Por Fiorella Montaño Pastrana | 27 de setiembre del 2020
Chala es un distrito ubicado al norte de la región Arequipa en el que bulle la compraventa de oro. A diario llegan kilos del mineral extraído en distritos colindantes, donde progresa la minería informal. También viene el preciado recurso de otras partes del país, y hasta de Bolivia. Pero este comercio activo no parece reflejarse en la calidad de vida de la gente: las calles son polvorientas y muchos no tienen los servicios básicos.
El agua es vendida por camiones cisterna a 25 soles el metro cúbico. Durante un mes una familia promedio llena su pozo hasta 3 veces. Las personas que comercializan el agua lo extraen del subsuelo y lo purifican con un poco de cloro. Otra dificultad que se tiene en el distrito, ubicado en la provincia de Caravelí, es la falta de médicos. Su posta no tiene personal asistencial por la noche. Si alguien tiene alguna emergencia debe conducir 3 horas hacia Nazca o 5 horas hasta Camaná, donde sí hay médicos.
En este poblado, ubicado frente al Océano Pacífico, hay sólo 3 colegios de nivel secundario, pero 33 procesadoras de mineral grandes, medianas y pequeñas. Chala está cercado por plantas procesadoras de oro, algunas, incluso, están en pleno corazón del distrito. Los ciudadanos viven rodeados de plantas que utilizan cianuro en sus procesos.
En los últimos años, en la región Arequipa no sólo han proliferado las plantas procesadoras, sino también las personas figuran en el Registro Integral de Formalización Minera (REINFO), un padrón de mineros que pueden dedicarse a la actividad con el compromiso de formalizarse. Juan Muñiz, gerente regional de Energía y Minas de Arequipa, señala que la región tiene la mayor cantidad de inscritos de todo el país, más de 13 mil.
Sin embargo, la gerencia estima que el grueso de mineros artesanales de Arequipa no está inscrito en el REINFO. Sus proyecciones apuntan a 50 mil personas dedicadas a la actividad y un movimiento diario de 9 millones de dólares. El Estado, en la mayor parte de los casos, no se beneficia con la extracción, pues los informales no pagan regalías ni canon.
Exportamos más de lo que producimos
Arequipa no es la única región donde la minería informal florece. En el país, la producción artesanal también se concentra en Madre de Dios, Puno y Piura.
La Dirección General de Minería del Ministerio de Energía y Minas (MINEM) estima que, por lo menos, el 11% de la producción de oro del 2019 pertenecería al sector artesanal. No obstante, es un cálculo discreto, ya que únicamente se toma en cuenta a los mineros artesanales que tienen alguna concesión, sin considerar a aquellos que no la tienen, que son la mayoría.
El Decreto Supremo N° 001-2020-EM, publicado en enero pasado, busca superar este vacío de información. La norma dictaminó que, a partir del 31 de diciembre de 2020, los mineros artesanales en vías de formalización están obligados a declarar cuánto producen, del mismo modo en que lo hacen las empresas formales.
Ante la falta de información sobre la actividad informal, conviene comparar la cantidad de oro que se produce, según el MINEM, con la que se exporta. El resultado da una idea de cuánto oro se produce a espaldas de las autoridades.
En el 2019, el MINEM contabilizó una producción de 128 toneladas de oro en los sectores de van desde la gran minería hasta los artesanales en vía de formalización. Pero el mismo año se exportaron 403 toneladas correspondientes a la partida arancelaria “Oro en demás formas en bruto”, es decir, el mineral ya procesado, comúnmente en lingotes.
La notable diferencia entre la producción y la exportación no fue sólo el año pasado. Desde el 2015 se ha visto un abismo entre ambas. Entre ese año y el 2019, se ha registrado ante las autoridades una producción total de 720.41 toneladas de oro, sin embargo, en el mismo periodo, el Perú ha exportado 2242 toneladas. No se sabe quién extrajo las 1521 toneladas restantes, el 68% de lo exportado.
Para este reportaje se constituyó una base de datos con la información de la producción anual publicada por el Ministerio de Energía y Minas y la exportación de oro cuya información es entregada por Aduanas y procesada por el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo.
Un estudio de la ONG CooperAcción estimó, que durante el periodo 2003-2014, la producción total de oro en el Perú habría sido mayor en 12.6% con respecto a la cifra oficial. El economista Víctor Torres Cuzcano señaló que la diferencia entre la producción y la exportación se podía explicar con la minera artesanal. Aunque el consultor minero Walter Casquino aclara que también podría estar incluida la producción que guardan las mineras de años anteriores. Y recuerda que hay mucho oro que no se registra ante las autoridades que entra de contrabando de Brasil y Bolivia, principalmente.
Entre el 2015 y el 2019, se produjeron 720 toneladas del mineral, según los registros oficiales. Sin embargo, en ese mismo periodo, el país exportó 2242 toneladas."
¿Cómo es que el mineral logra ingresar al mercado formal? Leonidas Wiener, investigador y especialista legal de CooperAcción, señala que las plantas procesadoras del mineral son un mecanismo por el cual el oro informal se blanquea y entra al sistema formal. Luego termina en países como Suiza y China.
En el sur, la producción de oro artesanal se concentra en Arequipa, Puno y Madre de Dios. La presentación del mineral mayormente utilizada es la del oro refogado, es decir, aquella que resulta de un proceso en el que se aplica mercurio, un metal altamente contaminante, explica Patricia López, directora de la Escuela Profesional de Ingeniería de Minas de la Universidad Católica Santa María.
El mercurio es empleado para recoger las partículas del oro, con lo que se forma una amalgama. Los mineros usan sopletes para quemar el mercurio y quedarse con el mineral dorado. Esta técnica de explotación, la preferida de los informales, es sencilla y no requiere mucha logística.
Una vez obtenido el oro, los mineros tienen diversas formas de venderlo, señala el economista e investigador Víctor Hugo Pachas. Un camino es darlo a los "recolectores", acopiadores que merodean las zonas de explotación artesanal y se ofrecen como compradores.
Otra opción es venderlo a mineras o personas que cedieron sus concesiones a los informales, explica Leonidas Wiener. Esta es una práctica muy común. Antes de explotar el recurso ellos mismos, algunos titulares de concesiones mineras dan permiso a los informales para que trabajen en sus terrenos. Luego, los formales les compran la producción, cuenta Luis Coaquira, un minero del distrito de Río Grande, en la región Arequipa.
En el despacho de la Fiscalía del Medio Ambiente de Arequipa figuran diversas denuncias realizadas por concesionarios contra mineros artesanales, quienes en un primer momento tuvieron permiso de los titulares para explotar el recurso, pero luego no quisieron dejar los terrenos.
El 2019, en Arequipa se produjeron 12.02 toneladas de oro, según registros del Minem. La unidad minera con mayor rendimiento fue “Veta Dorada”, perteneciente a Dynacor Gold Mines Inc. Se ubica en Chala. Esta empresa produjo 2.33 toneladas en el año, superando la producción que Buenaventura tuvo en una unidad minera de Tambomayo.
El año pasado se dio a conocer que “Veta Dorada” formaba parte de una investigación que el Ministerio Público había iniciado a mineras que compraban oro ilegal y lo blanqueaban en su producción. La empresa aseguró al medio de comunicación Mongabay Latam que compraba el recurso a pequeños mineros formales.
Exportadoras que no producen
Otra opción que tienen los informales, decíamos, es vender el oro a las plantas procesadoras. Julia Cuadros, directora ejecutiva de CooperAcción, dice que muchas de ellas, asentadas en zonas de activa producción artesanal, se desenvuelven entre lo formal y lo informal.
Según registros del MINEM, hasta mayo del 2020 en Arequipa se contabilizaban 608 empresas registradas para vender, comprar y refinar oro. Las leyes peruanas (Decreto Legislativo Nº 1107 y Decreto Supremo N° 027-2012-EM) señalan que la comercialización de productos minerales es libre, para hacerlo no se requiere solicitar una concesión. Sunat es la encargada del control y fiscalización.
Esto explica que en regiones donde hay un auge de la minería artesanal se tenga a empresas que no registran ni una tonelada de producción de oro al MINEM, pero exportan grandes cantidades del mineral.
En Arequipa, la principal exportadora de oro es Procesadora Sudamericana, que en el 2019 llevó a Canadá y Estados Unidos el 23.87% de los envíos de oro de la región. Registros de Aduanas desde el 2015 muestran que esta empresa realiza, en su mayoría, exportaciones a cuentas de terceros. Es decir, otros productores pequeños utilizan a esta empresa como intermediaria para llegar a mercados extranjeros.
Otra empresa que no produce pero saca el mineral fuera del Perú es Dana Gold, ubicada en Madre de Dios, que registra el 61.72% de las exportaciones de la región. En Puno, mientras tanto, la principal exportadora es la minera Tiahuanaco.
Metodología
Para hacer este reportaje partimos de un hecho: los titulares de las concesiones mineras, independientemente del estrato al que pertenezcan (gran, mediana y pequeña minería, así como minería artesanal formalizada), se encuentran obligados a declarar anualmente su producción ante la Dirección General de Minería del Ministerio de Energía y Minas. El documento se llama Declaración Anual Consolidada. Estos datos consolidados están en la página web del ministerio.
En cuanto a la información referente a la exportación del oro, fue obtenida a través de una solicitud de acceso a la información pública remitida al Ministerio de Comercio Exterior y Turismo. Esta cartera procesó la información en base a datos de Aduanas. El oro se exporta en dos partidas arancelarias: “Minerales de oro y sus concentrados” (codificada como 2616901000) y “Oro en bruto” (codificada como 7108120000). Para efectos de la comparación entre producción y exportación, solo se tomó en cuenta la partida “Oro en bruto”, que corresponde a las barras de oro, ya que la partida “Minerales de oro y sus concentrados” incluye varios materiales, entre ellos tierra, piedras sin valor y otros minerales.
Para esta investigación periodística se estandarizó la unidad de medición en toneladas, ya que los registros del Ministerio de Energía y Minas se encontraban en gramos finos (10 gramos = 0.00001 toneladas). Y con el fin de disminuir la distorsión que se pudiera generar por reservas que tuviesen las mineras en años anteriores, se realizó el comparativo por un periodo de 5 años: del 2015 al 2019.
Para poner en contexto la marcada diferencia entre producción y exportación, se consultó con especialistas, autoridades, representantes de gremios mineros y personas relacionadas a la actividad. Este reportaje revela estas inconsistencias por ser de gran interés público.