Es importante comprender y observar las señales de sueño y cansancio de los bebés para saber qué acciones tomar con el fin de que tengan un buen descanso. “Creemos que la única manera de hacerlo es dejarlos en su cuna y que lloren imparablemente. Nadie está dispuesto a hacer eso en su sano juicio”, señala Pamela Arca, coach ontológica integral y de sueño infantil.

Como coach, Pamela explica que su labor es acompañar a las madres o padres en el proceso de aprender a dormir al recién nacido, instalarlos en un lugar adecuado, en el que el cuerpo del infante, echado en un colchón, se pueda relajar y, de esta manera, aprender que es momento del descanso. 

“Enseñarle a su cuerpo a sentirse tranquilo y cómodo estando echado en su cama tiene que ver con un mundo emocional del cual el bebé pueda aprender”, precisa Pamela. Para ello, es importante tener la iniciativa de asombrarse cada día con los avances, no frustrarse porque el bebé no aprende rápido sino estar presente minuto a minuto en el proceso desde un lugar de alegría y tranquilidad. Y, sobre todo, saber que no se está programando a un robot sino que se está acompañando a un ser humano en un aprendizaje más, cómo lactar, ir al baño y, en este caso, dormir. 

Hace ocho meses, Patricia, quien tuvo complicaciones con el sueño de su hijo Vincenzo, recuerda que “su sueño era muy inconsistente y se despertaba cuatro veces en la noche y, en dos, tomaba leche. No existía número ni tiempo definido para las siestas. Empecé a buscar información y llegué al punto de tener tanta que no sabía cómo manejarla”. Esto impactó en su estado físico y mental, le produjo agotamiento y sensaciones de estar agobiada.

Desde que Patricia llevó la sesiones de coach sobre sueño infantil, aprendió a interpretar las señales de sueño de su bebé y entender que es un proceso de autoconocimiento guiado el enseñarle a su hijo en qué momento dormir, con una actitud más consciente y positiva, Patricia consiguió mejoras en el sueño de Vincenzo. 

¿Qué es el buen descanso?

El buen descanso es un sueño consolidado,  no fragmentado. Esto no significa que un recién nacido duerma de corrido porque tiene que despertarse a lactar. Según la edad del bebé, es necesario comprender qué capacidad tiene para dormir. Por ejemplo, a los cuatro meses, es capaz de consolidar bloques de sueño de entre seis y ocho horas.

Sin embargo, no todos los bebés de cuatro meses van a lograrlo directamente en ocho horas, probablemente empiecen durmiendo cuatro horasseguidas. Cuando ya el bebé tiene entre seis a ocho meses ya es perfectamente capaz de hacer una noche de entre ocho y diez horas, incluso de 11 horas. 

Es importante también no asumir que cada despertar del bebés que ocurre de madrugada es hambre. Por eso, es necesario llevar el proceso de autoconocimiento de la mano de un pediatra, con respecto al número de tomas de leche que le corresponde. 

¿Cómo identificar las señales de sueño de tu bebé?

El cuerpo libera una hormona que se llama melatonina y esta nos permite sentirnos cansados y tener sueño pesado, los ojos pesan y se bosteza constantemente. Con los recién nacidos pasa lo siguiente: se les ponen rojitas las cejas, se empiezan a jalar la oreja y esas son señales de sueño. 

Con el ritmo de vida tan rápido, nos preguntamos ¿Cómo vamos a ver dichas señales de sueño si estamos con el teléfono, el apuro de la reunión y otros? Un coach ontológico integral ayuda a vivir el presente, abordar de manera más consciente el sueño de nuestro bebé, observando con mayor detalle y conectando con este.