“Hablamos desde el ser víctimas o protagonistas, desde nuestra arrogancia o nuestra humildad ontológica, desde las experiencias alegres o nuestras heridas. Así nos configuramos”, dice el coach Luis Cortez Giraldo, especialista en formación de ejecutivos y liderazgo organizacional, para describir el proceso de desarrollo identitario por el que pasamos todos los seres humanos. Está convencido de que todo proceso de cambio personal parte desde el lenguaje, se relaciona con cómo nombramos las cosas en nuestros propios pensamientos.

En una entrevista realizada el último miércoles 20 de septiembre, conducida por Martha Bazán, coach ontológica integral y cofundadora de Khuska, como parte del ciclo de charlas 'Ser íntegro' que realiza Convive en alianza con Khuska, Cortez habló de cómo se podría reconfigurar la mirada que tenemos sobre la vida aplicando cambios sobre nuestra forma de comunicar.

En opinión del especialista, “el lenguaje tiene una influencia muy fuerte en la existencia de cada uno de nosotros. Suele marcar el comportamiento, ya que detrás del lenguaje están todas las ideas que nosotros manejamos”.

Según Cortez, las personas tienen que elegir entre dos opciones: ser víctimas o protagonistas. En el primer escenario, uno decide enfocarse en aquellos factores sobre los que no se tiene control, mientras que en el segundo escenario, uno se concentra en lo que sí está al alcance de su mano cambiar. En este sentido, todos podemos desempeñar cualquiera de estos dos roles en momentos diferentes.

"Desde este rol de víctima, vamos a tener varias oportunidades, mientras que otras se van a cerrar. Si me involucro con este rol, tengo a la mano la posibilidad de mejorar algo en mí, pero también puedo tener el beneficio de no asumir responsabilidades”, afirma.

No obstante, el haber actuado así en el pasado no implica que no podamos asumir el papel de protagonistas en un momento diferente. Y esta evolución puede darse tanto a nivel organizacional como personal. “El meternos en un rol u otro va a depender de mis intenciones”, destaca.

Para identificar quién está en un determinado rol, Cortez Giraldo sugiere escuchar lo que esa persona dice de los demás. “Si aparece una queja reiterativa con respecto a lo que otros hacen o no hacen, ese puede ser un muy buen indicador de que estoy en un rol de víctima”, aclara.

En el caso organizacional, estos roles, principalmente asumidos desde la cadena de mandos, afectan el comportamiento de todo el sistema. “Muchas de las cosas que podemos ver en los equipos de trabajo suelen ser consecuencias de lo que los jefes hacen y dicen o consecuencia de lo que no hacen ni dicen. El vínculo entre un equipo es un sistema, por ende todo aquello que como jefes realizas, impacta en tu equipo”, sostiene.

Asimismo, el experto también advierte que “hay personas que no saben detenerse” por estar apegadas al orden productivo. Esto genera inconsciencia a la hora de actuar con juicio . “Si yo me detengo a observar y reflexionar sobre eso que estoy observando, tengo la posibilidad de darme cuenta de lo que está ocurriendo”, asegura.

“Los procesos de aprendizaje organizacional tienen que contemplar la participación de toda la organización y que estén presentes y alineados los mandos directivos”, señala.

Además aconseja escuchar los “discursos familiares y culturales”, sobre todo en recuerdos de nuestra niñez. Así se podrán identificar algunos preconceptos que han influenciado nuestra conducta, ya sea para bien o para mal. “Esta típica expresión que en algunos sectores sigue presente, 'todos los hombres son iguales', demuestra que estamos bajo paradigmas”, comenta, en alusión a la influencia que discursos populares ejercen en nosotros.

También destaca la interpretación que le damos a los hechos ajenos como motores para nuestras propias reacciones. “¿Será que la persona te hace enojar o que esa interpretación que tienes sobre lo que hizo es lo que te enoja?” cuestiona el coach.

En opinión de Cortez, "es importante la toma de consciencia de nuestras respuestas” para evitar comportamientos volátiles en extremo. “Normalmente, una idea sobre algo transmite una emoción. Esa emoción hace que yo diga cosas de las cuales a veces me termino arrepintiendo”, precisa.

Conociendo esto con antelación, podremos dirigir de mejor manera nuestras propias vidas, a todo nivel.“[Es vital] tener un norte, tener a dónde quiero apuntar como un ser humano. Somos en función de los demás. En función del tipo de relaciones que tengo, se va a decantar el tipo de vida que estoy viviendo. Así como un pequeño al que le guste el fútbol tendrá como referente a algunos futbolistas de la órbita mundial, a nivel personal es bueno establecer referentes. Estos muchas veces están en nuestro propio entorno”, concluye el experto en liderazgo organizacional.