Ignacio Escolar, director de eldiario.es recibió este jueves 4 de octubre el premio Gabriel García Márquez a la excelencia periodística en Medellín, Colombia. Aquí fragmentos del discurso que dio durante la ceremonia de premiación:
"Quienes me conocen saben que el mejor rasgo de mi carácter probablemente es el optimismo. Es tan fuerte que en ocasiones se convierte en un defecto, porque siempre prefiero ver el vaso medio lleno, en vez de medio vacío, y a veces ni siquiera hay vaso. Pero les aseguro que compensa. Prefiero ser optimista y equivocarme que dar la batalla por perdida.
En este oficio, el periodismo, el pesimismo ha tenido buena prensa. Y eso ha sido muchas veces peor que las propias derrotas del oficio. Llevamos años rendidos. Pronosticando, nosotros mismos, el final del periodismo. Muerto por Internet. Por el derrumbe del papel. Por las redes sociales. Muerto por los bots y la inteligencia artificial. Por las falsas noticias virales. Por esos redactores jóvenes que toman nota en su móvil, en vez de usar la libreta.
Sé que hoy, esta noche, en este hermoso auditorio en la preciosa ciudad de Medellín, solo quedamos los optimistas. Los que no le tenemos miedo al futuro porque depende de nosotros. Los que creemos que ese futuro del periodismo puede ser más brillante que su pasado.
Dicen los pesimistas que el periodismo está en crisis. Pero nuestro trabajo consiste también en no generalizar y profundizar en los detalles.
No está en crisis la función social del periodismo. Nunca lo ha estado. Fuimos, somos y seremos necesarios. Porque nuestro trabajo, cuando es honesto y riguroso, es un gran servicio público. El periodismo sirve para desnudar al emperador cuando va vestido con mentiras.
Tampoco está en crisis la demanda de muchos ciudadanos por el buen periodismo, el que destapa los abusos del poder. Ni está en crisis el método periodístico. Sabemos qué es y qué no es una noticia. Sabemos cómo se investiga. Cómo se comprueba la información y cómo se cuenta a los lectores.
La revolución tecnológica no ha transformado la esencia de nuestro oficio. Solo nos ha dado mejores herramientas. Algoritmos para analizar grandes bases de datos y transformar la información en conocimiento. Buzones encriptados para proteger mejor a nuestras fuentes. Nuevas vías para conversar con nuestra audiencia, a la que hoy también podemos escuchar, algo que deberíamos hacer más.
El método periodístico ha mejorado con la tecnología, que también nos ha dado un altavoz mucho más potente y eficaz. Internet simplemente es mejor que los canales que teníamos antes para distribuir la información. Internet es más rápido, tiene una profundidad infinita y es mucho más barato.
Por todo esto defiendo, a pesar de los pesimistas, que el periodismo no ha entrado en crisis: no en su función social, ni en el interés de las audiencias ni en su método. La única crisis del periodismo ha sido económica: cómo pagar el sueldo a los periodistas. No era un tema menor, porque no hay periodismo sin periodistas que vivan de su trabajo.
El colapso de los viejos modelos de negocio del papel no solo hundió el modo de vida de muchos periodistas. También arruinó el corazón de la prensa: su independencia editorial. Un lujo que solo se pueden permitir aquellos medios que son rentables.
Cuando fundamos eldiario.es, en 2012, las empresas periodísticas en España pasaban por uno de sus peores momentos en la historia. Miles de periodistas perdimos nuestro trabajo. La crisis económica provocó la quiebra de muchos medios y despidos masivos en aquellos que lograron sobrevivir. Quienes se salvaron lo hicieron con sueldos más bajos y, lo que es peor para el oficio: con el miedo en el cuerpo. Entre otros, cerró el periódico para el que yo entonces trabajaba.
Pero decidimos no rendirnos. Con el ahorro de unos pocos periodistas y amigos pusimos en marcha eldiario.es. Aprovechamos las ventajas de Internet para ser dueños de nuestra propia redacción. Apostamos por el periodismo de calidad, en vez de por las noticias virales. Y pedimos el apoyo económico de los lectores, pero no levantando un muro que dejase fuera a quien no pudiera pagar, sino cobrándoles a cambio de un diario que cualquiera puede leer gratis.
Había que ser muy optimista para apostar por un modelo así, pero funcionó. Siempre pensamos que había vaso y hoy eldiario.es es uno de los medios más leídos e influyentes en España, gracias, en gran medida, al apoyo económico de los lectores..."
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