En este contexto de incertidumbre, buscamos actividades que nos generen un poco de calma. El yoga es una disciplina tradicional espiritual que conecta el cuerpo, la respiración y la mente y, según Florencia Cipriota, formadora de profesores y coordinadora de la escuela de yoga El Arte de Vivir en Latinoamérica, es mucho más que solo mover el cuerpo.

Para conocer más sobre esta práctica ancestral, que también trabaja nuestra mente y emociones, Convive entrevistó a Florencia Cipriota, quien resaltó que el yoga brinda grandes beneficios en diversas áreas de nuestra vida y que todas las personas se encuentran aptas para practicarlo. 

Hay diversos estilos de yoga, por lo que es importante probar cada uno de los estilos de yoga, con el fin de descubrir el que calza mejor con nuestros objetivos y estilo de vida, recomienda la experta.

Para Florencia Cipriota, el yoga brinda grnades beneficios a nuestras vidas. Foto: Florencia Cipriota

En el yoga físico o hatha yoga, encontramos elementos como el yoga aéreo y yoga de calor, según explica la especialista. También hay otras ramas, como el yoga del conocimiento, que se basa en estudiar la filosofía de esta práctica ancestral, y el yoga de voluntariado, relacionado con diversos proyectos que ofrece la Fundación El Arte de Vivir en Latinoamérica, una organización humanitaria y educativa basada en el voluntariado. 

Hace 13 años, Flor Cipriota realizó un curso de yoga que la llevó a conocer diferentes aristas de esta disciplina ancestral. Lo que más le llamó la atención fue el gran cambio de energía que comenzó a sentir en su vida diaria. Recordó que, cuando comenzó a practicarlo de forma frecuente, nunca pensó que iba a terminar haciéndolo de forma profesional y ayudando a otras personas a través de sus clases. 

La coordinadora de El Arte de Vivir explicó que ser un yogui -un practicante de yoga- se basa en empezar a entender cómo funcionamos y cómo funciona nuestra mente y observar lo que está pasando en cada uno, “ser consciente de lo que cada uno hace, siente y piensa”. Recuerda que una escritura muy antigua del yoga dice que esta práctica da flexibilidad en el cuerpo, pero también da flexibilidad en la mente.

A las personas con enfermedades crónicas, como las que tienen fibromialgia, la práctica del yoga les ayuda a oxigenar mejor el cuerpo, advierte Flor Cipriota, quien considera que estos pacientes tienen la posibilidad de manejar con menos dificultad la enfermedad porque se encuentran más estables emocional y mentalmente.

Por último, Flor Cipriota aconseja concentrarse en las principales fuentes de energía: la alimentación, el descanso, la meditación y la respiración. Las dos primeras se encuentran al alcance de todos y ser más conscientes de estas genera cambios en nuestra energía, mientras que las otras dos requieren un aprendizaje de técnicas. “El objetivo es disfrutar más la vida y aprendiendo a usar las herramientas correctas podremos manejar nuestras emociones y situaciones de la vida cotidiana”, concluye.