajando de la manera tradicional, con mercurio. Si eliminamos el mercurio, ¿cómo extraemos el oro? El decreto de prohibición del mercurio no se ha cumplido, porque es el Estado el que tiene que ofrecer las alternativas. Y mientras tanto la pequeña minería no se va a paralizar. Si prohibimos el mercurio eliminamos la pequeña minería y 80% de los habitantes de El Callao viven de la pequeña minería”.

Chaurán respalda el propósito gubernamental de organizar a los pequeños mineros, pero considera que las brigadas socialistas mineras comenzaron con mal pie: “Hay 10 brigadas de La Ramona, de las 39 que fueron creadas y autorizadas en enero de 2017, que aparecen en Gaceta Oficial como si correspondieran a Nacupay. Pero Nacupay es otra zona de El Callao. Lo peor es que solo beneficiaron a los grandes molineros. Los que trabajamos a menor escala quedamos excluidos”.

Las Brigadas Socialistas Mineras son grupos de mineros que se asocian con la Corporación Venezolana de Minería para la explotación del oro a pequeña escala. Obtienen un derecho para explotar minerales en un área que en total suma 25 hectáreas del sector Nacupay, de El Callao, se señala en la resolución que las creó, a pesar de que algunas están ubicadas en el sector La Ramona. Están obligadas a vender al Banco Central de Venezuela el oro y demás minerales que produzcan.

En enero de 2017, cuando se concedieron permisos a 39 Brigadas Socialistas Minera, se precisó que la autorización no implica la propiedad de la tierra ni de los minerales dentro de ella, y no puede ser transferida, vendida o comprada por cualquier otra persona. Cada brigada debe pagar al Estado venezolano una regalía, en especie, del 3% del valor del producto mineral final, que se envía al Fondo de Minería Social y debe reinvertirse en beneficios para mineros de pequeña escala.

 

EL BCV DESMIENTE AL MINISTERIO

En noviembre de 2016, Roberto Mirabal, para entonces ministro de Desarrollo Minero Ecológico, anunció al país que de las Brigadas Socialistas Mineras procedían los primeros lingotes de oro producidos en el Arco Minero del Orinoco. “Ecológicamente”, destacó; es decir, sin usar mercurio. Aseguró que en seis meses se extrajeron 400 kilogramos de oro (en números redondos y sin mayores detalles) que se sumaron a las reservas depositadas en el Banco Central de Venezuela.

La afirmación del ministro implica la duplicación de la producción de oro oficialmente reportada el año anterior. Para 2015, la Corporación Venezolana de Minería planificó la producción de 1.531 kilogramos de oro, de los cuales solo se produjeron 430,75 kilogramos, es decir 28 % de la meta. En el reporte del Ministerio de Energía y Petróleo de ese mismo año se indica que la producción fue de 558,19 kilogramos, lo cual implica una disminución de 47,12% respecto de 2014, cuando se reportaron 1.055,58 kilogramos. El descenso ha sido sostenido y el Estado no ha podido detenerlo. En 2011, cuando se nacionalizó la industria del oro, la producción oficialmente declarada fue de 4.604,28 kilogramos y al año siguiente cayó a 1.981,51, en 2013 bajó a 1.674,86 y en 2014 a 1.055,58 kilogramos.

 

INFO 2

 

El retraso en las inversiones y la escasez de insumos y repuestos críticos causaron una disminución de la producción de oro en 2015, que obligó a pedir auxilios financieros a PDVSA Industrial. 

La Corporación Venezolana de Minería detalló las razones del incumplimiento de las metas: falta de transporte para el personal, protestas por el suministro de agua potable, fallas en la electricidad y escasez de insumos. 

Los anuncios de extracción de oro del Arco Minero del Orinoco y entrega al Banco Central de Venezuela fueron más frecuentes después que Jorge Arreaza asumió las riendas del Ministerio de Desarrollo Ecológico, en febrero de 2017: el 18 de abril, 238 kilogramos; el 4 de mayo, 313 kilogramos, y el 18 de mayo otros 453. Según Arreaza, se batió un récord, pues en un mes ingresaron 1.004 kilogramos de oro a las bóvedas del instituto emisor. El 2 de junio reportaron otros 407,18 kilogramos. “Buenas noticias! Llegan a bóvedas del BCV 250 kg más oro de nuestra pequeña minería. Recursos para la inversión social #MotorMinería, Activado”, escribió en su cuenta de Twitter el 29 de junio de 2017. El 7 de julio el ministro reportó 577, 50 kilogramos adicionales. Y el 28 de julio, al anunciar un séptimo cargamento de 769 kilogramos, Arreaza aseguró que el total de 3.007,68 kilogramos está valorado en 120 millones de dólares, calculados a precios internacionales del oro.

 

ORO

 

El 2 de agosto de 2017 hubo un segundo relevo en la conducción del Ministerio de Desarrollo Minero Ecológico. Víctor Cano reemplazó a Jorge Arreaza y el 31 de agosto anunció que la pequeña minería de Bolívar aportó otros 524,42 kilogramos de oro a las arcas del Banco Central de Venezuela. Todos los anuncios realizados por los ministros Mirabal, Arreaza y Cano suman 3.932,10 kilogramos de oro extraídos del Arco Minero del Orinoco, en un lapso de aproximadamente 15 meses. 

El balance del BCV correspondiente al segundo semestre de 2016 revela una reducción de 31% en las reservas de oro de Venezuela. De 8,8 millones de onzas troy en 2015 pasaron a 6 millones de onzas troy al cierre del año pasado. El mismo informe también muestra una disminución del valor de las reservas de oro de Venezuela, por el orden de 23%: de 10.041 millardos de dólares en diciembre de 2015 se bajó a 7.727 millardos de dólares en diciembre de 2016. El instituto emisor valuaba sus reservas en oro en 1.140,43 dólares la onza troy hasta finales de 2015, y en 2016 ajustó el precio a 1.272,42 dólares. Al 28 de julio de 2017, el BCV tomaba como referencia el precio diario Fixing de Londres­: 1.262,14 dólares la onza troy.

“El BCV comenzó en 2014 a realizar canjes de su oro monetario para obtener liquidez con la que hacer frente a una aguda crisis económica, acentuada por el derrumbe de sus ingresos por la venta de petróleo, su principal fuente de divisas”, señala el análisis que hizo Reuters sobre el referido balance semestral del BCV. Sin embargo, el instituto emisor no ha suministrado información detallada sobre este tipo de operaciones de canje y han sido infructuosas las exigencias que, en ese sentido, le ha formulado la Asamblea Nacional. En definitiva, no hay claridad sobre los procedimientos que aplicaría el gobierno venezolano para la reinversión social del oro extraído del Arco Minero del Orinoco, como tantas veces lo ha señalado el presidente de la República Nicolás Maduro.

 

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Jorge Arreaza estuvo frente al Ministerio de Desarrollo Minero Ecológico entre febrero y julio de 2017.
Foto: Ministerio de Desarrollo Minero Ecológico.

 

El Ministerio de Desarrollo Minero Ecológico ha insistido en destacar que la producción de más de tres toneladas de oro se ha logrado mediante la organización de los pequeños mineros y el uso de tecnologías limpias: “...se realizó gracias al compromiso adquirido por los trabajadores y trabajadoras artesanales de El Callao de trabajar mancomunadamente para estimular la exploración, explotación y comercialización del oro, apegado a las leyes establecidas por el gobierno nacional, donde la conservación del medio ambiente juega un papel protagónico”, aseguró Arreaza en abril de 2017.

Sin embargo, las estadísticas oficiales del Banco Central de Venezuela ponen en duda los señalamientos de los ministros Mirabal y Arreaza sobre un eventual resurgimiento de la producción legal de oro en Venezuela y su venta al Banco Central de Venezuela. En 2016, las compras internas de oro que realizó el instituto emisor se limitaron a 0,62 toneladas, por un monto de 45,98 millardos de bolívares; y durante 2017 solo ha adquirido 0,03 toneladas de oro, a un costo total de 3,75 millardos de bolívares. El último registro del Banco Central corresponde a abril de 2017. La falta de información oficial divulgada oportunamente ha sido denunciada como una estrategia deliberada de opacidad por parte del Ejecutivo (que a través de reformas legales ha asumido el control absoluto del BCV), lo cual ha causado controversias judiciales elevadas ante el máximo tribunal del país en demanda del derecho al acceso a la información pública, específicamente en cuanto a indicadores macroeconómicos como la inflación.

 

INFO 3
 

BRIGADAS NUEVAS, BANDAS VIEJAS

Vladimir Vegas, otro minero del sector La Ramona, también desmintió al ministro Arreaza sobre la erradicación de las mafias en el Arco Minero del Orinoco: “Nosotros lo que queremos es que el gobierno nos ayude, que nos protejan de las bandas de delincuentes. A nosotros nos mataron un compañero hace cinco meses; lo mató la banda del Ángelo. Lo mataron porque se opuso y denunció el cobro de vacunas y el tráfico de oro”.

Tal como lo plantea Vegas, las nuevas brigadas socialistas mineras están sometidas por las viejas bandas criminales que azotan a los pobladores de El Callao.

Y Chaurán complementa: “No es un ningún secreto que gente del gobierno tiene las manos metidas allí. Generales, jefes de todos los organismos públicos y, principalmente, de la Policía del estado Bolívar, que es lo más corrompido. Todo es un negocio. Eso es lo que llaman sindicatos, las bandas armadas de las cuales somos víctimas”.

 

VENEZUELA
El gobierno venezolano ha concedido permiso a 39 brigadas socialistas mineras.
Foto: Ministerio de Desarrollo Minero Ecológico. 

 

El representante de los mineros y molineros de La Ramona ratifica que ellos participaron en el acopio del oro referido por los ministros Mirabal y Arreaza, incluso antes de que se formalizara la creación de las Brigadas Socialistas Mineras, a través de la publicación de la respectiva resolución en Gaceta Oficial, el 9 de enero de 2017: “Sí, nosotros nos sumamos al esfuerzo del gobierno. Nos convertimos en receptores del oro que produjeron algunos mineros del sector y el año pasado hicimos dos ventas al Banco Central de Venezuela”. Pero Chaurán no dudo al repetir que ese oro se produjo como siempre se ha hecho, con mercurio.

 

MINEROS GRANDES VS PEQUEÑOS

A pesar de que en años anteriores el gobierno ha tratado de elaborar censos, no hay datos confiables sobre el número de personas que se dedican a la pequeña minería y mucho menos a la minería ilegal. Se especula que podrían superar las 40.000. La Misión Piar, el programa gubernamental creado en 2003 para brindar asistencia técnica, económica y social a los pequeños mineros del estado Bolívar nunca ha divulgado estadísticas consolidadas y actualizadas.

Las autoridades gubernamentales no reportan la producción ilegal ni el contrabando de extracción. Sin embargo, el descontrol que rige la extracción de oro en Venezuela se documentó en el informe Organized Crime and Illegally Mined Gold in Latin America, elaborado por la organización Global Initiative against Transnational Organized Crime y publicado en abril de 2016. El documento indica que en 2013 se produjeron 18 toneladas de oro en Venezuela, 16 de las cuales (91%) se extrajo y se comercializó ilegalmente.

Ramón Calderón, representante de los mineros y molineros de La Ramona, considera que el gobierno venezolano “ha hecho justicia” en su intento de empoderar a los que se han dedicado al extractivismo a su cuenta y riesgo. Pero manifiesta sus reservas frente a la participación del capital extranjero en el Arco Minero del Orinoco.

“Lo que queremos es demostrarle al Estado que nosotros podemos gerenciar nuestras empresas, que no hace falta que vengan inversionistas de afuera. Nosotros tenemos muy malas experiencias con las transnacionales, sobre todo con Rusoro Mining, que nos desalojó de la mina El Chocó y en menos de diez años la destruyó”, advierte Calderón. Y justifica su resistencia con argumentos políticos, a modo de interpelación al oficialismo y como una evidencia de que el reingreso de grandes empresas internacionales implica otro escollo que tendrá que afrontar el gobierno. “En 2010 nos prohibieron el acceso a las minas, particularmente a las ubicadas en Increíble, donde teníamos 60 pozos. La lucha de los mineros de La Ramona sirvió para que el presidente Hugo Chávez decretara la nacionalización del oro y expulsara del país a las empresas extranjeras. Durante muchos años estuvieron haciendo desastres con el medio ambiente. Lo que nos dejaron fueron grandes huecos, una enorme deforestación y mucha pobreza”, insistió Chaurán.

No basta que el gobierno tenga buenas intenciones, que haya creado un ministerio “de desarrollo minero ecológico” ni que se haya dictado un decreto presidencial para prohibir el uso del mercurio.

 

INFO 4

 

Según el Programa Internacional de Seguridad Química de las Naciones Unidas, el mercurio es el sexto contaminante más letal para la vida en el planeta. Pero en las minas de El Callao, precisamente donde se intenta organizar la minería a pequeña escala o artesanal a través de las llamadas Brigadas Socialistas Mineras, está profundamente arraigado y se considera imprescindible en la principal actividad económica de la zona. Tanto así que, como lo dijo el minero Misael Reyes, convencido de que no corre peligro alguno al usar mercurio: “Los que nos hemos dedicado a esto toda la vida ya estamos inmunizados”.

*Este reportaje forma parte del especial 'El arco minero del Orinoco'. Lee todos los capítulos aquí.

Asimismo, el trabajo es el resultado de una alianza entre Organized Crime and Corruption Reporting Project y el International Center for Journalists para la promoción del periodismo de investigación en Venezuela.