“Ser mamá implica no dormir. Llegué a un punto de quiebre, luego de no dormir una noche de corrido durante dos años completos, en mi caso, hasta que mi niño tuvo dos años”, confiesa la coach de crianza consciente, Pamela Arca, quien concuerda que en los primeros meses de la maternidad es lógico hacer un esfuerzo máximo por levantarnos a cualquier hora cada vez que el bebé despierte. 

“Yo, al mismo tiempo de ser mamá de mi bebé, era esposa, hija, amiga, profesional; dirigía un equipo de gente en una empresa, y no podía funcionar, porque para que uno pueda vivir debe dormir”, relata Arca. Sin embargo, la coach peruana de sueño infantil explica que muchos padres desconocen que entre el quinto y sexto mes del recién nacido, este ya es capaz de consolidar bloques de sueño completos con interrupciones que disminuyen poco a poco, según su crecimiento.

El sueño infantil está basado en mitos que han pasado de generación en generación. Uno de ellos, consiste en hacer que el bebé se canse durante el día para que de noche duerma mejor. Arca afirma que más bien esta “antigua estrategia” solo genera la reacción opuesta, pues está comprobado que los bebés se estresan por agotamiento. 

“Este es el mito más grande. El sueño no es una decisión que nosotros tomamos, porque el niño ya está llorando o fastidiado, por ejemplo. Si aprendemos a sincronizarnos con la necesidad de descanso de ese otro ser humano que tenemos al frente y a mirar de manera activa esa señal de que el bebé ya tiene un poco de sueño, todo cambiaría”, explica la especialista. 

Arca también señala que el sueño por cansancio no significa necesariamente un sueño nutritivo y reparador que beneficie su crecimiento, refuerce su sistema inmune o mejore su alimentación. 

“El sueño naturalmente va a ocurrir, pero eso no significa que el bebé vaya a descansar o que vaya a poder acceder a todos los beneficios y a todas las acciones que ocurren en el cerebro cuando este duerme. Estresar o cansar a ese niño no va a ayudarle a conciliar el sueño a la hora que debe y se va a despertar muchas veces de noche. Hay un montón de consecuencias al no saber estos detalles”, indica Arca.

El acompañamiento del sueño que brindan los padres a sus bebés es importante para disminuir el impacto del estrés en la madre y su relación de familia, y enseñarles a relacionarse de una manera saludable con sus hábitos de sueño, predisponiendo el ambiente adecuado y estableciendo ciertos horarios para el descanso.

“Una mamá que no descansa está en un estado de estrés permanente. Acompañar a un niño a relacionarse de manera gradual con el descanso es entender que hay que informarse sobre las necesidades de tu bebé. Ese compromiso viene del amor incondicional por el otro”, concluye Pamela Arca.