En una serie de confesiones grabadas en video, Joao Santana y Mónica Moura, los publicistas brasileños que dirigieron la campaña del expresidente salvadoreño Mauricio Funes en 2009, aseguran que el expresidente y su esposa gestionaron contribuciones a través del Partido de los Trabajadores y de Lula da Silva, en ese entonces presidente de Brasil. El relato de los publicistas coincide con el de tres de los seis principales ejecutivos de la oficina de sobornos de Odebrecht. Ante fiscales brasileños, los ejecutivos relataron que la campaña de Funes se nutrió con al menos 3 milllones de dólares del esquema de corrupción más grande en la historia de América Latina.

En 2008, el publicista Joao Santana estaba por cerrar una campaña electoral en Sao Paulo cuando el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, le encargó que dirigiera la de un exentrevistador salvadoreño que, a la luz de las encuestas, daba por primera vez a la izquierda latinoamericana una oportunidad realista de ganar la Presidencia de El Salvador. Nueve años más tarde, las declaraciones rendidas ante el Ministerio Público Federal de Brasil por tres ejecutivos de la constructora Odebrecht y por dos publicistas brasileños que lavaban dinero de esa empresa, detallan las gestiones que según ellos hicieron en su momento el candidato presidencial Mauricio Funes y su esposa, Vanda Pignato, para obtener financiamiento de campaña por al menos 3 millones de dólares que, hoy se sabe, provenían de la oficina de sobornos de Odebrecht.

Las declaraciones rendidas ante la justicia brasileña por esas cinco personas procesadas dentro de la investigación por el mayor caso de corrupción en la historia de Brasil detallan los esfuerzos que Funes, su exesposa y el expresidente Lula hicieron para obtener ayuda que permitiera fortalecer la última etapa de la campaña electoral del candidato del FMLN. El Faro tuvo acceso a las transcripciones y videos del caso y en uno de los videos Santana confisa que cuando recibió la petición, su primera reacción fue de rechazo. "Le dije al presidente Lula: Estoy muy cansado. Quiero salir de esta campaña de Marta Suplicy en Sao Paulo, quiero ir a Nueva York para hacer un curso allí", relató a los fiscales. Lula, dice Santana, le insistió. "En caso de que el FMLN pueda triunfar, usted es la persona indicada. Él (Mauricio Funes) es una persona de izquierda. Piense en eso y no se preocupe, que nosotros garantizamos todo", le dijo.

 

 

La esposa de Santana, Mónica Moura, también ayudó al Ministerio Público a reconstruir lo que sucedió aquellos días, y su declaración contradice la versión que ha dado hasta ahora la exesposa de Funes en cuanto a que ella nunca hizo gestiones para obtener financiamiento para la campaña: "A finales de 2008 Vanda nos buscó. Nos hizo una visita allí donde era la productora en Sao Paulo. No la conocíamos a ella. Dijo que estaba muy feliz porque íbamos a ir a El Salvador y porque Lula hablaba mucho de Joao debido a que en 2006 habíamos ganado la reelección como presidente", declaró Mónica Moura.

Cuando Lula encargó la misión a Santana, Mauricio Funes competía contra un Rodrigo Ávila que representaba al principal partido de derechas, que estaba por cumplir 20 años de gobierno. Las encuestas mostraban que después de los fracasos de las candidaturas del ex movimiento guerrillero de 1994, 1999 y 2004, Arena por primera vez corría riesgo real de perder. De hecho, Funes comenzó a aparecer con ventaja en encuestadoras como LPG Datos. Una ventaja precaria, pero que parecía consistente. Con su propaganda, el partido Arena intentaba persuadir al votante de que si Funes ganaba sería un aliado de Fidel Castro y Hugo Chávez. Con la suya, Funes marcaba distancia de Chávez y se alineaba más con el presidente brasileño. Entre números que mostraban que cualquiera podía triunfar en marzo de 2009, cada centavo invertido en publicidad iba a ser decisivo.

En ese contexto Lula intentó dar un empujón final a aquel candidato que estaba casado con su vieja amiga Vanda Pignato, que también tuvo militancia en el Partido de los Trabajadores desde su nacimiento en 1980. Nueve años después de aquel empujón, la justicia brasileña ha establecido que aquellos 3 millones de dólares que financiaron la campaña de Funes provenían de una partida presupuestaria secreta administrada por el Partido de los Trabajadores (PT), y que esta se alimentaba de sobornos pagados por la constructora Odebrecht para garantizar la obtención de contratos con la estatal Petrobras.

Lula y Santana han sido condenados por lavado de dinero en la operación bautizada como "Lava Jato" (Lava autos, en español), que investiga una conspiración para corromper funcionarios y políticos a lo largo de los últimos 20 años aprovechando la gran disponibilidad de recursos de la gigantesca empresa Petrobras. Dentro de Lava Jato la justicia brasileña identificó la existencia de un cártel formado por 16 empresas para obtener millonarios contratos con Petrobras mediante el pago de sobornos. Una de esas empresas es la constructora Odebrecht, a la que se le ha detectado sobornos por más de 3 mil 370 millones de dólares.

Cuando las primeras investigaciones de Lava Jato vieron la luz pública en 2014, el Ministerio Público brasileño decidió crear una fuerza de tareas ad hoc, y estableció su sede en la ciudad de Curitiba, en el estado de Paraná. El Tribunal de Justicia de Paraná ha emprendido más de mil procedimientos judiciales relacionados con Lava Jato, incluidos los de Lula y Santana, y una de sus conclusiones es que, los 5.3 millones de reales (equivalentes a 3 millones de dólares al tipo de cambio de 2008) que costó la participación de Santana y Moura a la campaña electoral de Funes salieron de la partida presupuestaria administrada por el PT que se nutría de sobornos. "Campaña de El Salvador - Pago intermediado por Lula - Empresa Odebrecht", se titula uno de los anexos de la investigación. El favor de Lula a Funes y su esposa se hizo con dinero sucio.

Funes dice que ni él ni sus allegados pagaron un solo centavo por el aporte de Santana a la campaña electoral. El Faro le preguntó si el apoyo de Lula para gestionar la participación de Santana en la campaña implicaba que adquirió algún tipo de compromiso en caso de que ganara la presidencia, y lo negó. "Yo no le ofrecí nada a Odebrecht, al PT o al expresidente Lula en caso de que ganara las elecciones", respondió este 15 de agosto a una consulta que le hizo El Faro vía mensaje directo de Twitter.

Los documentos y vídeos públicos sobre las pesquisas muestran que, al abordar el caso de El Salvador, los fiscales brasileños nunca preguntan a los ejecutivos de Odebrecht si pidieron a Funes algo a cambio del aporte para su campaña.

Los tres ejecutivos de Odebrecht cuyas declaraciones perfilan la mano brasileña moviendo la campaña salvadoreña son Marcelo Odebrecht, Hilberto Silva y Fernando Migliaccio. Son las tres personas de más alto rango de la oficina Operaciones Estructuradas, que era la dependencia de Odebrecht responsable de manejar los sobornos. Marcelo Odebrecht, Hilberto Silva, Fernando Migliaccio, Joao Santana y Mónica Moura señalan que Lula delegó en su exministro de Hacienda Antonio Palocci la coordinación de la ayuda pedida por Funes y Vanda Pignato.

El aporte brasileño a la campaña de Funes se puede segmentar en dos partes: la primera, cuando Santana se hizo cargo de la campaña. Aunque Mónica Moura en su declaración ante los fiscales brasileños habla de "finales de 2008" el inicio de su relación con la campaña de Funes, varias fuentes salvadoreñas que participaron en ella y que luego integraron el equipo de gobierno hablan de junio de ese año. El segundo aporte se produce ya en 2009, cuando había publicidad producida por Santana y Moura, pero no había dinero para pagar espacio en medios.

Una de las tareas del exministro Palocci fue enviar dinero aportado por Odebrecht a un empresario cercano a Funes en El Salvador que sirvió para comprar pauta televisiva en el tramo final de la campaña. Las declaraciones no identifican a ese empresario que sirvió de intermediario y tampoco permiten aclarar si la compra de espacios en medios se costeó bajo el total de los 3 millones de dólares o si requirió de un desembolso adicional de Odebrecht.

Hasta este momento, mientras la operación Lava Jato continúa, ya muestra cifras astronómicas: el Ministerio Público Federal de Brasil informa que desde marzo de 2014 ha abierto 1,765 procedimientos, ha girado 844 pedidos de captura, ha pedido prisión preventiva para 97 personas y busca repatriar a Brasil el equivalente a unos 12 mil millones de dólares, al tipo de cambio actual. Esto, porque Lava Jato ha determinado que el cártel de corrupción operó no solo en Brasil, sino también en el exterior. Solo Odebrecht incurrió en sobornos en una decena de países de Latinoamérica y en dos de África. Los sobornos en el exterior, tal como en Brasil, iban dirigidos a funcionarios o políticos de partidos ideológicamente afines al PT.

Los tres ejecutivos de Odebrecht cuyas declaraciones perfilan la mano brasileña moviendo la campaña salvadoreña son Marcelo Odebrecht, Hilberto Silva y Fernando Migliaccio.

Odebrecht fue fundada en 1944 por Norberto Odebrecht y es una de las 10 constructoras más grandes de América Latina. En 2008, poco antes del llamado de Lula a Santana para ir a El Salvador, asumió la presidencia de la compañía Marcelo Odebrecht, nieto de Norberto.

Las tres fuentes salvadoreñas -que pidieron hablar bajo condición de anonimato por razones de seguridad- afirmaron que Santana y Moura llegaron a El Salvador a poner orden en un momento tenso de la campaña porque había conflictos entre el candidato presidencial -que solo se inscribió como militante del FMLN para cumplir un requisito de ley- y su partido, debido a diferencias ideológicas y a la falta de acuerdos sobre qué debía decirse en las piezas de campaña. "En una semana, el candidato tuvo que salir varias veces en programas de televisión a llamar a la calma y a desmentir a dirigentes del FMLN sobre los planes que implementaría si era electo", recuerda uno de estos ex funcionarios.

Las declaraciones de Santana y Moura que constan en vídeos perfilan a un Santana carente de interés alguno en trabajar en una campaña que no suponía un negocio codiciable. Santana alega que ni siquiera sabía que existía un país llamado El Salvador. Y Moura explica que cobraron "muy barato". Y cuando los fiscales le preguntan por qué lo hicieron, añade que estaban atendiendo un pedido del presidente Lula y que Vanda Pignato subrayaba que el FMLN era un partido muy pobre. "Vanda lloriqueaba y decía que el partido no tenía dinero", declara Moura.

Santana dice que conoció a Funes y Vanda Pignato cuando estos lo visitaron en 2008, poco después del encargo de Lula, aunque no da fechas, y los fiscales tampoco se muestran muy interesados en conocer demasiados detalles.

 

LA CONEXIÓN SALVADOREÑA

Las investigaciones en Brasil revelan que la amistad entre Vanda Pignato y el expresidente Lula, y entre Pignato y un ejecutivo de Odebrecht fueron clave para obtener el financiamiento a la campaña.

Cuando en mayo de 2017 fueron conocidas las confesiones de Santana y Moura sobre los pagos de Odebrecht, estos ya habían sido condenados a ocho años y cuatro meses de prisión por lavado de dinero. Un mes más tarde, fueron condenados nuevamente por lavado de dinero. La primera vez debido a que los pagos por sus servicios durante la campaña para la presidenta Dilma Rousseff provenían de sobornos pagados por una empresa que integró el cártel investigado por Lava Jato. La condena de junio obedeció a que habían recibido dinero sucio de Odebrecht como pago por servicios de publicidad.

¿Cómo la justicia brasileña llegó hasta El Salvador en sus investigaciones Lava Jato? En mayo de 2014, la Policía Federal de Brasil encontró un reporte contable de la oficina Operaciones Estructuradas, que indicaba la existencia de una cuenta secreta compuesta por sobornos de Odebrecht al Partido de los Trabajadores por 128.5 millones de reales de la que salía dinero que era destinado a donaciones para campañas electorales en Brasil y en otros países como Perú y El Salvador. Con ese dinero, en Brasil se financió, por ejemplo, la campaña de Marta Suplicy para la alcaldía de Sao Paulo; en Perú, la de Ollanta Humala para la presidencia, y en El Salvador, la de Funes. En junio de 2017 la justicia brasileña condenó a Antonio Palloci -el exministro de Hacienda de Lula y luego operador político del PT durante su gobierno (2003-2011)- a 12 años de prisión por corrupción y lavado de dinero. Palocci, según las investigaciones, administraba esa cuenta de la que salían los pagos para Santana y Moura.

Uno de los insumos para la condena contra Santana, Moura y Palocci fue la declaración que rindieron los tres ejecutivos de Operaciones Estructuradas respecto de aquel reporte contable que tenía una anotación que llamaba la atención de los fiscales: "Evento El Salvador vía Feira". Los tres admitieron que esa anotación se refería a un aporte a la campaña de Mauricio Funes, por medio de Santana y Moura.

Hilberto Silva, en su declaración del 6 de marzo de 2017, reveló que quien intermedió la relación para convencerlos de hacer el aporte en 2008 a la campaña en El Salvador fue el superintendente de Odebrecht en Panamá, André Rabelo. Dijo que la primera llamada provino de Rabelo y que después llegó la llamada de Lula. "Yo supe que la campaña en El Salvador estaba siendo realizada a petición de André Rabelo, nuestro superintendente en Panamá, quien tenía una relación de amistad con la esposa del candidato de El Salvador", puede leerse en la página 88 de la confesión de Silva.

Los tres ex funcionarios del gobierno Funes -que acordaron hablar bajo condición de anonimato- señalan que el estratega brasileño Joao Santana hizo las primeras visitas a El Salvador en 2008, aunque no precisan la fecha, y que con él llegó un equipo de primer nivel a producir la campaña. Coinciden en que la producción de las piezas de campaña corría por cuenta del equipo del gurú brasileño y que el FMLN y el movimiento Amigos de Mauricio se encargaban de pagar pauta para colocar las piezas en los medios de comunicación de mayor difusión. Funes aseguró el 12 de mayo de 2017 a El Faro que ni él ni el FMLN ni los Amigos de Mauricio pagaron los honorarios de Santana y de su equipo. "Como he dicho en otras ocasiones: ni el FMLN, ni Amigos de Mauricio, ni Vanda, ni yo recibimos dinero alguno de parte de Odebrecht o de cualquier otra empresa brasileña para la campaña y tampoco durante mi gobierno o después de él. No voy a reaccionar ante declaraciones de testigos criteriados que suelen decir cualquier cosa para lograr beneficios procesales. Si Joao Santana o Mónica Moura recibieron dinero de esa empresa, es un asunto por el que ellos deben responder ante las autoridades brasileñas. Yo no tengo por qué opinar sobre el tema", respondió vía mensaje directo de Twitter.

Cuando El Faro consultó a una de estas tres personas -que además trabajó en el Movimiento Amigos de Mauricio- si hubo gestiones para que Odebrecht aportara a la campaña, manifestó que no sabía porque la información sobre las empresas que aportaban a la campaña era manejada por exclusivamente Mauricio Funes y Vanda Pignato, que se reservaban el derecho a compartir esa información.

 

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Mauricio Funes buscó distanciarse de los spots de Arena -que lo comparaban con Hugo Chávez-
con una serie de videos en los que el candidato del FMLN afirmaba que se había reunido
con líderes de Argentina, Brasil y Chile, y en los que aparecía en esos países.

 

A inicios de 2009, en un esfuerzo por restar efectividad a los spots de Arena que comparaban a Funes con Hugo Chávez y que señalaban que iba a expropiar bienes de forma masiva una vez asumiera el poder, el equipo de Santana respondió con una campaña que enfatizaba las comparaciones de Funes con Lula. Dos de los exfuncionarios de la administración Funes afirmaron a El Faro que los spots en los que Funes aparecía en Sao Paulo, en Buenos Aires y en Santiago de Chile y en los que sugería que podía esperarse que su forma de gobernar se asemejara a las de Lula, Kírchner y Bachelet, se produjeron en tiempo récord de un día y que eso fue posible gracias a la ayuda de Brasil. "Nosotros veíamos que el equipo de Santana hacía grandes producciones durante la campaña, pero desconocíamos de dónde sacaban el dinero", afirmó uno de los exfuncionarios. El segundo dijo que solo sabían que el respaldo tenía origen en Brasil: "Toda la ayuda vino de Brasil para producir la campaña". Mauricio Funes aseguró a El Faro que no pagaron un solo centavo a Santana y su equipo, pero se rehusó a explicar quién lo hizo.

Cuando había avanzado la producción en El Salvador, el dinero para comprar espacios en televisión se agotó, dice Santana. Por eso, Funes le pidió auxilio monetario a inicios de 2009, petición que Santana trasladó a Lula. Mónica Moura lo recuerda con detalles: "El partido (FMLN) no tenía ya dinero para colocar publicidad en los medios de comunicación. Y Lula tenía que ayudar y dar dinero, no para nosotros, porque eso ya estaba arreglado, sino para comprar pauta. Joao habló con Emilio Odebrecht -a petición de Lula- y Emilio le dijo que no iba a tratar temas de dinero con él sino con Antonio Palocci. Ese dinero lo mandaron para El Salvador a través de la cuenta de un empresario que ayudaba a Mauricio Funes en esa época. Ese dinero llegó allá, pero ahí no participé yo", relató Moura.

El Faro consultó por correo electrónico a dos empresarios cercanos a Funes si fueron ellos quienes recibieron el aporte de Odebrecht. Miguel Menéndez (conocido como "Mecafé") fue uno de los mecenas de la candidatura de Funes, y negó que él hubiera sido el puente. "En ningún momento he recibido donativo por parte del Sr. Emilio Odebrecht para realizar compra de pauta publicitaria en televisión para la campaña de Mauricio Funes", contestó Menéndez. El empresario Nicolás Salume Babún no respondió si él o su padre, Nicolás Salume Barake (quien aparte de dar un aporte de 3 millones de dólares en la etapa final de la campaña fue nombrado primer designado a la presidencia por Funes), tuvieron algo que ver.

Sobre el "Evento El Salvador vía Feira", Santana relató a los fiscales lo que recordaba: "A finales de 2008 recibí la visita del entonces candidato Mauricio Funes y de la esposa Vanda, que es brasileña. Pidieron que hiciera su campaña. Yo no los conocía". Añadió que después se reunió con Lula para reiterarle lo que le había dicho cuando el presidente brasileño le pidió la misión la primera vez: que no quería asumir la tarea.

Mónica Moura explicó a los investigadores el interés de Lula en "aquel paisito": "La mujer de ese candidato era brasileña, afiliada al PT desde el principio. Fue fundadora del PT. Lula dijo que tenía una relación muy buena con ella y quería ayudar".

-¿Cómo es el nombre de la mujer? -le preguntó un fiscal a Mónica Moura.

-Vanda Pignato -respondió.

Moura describe que fue tanta la insistencia de Lula que Santana terminó accediendo.

 

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Según la confesión de Mónica Moura, Joao Santana y su equipo cobraron
3 millones de dólares por la campaña de Mauricio Funes.

 

Marcelo Odebrecht planteó lo mismo cuando fue consultado sobre el interés del PT en ayudar a los salvadoreños. "Porque tenían afinidad ideológica y la esposa del candidato era una de las fundadoras del PT o estaba relacionada. Ellos pidieron 5 millones... y yo les dije OK, pero bájenle a esa cifra".

Moura dice que el equivalente a un millón de dólares fue pagado directamente por Odebrecht y que los 2 millones restantes fueron pagados por Antonio Palocci, quien envió a un emisario, Juscellino Dorado, para que les entregara el dinero en un centro comercial, en Iguatemi. "Todo el pago se hizo en Brasil. Ellos (Mauricio y Vanda) no tenían para pagar, entonces era un drama para hacer la campaña allí, pero fue una campaña barata".

-¿Y por qué el partido (el FMLN) no pagó? -pregunto un fiscal a Moura.

-Ellos no tenían dinero. Eran muy pobres.

-¿Qué habló Vanda con ustedes?

-Vanda solo lloriqueaba. Decía que el partido era pequeño, que no tenía dinero, que además de ser de izquierda no tenía apoyo de los empresarios.

Vanda Pignato dijo a El Faro en abril de 2017, que ella no se ocupó de ningún tema relacionado con la publicidad ni durante la campaña ni durante la presidencia de Funes. También negó haber intermediado en Brasil para conseguir financiamiento para la campaña. Moura sostiene que la visita de Pignato a Brasil logró que Santana se incorporara a la campaña y que el precio que cobrara "fuera bajo".

La versión de Moura difiere un poco de la que ofreció Fernando Migliaccio, uno de los ejecutivos de Operaciones Estructuradas. El 9 de agosto de 2016 Migliaccio dijo a los fiscales que él fue el encargado de pagarle a Mónica Moura por los servicios prestados en las campañas de Angola, República Dominicana, Panamá, El Salvador, Venezuela y Brasil, y precisó que los pagos se hicieron en el exterior. Moura en cambio habla de pagos que recibió en efectivo en Brasil y de pagos hacia El Salvador en los que ella afirma no haber intervenido...

 

 

SANTANA RECUERDA LA SOLUCIÓN EN EL CIERRE DE CAMPAÑA

Santana hizo referencia a un episodio en el que, ya en 2009, el FMLN iba a la delantera en las encuestas, pero por muy poco: "Pasó algo al final de la campaña. En El Salvador, los medios son comprados, es decir, cada partido político compra en la televisión un espacio. En ese momento, estábamos con la campaña muy bien colocada e íbamos a la delantera. Teníamos mucha producción que la gente montó con una estructura muy buena en la televisión... pero no tenían dinero para pagar más pauta en la televisión...", relató a los fiscales.

En febrero de 2009, cuando quedaba un mes para la elección, LPG Datos mostraba que Funes tenía una ventaja de 2.9 puntos porcentuales sobre Rodrigo Ávila, pero en el equipo del candidato de izquierdas había temor de que la ventaja se esfumara en los días finales. "El partido sentía que podía ganar la elección. Estaban entusiasmados, pero no tenían dinero.... Arena bombardeaba con todo lo que tenía la televisión, con publicidad de pésima calidad, pero todo el día", dijo Moura al Ministerio Público.

Para entonces, Santana había pasado del desinterés inicial al entusiamos profundo. "Yo estaba plena, emocional y profesionalmente involucrado en la campaña. Si usted hace una campaña, va a querer ganar".

En ese momento crucial, relató, Funes le pidió que intercediara ante Lula: "Mauricio habló conmigo. ¿Pueden hablar con Lula para ver cómo nos puede ayudar?", dice Santana que le preguntó el candidato. Al parecer, Funes o Vanda no habían podido contactarse de nuevo con el presidente brasileño. "Mirá, Mauricio, es una cosa que nunca hago, pero ya que no puedes hablar con él, yo hablaré con él", le contestó Santana.

Uno de los tres ex funcionarios que trabajó en la campaña -que acordó hablar bajo condición de anonimato con El Faro- asegura que el FMLN recortó el aporte a la campaña después de la derrota de la alcaldesa de San Salvador, Violeta Menjívar, en enero de 2009, cuando buscaba la reelección. Dice que Boris Eserski, el empresario de la Telecorporación Salvadoreña (TCS), habló por teléfono a Funes para informarle que ya no le iba a pautar piezas de campaña hasta que saldara su deuda en un momento en el que faltaba poco más de un mes para la elección presidencial. En esos aprietos se encontraba el candidato que mostraba una precaria ventaja sobre su contendiente arenero en el cierre de campaña. El Faro buscó por correo electrónico y por teléfono la versión de Carlos Aguilar, un ejecutivo de TCS, sobre este episodio, pero al cierre de esta nota no había respuesta.

En una reunión en el Palacio Planalto –Casa Presidencial- en Brasilia, Joao Santana discutió la situación con el presidente Lula da Silva. "El buggy se quedó sin combustible. Todo lo que se hizo allí... Si no se tiene dinero para comprar espacios en medios, no tiene sentido. Por eso estoy acá, porque usted puede ayudar. Sin dinero para comprar espacio en los medios, no va a ganar la elección", dijo Santana a Lula.

El presidente le dio instrucciones: le pidió que contactara a Emilio Odebrecht -el padre de Marcelo Odebrecht- para solucionar el problema con una inyección de fondos para la campaña. "Telefonea a Emilio (Odebrecht). Gilberto Carvalho va a hablar con Emilio y le va a decir que usted le va a hablar para tratar un tema urgente", dijo Lula a Santana. Gilberto Carvalho era como el secretario privado del presidente.

Según Santana, esa plática resolvió el problema y cuando él regresó a El Salvador ya había dinero para seguir pautando en medios. "Le dije a Emilio (Odebrecht): quiero tratar un tema que Gilberto trató con usted. Lo sé. Lo sé, pero ya le dije al jefe que prefiero hablar con el italiano, pero quedate tranquilo, respondió. Para mí fue un alivio porque nunca traté este tipo de acuerdo y luego fue resuelto vía subsidiaria de Panamá. El dinero llegó. No sé cómo. El dinero llegó a la campaña y cuando regresé ya había señales de que se compró pauta".

Mónica Moura amplió sobre este punto. "El dinero llegó a través de la cuenta de un empresario que ayudaba a Mauricio Funes en esa época. Al final nuestro equipo saturó de propaganda la televisión y la radio y así ganamos la campaña. Nos dio una buena imagen... esa campaña en la que casi no ganamos dinero, nos dio proyección en la región, a causa de ella fuimos invitados a hacer una campaña en República Dominicana".

El Faro consultó a Funes quién fue el empresario cercano a él -que según Moura- recibió el dinero de Odebrecht para comprar pauta. Le consultó si se trataba de Miguel Menéndez o de Nicolás Salume. "Yo no tengo conocimiento de que Miguel Menéndez o don Nicolás Salume hayan recibido algún aporte económico para mi campaña de parte de Emilio Odebrecht o de su empresa. Si Mónica Moura asegura que eso ocurrió es cosa de ella y deberá demostrarlo ante las autoridades brasileñas. En mi opinión no basta con asegurarlo sin presentar pruebas de ello. Los aportes que para la campaña presidencial 2009 hicieron Miguel Menéndez y don Nicolás Salume, hasta donde yo tengo conocimiento, salieron de su propio patrimonio".

"De acuerdo a las confesiones transcritas, los montos de la cuenta general que mantenía el Grupo Odebrecht y agentes políticos del Partido de los Trabajadores fue usado para... financiar la campaña en un país extranjero a través de pagos a Joao Cerqueira de Santana Filho (en El Salvador, 5.3 millones de reales), etc", dice una de las enumeraciones de la sentencia del 26 de junio de 2017.

El 15 de agosto, Funes dijo a El Faro que no era cierto que Odebrecht pagara pauta televisiva en El Salvador. "Pueden verificar esa información con las empresas de comunicación que transmitieron nuestra publicidad en ese entonces para corroborar quién pagó por la pauta publicitaria y encontrarán que no figura ningún ejecutivo de Odebrecht. Todo se pagó con fondos del FMLN o de los Amigos de Mauricio".

En la noche del triunfo electoral (marzo 2009), Funes le habló al público congregado en la plaza Masferrer de la capital salvadoreña: “Agradezco, y quiero esta noche hacer un testimonio público a mi asesor y amigo, Joao Santana, su esposa y su formidable equipo de producción y de trabajo. ¡Muchas gracias!”. Santana recordó en su declaración lo desafiante de aquella campaña. "Fue una campaña pequeña, muy difícil de ganar, un gran desafío profesional, pero se cobró poco".

El 20 de junio, El Faro pidió vía mensaje directo de Twitter al expresidente Funes que se pronunciara sobre las confesiones de Marcelo Odebrecht, Hilberto Silva, Fernando Migliaccio, Mónica Moura y Joao Santana que los señalan a él y a su exesposa como los gestores de ayuda para la campaña ante el expresidnete Lula. El Faro también les consultó sobre el presunto rol de André Rabelo como el contacto clave de Vanda Pignato, y ambos se rehusaron a responder. La secretaria de inclusión social comunicó por medio de su asistente de prensa que no podía brindar una entrevista, ya que estaba sometida a tratamiento médico que le impedía atender la petición.

El 20 de julio, El Faro volvió a pedir una entrevista a Pignato través de correos electrónicos y de mensajes a su encargada de prensa. Esta vez no hubo ninguna respuesta. El 27 de julio, en una entrevista en el programa radial Pencho y Aída, Pignato negó los señalamientos desde Brasil. "No hay nada. Es un afán político por querer meterme en problemas no solo en Brasil sino aquí. ¿Cuántas veces que me llaman para preguntar? Siempre por lo mismo de Odebrecht. Yo ya les dije a todos que no trabajé en el área de recaudación de fondos. Cuando era primera dama no estaba en el área de comunicaciones. No puedo responder por cosas que no sabía".

Pignato enfatizó en ese programa de radio que no había pruebas de beneficios para Odebrecht en El Salvador. "En el caso de El Salvador no hay ninguna construcción ni ningún beneficio para Odebrecht. Diferente es para los otros países donde hay construcciones y nosotros ya lo explicamos muchas veces", dijo.

 

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La confesión de Joao Santana vincula directamente a Lula como intermediario
en el pago de Odebrecht a la campaña de Mauricio Funes.

 

EMPRESAS"LAVA JATO" EN EL SALVADOR

Lula fue sucedido en la presidencia de Brasil en enero de 2011. El 31 de agosto de ese año, visitó El Salvador para dar una ponencia en Fusades titulada "El papel de la empresa privada para el desenvolvimiento social y el combate a la pobreza: la experiencia del gobierno de Lula". Según la memoria de labores del Instituto Luiz Inacio Lula Da Silva, ese viaje fue pagado por la empresa Queiroz Galvao S.A., una constructora que se asoció con Andritz Hydro Inepar y que dos años después ganó el contrato para construir la expansión de la presa hidroeléctrica 5 de Noviembre. La Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa (CEL) -la empresa estatal que administra las presas hidroeléctricas en El Salvador- pagó a este asocio 189.37 millones de dólares por la obra y además adjudicó un contrato por 9.2 millones de dólares a la filial en El Salvador de la empresa brasileña Intertechne para supervisar la construcción.

Queiroz Galvao es una de las compañías mencionadas en las investigaciones del Ministerio Público brasileño como integrantes del cártel que sobornaba alrededor de la estabal Petrobras.

La sucursal en El Salvador de Intertechne reportó ante el Registro de Comercio que tenía cuentas por cobrar a Odebrecht que en 2009 ascendían a 2 mil 181 dólares, en 2010 a 1 mil 857 dólares y en 2011 a 1 mil 857 dólares. "No tengo conocimiento de eso. De hecho no conozco a los ejecutivos de Intertechne en El Salvador y menos me reuní con ellos. La relación de CEL con las empresas que ganan un contrato, sean estas nacionales o extranjeras, es de exclusiva responsabilidad de CEL y no tienen nada que ver con el Presidente de la República", dijo Funes.

Hace dos años, cuando Funes fue criticado por la contratación de Intertechne para hacer diseños de presas hidroeléctricas, el exmandatario salió en defensa de esa empresa, que además de supervisar la construcción de la 5 de Noviembre también hizo planos para la construcción de la presa hidroeléctrica El Chaparral. "La oferta de la empresa Intertechne no fue la más alta y era la de mayor experiencia en diseños de presas. Ignorancia o mala fe de", le respondió Funes en Twitter a la diputada de Arena Karla Hernández el 15 de agosto de 2015.

Funes responsabilizó a la Junta Directiva de la CEL por las contrataciones para realizar obras y manifestó que él no tuvo injerencia en las decisiones que fueron tomadas. "La asignación del proyecto de expansión de la central 5 de Noviembre al consorcio brasileño liderado por Queiroz Galvao fue una decisión de la Junta Directiva de CEL en la que por ley no tengo ningún papel que jugar en tanto presidente de la República. Yo no puedo presionar o inducir a que la Junta Directiva de una empresa autónoma como es CEL tome una decisión de esa naturaleza en un sentido o en otro. De hecho, la decisión fue avalada por la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), a través de su representante en ese entonces en CEL, el señor Tomas Hawk. Entiendo que CEL se inclinó por Queiroz Galvao luego de un minucioso análisis de su oferta", respondió a El Faro.

 

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Mauricio Funes y Vanda Pignato (L) se reunieron el 9 de septiembre de 2009 en el Palacio Itamaraty en Brasilia con el presidente brasileño
Luiz Inacio Lula da Silva durante una visita oficial que hicieron como mandatario y como primera dama.
AFP PHOTO/Evaristo SA / AFP PHOTO / EVARISTO SA.

 

El Instituto Luiz Inacio Lula Da Silva que trajo al expresidente brasileño a El Salvador en 2011 es investigado por el Ministerio Público Federal de Brasil, porque recibió dinero del cártel descubierto por Lava Jato. "Entre 2011 y 2014, el Instituto Luiz Inacio Lula Da Silva recibió 34,940,522.15 reales brasileños. De ese monto, el 60 % son fondos pagados por las constructoras Camargo Correa, Odebrecht, Queiroz Galvao, OAS y Andrade Gutiérrez, todas investigadas en la operación Lava Jato", dice el requerimiento ante la justicia brasileña. Dos días antes de su viaje a El Salvador, Queiroz Galvao desembolsó a Lula 168 mil 592 reales (105 mil 535 dólares, según el cambio de 2011).

Durante el gobierno de Funes también destaca la adquisición de autobuses a un fabricante brasileño para el servicio del Sitramss. El Faro consultó al expresidente salvadoreño qué conversó con Lula durante las dos visitas que este hizo a El Salvador cuando él era mandatario. "En la primera ocasión se trató de una visita de Estado donde se abordaron diferentes aspectos de la relación bilateral entre Brasil y El Salvador poniendo énfasis en los exitosos programas sociales de Brasil para combatir la pobreza. En la segunda ocasión, ya como expresidente, Lula visitó el país para participar como invitado especial y padrino del lanzamiento del Programa Territorios de la Ciudadanía, en su versión salvadoreña. Un programa similar había sido implementado por el gobierno del ex pdte Lula años atrás. No tengo idea quién financió ambos viajes del expresidente. Y como los contratos de CEL no entran en el ámbito de las atribuciones y facultades del Presidente de la República, no fueron materia de análisis en ninguna reunión que sostuve con el expresidente Lula. En cuanto al crédito del BNDES para comprar los buses del Sitramss ese fue analizado por las autoridades del gabinete económico y financiero de mi gobierno, quiénes fueron debidamente informadas de la condición que pone el BNDES para otorgar un crédito a empresarios que no son de Brasil".

La única persona que fue interrogada sobre si Funes ofreció algo a cambio de ayudar a su campaña fue Mónica Moura, quien negó que el equipo de Santana haya recibido algún tipo de premio. "No. Nosotros no pedimos nada ni ellos lo dieron". Aunque después relató un episodio que explica cómo Santana se convirtió durante dos años y medio en el principal receptor de contratos de publicidad gubernamental con el gobierno de Funes.

Antes, ex funcionarios del ejecutivo durante el gobierno Funes explicaron a El Faro que el plan para entregar todo el pastel de contratos de publicidad del ejecutivo fue fraguado en la presidencia y fue ejecutado por una persona de absoluta confianza del presidente, Patricia Zablah, quien además fue una de las personas más cercanas de Funes durante su campaña y una de las encargadas de hacer los contactos con los grandes medios de comunicación. "Patricia manifestó que Mauricio Funes no podía someter su imagen de presidente a los publicistas de "derecha" del país que lo odian y que, por lo tanto, era necesario recurrir a una empresa de confianza", dice uno de ellos.

"Luego de que Mauricio se convirtió en presidente, él le pidió a Joao que le ayudara en la publicidad del gobierno, porque él era un hombre de izquierda y todas las agencias de publicidad que había ahí (en El Salvador), durante esos 20 años, todas habían trabajado para Arena y aún continuaban. Mauricio era desconfiado".

-¿Recibieron pagos por esto? -preguntó un fiscal.

-Ahí sí. Teníamos contrato. Todo era legal. Abrí una empresa allá en El Salvador -dijo Moura.

Tras la campaña presidencial, Santana y Moura crearon la empresa Polistepeque S.A de C.V (Polistepeque Comunicación y Marketing S.A de C.V) en julio de 2009. Cuando asumió el cargo, Funes creó una estructura paralela a la Secretaría de Comunicaciones que siempre trabajó a la sombra y que se encargó de canalizar durante dos años y medio -sin ningún tipo de licitación- la publicidad del gobierno hacia la empresa de Joao Santana. Los contratos institución por institución comenzaron a llover a partir de mayo de 2010.

Polistepeque cerró operaciones en enero de 2012. El ex secretario de comunicaciones David Rivas cuenta sobre una reunión pocos días antes de que cerraba oficinas Santana en la que el publicista brasileño se quejó de que los ingresos que obtenía en contratos con el gobierno le parecían bajos y Funes le respondió que se ubicara. "Ubicate, este no es ni Brasil ni Argentina, es El Salvador y no tenemos recursos". El empresario añadió que si esa era la única respuesta que iba a obtener, prefería cerrar su empresa en El Salvador. "Entonces andate", le dijo el presidente y así selló el fin de la relación entre Funes y Santana.

A pesar de los reclamos de Santana a Funes por los bajos ingresos, Polistepeque facturó 8.5 millones de dólares solo en sus primeros 19 meses en El Salvador, de los cuales al menos 5.6 millones provinieron de pagos por servicios de publicidad de 10 instituciones del Ejecutivo. Polistepeque formó parte de un grupo de empresas -constituidas fuera de Brasil por Moura y Santana- que fueron investigadas como parte de un proceso para determinar si habían evadido impuestos en Brasil.

Un peritaje del 21 de enero de 2016 de la Policía Federal de Brasil -de referencia IPL 1985/2015-SR/DPF/PF- determinó que a nombre de Polistepeque fue adquirido un apartamento en Nueva York, ubicado en 245 19th Ave Apt 8W, New York, NY 10001. Está en una zona en la que -según sitios de bienes raíces- el precio promedio de cada apartamento es superior a un millón de dólares."Información de las autoridades americanas dan constancia que el inmueble en Nueva York se encuentra registrado a nombre de Polistepeque Comunicación y Marketing S.A de C.V (...) empresa constituida en El Salvador".

 

* Jimmy Alvarado es periodista de El Faro de El Salvador 

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