Shenyin es instructor de Alba Emoting desde 2011. Con la consigna de “reaprender del mundo emocional”, nos mencionó uno de los casos más memorables de su experiencia como psicoterapeuta.
“Trabajé con una persona que era un jefe, que tenía problemas con la ira producto de su historia (familiar) [...]. Recuerdo que en un taller había que entrar en la tristeza (a través de la respiración), y como esta es una emoción que tiene que amoldarse de una manera suave, a él se le era difícil. Era el único de los 45 participantes que no podía hacerlo; tenía la ira muy condicionada. Una de las cosas que lo hizo cambiar fue la relación con sus hijos y el descubrimiento de la ternura. Él se dio cuenta de que estaba repitiendo un patrón transgeneracional”, relató el psicólogo.
Shenyin utiliza el Alba Emoting, un método científico ideado por Susana Bloch en los años sesenta para mejorar el desarrollo emocional a través de la modelación y vivencia de las emociones desde patrones posturales y respiratorios. Esto permite que el terapeuta tenga mayor información a la hora de tratar el estado emocional del paciente.
Para Shenyin “el aprendizaje de la inteligencia emocional es poder reconocer tu condicionamiento emocional”. “Hoy día, la inteligencia emocional pasa a ser una competencia esencial para cualquier persona en diferentes contextos”, explicó en una entrevista realizada el miércoles 30 de agosto por Milagros Salazar, fundadora y directora de Convoca y Martha Bazán, coach ontológica integral y co-fundadora de Khuska, como parte del ciclo de charlas 'Ser íntegro', que realiza Convive en alianza con Khuska.
Shenyin sostiene que la inteligencia emocional está compuesta por dos factores: el reconocimiento interno y el externo. “La autoconciencia corporal, es decir, saber lo que me pasa” es importante para identificar las emociones. Por otro lado, el reconocimiento externo tiene que ver con cómo “comunico lo que me pasa”. “Es un proceso muy integral [...].Tenemos que tener una visión global del desarrollo humano”, comentó.
El psicoterapeuta destaca que el Alba Emoting permite identificar emociones “a través de patrones específicos" y esto resulta muy útil a la hora de catalogar sensaciones irreconocibles para el paciente. “Muchos de los conflictos personales que tenemos en nuestra identificación de lo que nos pasa tiene que ver con que se nos van mezclando nuestras emociones”, contó.
Dichos patrones —según la teoría del Alba Emoting— son llamados “patrones efectores emocionales”. Estos pueden identificarse a partir de parámetros fisiológicos como la forma de respirar o el gesto de la persona, haciendo mucho más fácil saber “qué es lo que realmente está sintiendo”. “La fisiología del cuerpo te permite claves precisas para identificar la emoción”, recalcó Shenyin.
Existen seis emociones primarias: rabia, miedo, tristeza, alegría, ternura y erotismo. Estas pueden mezclarse entre sí, alcanzando matices o lo que se conoce como “emociones secundarias”. Luego del proceso de identificación, viene otra etapa en la que se intenta corregir la respuesta involuntaria del paciente. “El Alba Emoting te da un mapa básico de emociones muy simple y claro para mirar”, agregó Shenyin.
“Cuando la emoción es natural, hay una experiencia directa”, comentó Shenyin refiriéndose a que la mayoría de emociones son dadas a través de condicionamiento de conductas. Asimismo, acotó que la complejidad del proceso de transformación personal radica en “poder cambiar las emociones condicionadas”, partiendo desde la identificación del patrón, hasta la corrección de la respuesta emocional.
Incluso, Shenyin enfatizó la diferencia “entre reaccionar y responder” a medida de que el “reaccionar” ocurre en una medida de impulsividad mientras que el “responder” requiere una instancia premeditada de la acción a ejercer. “La respuesta emocional es lo que se puede controlar”, agregó.
Con respecto a la respuesta que ha tenido con sus clientes, Shenyin destaca el proceso de descubrimiento emocional por el que ellos pasan. “Las personas empiezan a decir: tengo otras facetas que no sabía que tenía”, comentó el psicólogo.
De la misma manera, Shenyin subrayó la tendencia de reprimir las emociones —especialmente en hombres—, cuestión que según él dificulta la maduración de la inteligencia emocional. “Los hombres tenemos el patrón de ser fuertes [...]. Debemos trabajar la ternura y la empatía; los detalles”, destacó.
Por último, hizo énfasis en la transformación personal como un proceso con “ciclos, etapas y dolores” y no como una “receta mágica” a la que muchos suelen aspirar a la hora de entrar al mundo del desarrollo humano. “Cuando hacemos procesos de cambio, la persona tiende a pensar que la transformación personal es algo mágico. Pero no, no es tan fácil, requiere re educarnos emocionalmente”, acertó.