Los agricultores del valle del Tambo, en Arequipa, riegan cerca de 13 mil hectáreas de cultivo con agua contaminada. Hay temporadas en que el río toma un color tan amarillento que deja esta coloración en los canales de regadío. La época de estiaje, cuando el caudal del río Tambo disminuye, es particularmente crítica. Jesús Cornejo, presidente de la Junta de Usuarios del Valle de Tambo, advierte que el agua se torna más turbia, el arroz se seca y las raíces del resto de alimentos sembrados se debilitan.
La contaminación del agua no solo afecta a la agricultura sino también a la población de toda la provincia arequipeña de Islay, porque del río Tambo, que contiene altos niveles de metales pesados, también se extrae el agua para el consumo humano.
Esta contaminación, que es generada principalmente por la actividad minera, ha obligado al Poder Ejecutivo a emitir una serie de declaratorias de emergencia en las zonas por donde pasa el río. La situación de emergencia se ha extendido desde la provincia arequipeña de Islay hasta los territorios de la región colindante de Moquegua.
Estudios de la Autoridad Nacional del Agua y de los gobiernos regionales de Arequipa y Moquegua han concluido que una de las principales causas de los niveles anormales de metales en el río Tambo es la contaminación producida por la operación en la unidad minera Florencia-Tucari, en el distrito de Carumas, provincia de Mariscal Nieto, en la región Moquegua.
La unidad minera, perteneciente a la empresa Aruntani, se encuentra en la zona alta de Moquegua. La contaminación afecta al río Coralaque, ubicado en esta región, luego, al río Tambo, en Arequipa. El Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci) estima que más de 3 mil 900 personas son afectadas por esta contaminación, en ambas regiones.
En este año la gestión de Fracisco Sagasti emitió los decretos 103-2021-PCM y 106-2021-PCM, que declaró en emergencia varios distritos de Moquegua y Arequipa. El último 5 de agosto, el nuevo gobierno de Pedro Castillo prorrogó el estado de emergencia en distritos de Islay, por 60 días. A pesar de que estas declaratorias son recientes, la contaminación viene de años atrás.
En 2011, el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) sancionó a Aruntani por exceder los límites máximos permisibles de emisiones en la operación de la unidad Florencia-Tucari. Desde ese año, el organismo fiscalizador ha impuesto sanciones a la minera 21 veces, solo por las operaciones en esta unidad.
En 2018, el OEFA emitió ocho resoluciones de sanción. En los últimos cinco años, sancionó a la empresa por infringir las normas ambientales en la unidad minera en 12 ocasiones. En algunos casos, las sanciones fueron impuestas años después del monitoreo realizado.
En cuatro ocasiones, el OEFA detectó que esta unidad minera excedía los límites máximos permisibles. Los reportes muestran que el exceso de algunos metales pesados sobrepasa los niveles establecidos hasta en más de 200%.
En 2018, el organismo fiscalizador impuso tres sanciones a la empresa por estos casos. En una supervisión especial, realizada en 2016, encontró 2.7 miligramos de arsénico por litro de agua en un punto de supervisión de los efluentes de la empresa, cuando lo máximo permitido es 0.1 miligramos por litro. Otro metales cuyos niveles excedieron en 200% lo permitido fueron cadmio, cobre, zinc y hierro disuelto.
Un estudio más reciente sobre la calidad del agua en las cuencas afectadas por la minera Aruntani es el del Gobierno Regional de Arequipa, que sirvió de insumo para que el Ejecutivo declare en emergencia a distritos de Islay. Se analizó el agua captada para el consumo humano y se halló que el arsénico, boro y sodio excedían los niveles máximos establecidos por la autoridad.
Alfonso Mamani, encargado del Centro de Operaciones de Emergencia Regional (COER) de Arequipa, señaló que aún se está diseñando la estrategia de intervención en las zonas contaminadas pero advirtió que, primero, es necesario frenar la contaminación.
En marzo pasado, un informe técnico de la Autoridad Administrativa del Agua Caplina-Ocoña concluyó que, en las cuencas de los ríos Tambo y Coralaque, existían 42 fuentes contaminantes, 13 de las cuales eran afloramientos dentro de la unidad minera Florencia- Tucari.
En julio pasado, el Ministerio de Energía y Minas encargó a la empresa Activos Mineros que inicie la mitigación de la contaminación causada por la operación de la unidad minera, sin embargo, los agricultores del valle del Tambo no han notado un cambio en la calidad del agua. Jesús Cornejo, presidente de la Junta de Usuarios del valle, señala que no son incluidos en las mesas técnicas que conforman los alcaldes de Islay para tratar este problema.
La minera Aruntani podría recibir una sanción penal por afectar las cuencas de los ríos Coralaque y Tambo. En noviembre próximo, comenzará en Arequipa un juicio por el delito de contaminación contra los representantes de esta compañía.
*Foto principal: Autoridad Nacional de Agua.