“Comunicarse requiere de esfuerzo. Cuando voy a hablar con otra persona, hay que ir con el recordatorio de que voy a ir a escucharla [...] Que todo lo que yo diga sea en busca de entender lo que la otra persona quiere decir [...] Podemos usar preguntas abiertas; un qué, cómo, cuándo, dónde y por qué, y, por otro lado, utilizar preguntas cerradas para confirmar lo que escuchamos”. Así describió Felipe Cochrane lo que para él es la manera más efectiva de escuchar.
“La escucha es importante para poder compartir una forma de pensar y actuar”, sostuvo Felipe en una entrevista realizada el último miércoles 27 de septiembre, conducida por Martha Bazán, coach ontológica integral y cofundadora de Khuska, como parte del ciclo de charlas 'Ser íntegro' que realiza Convive en alianza con Khuska.
Según Felipe, la escucha debe ser un punto importante dentro de la comunicación cotidiana, dado que nos permite “integrar el mundo de cada individuo de una manera mucho más efectiva”. “Ser efectivo es que determinada cosa cumpla su objetivo. A nivel comunicacional es que la otra persona comprenda emocionalmente lo que uno está pensando”, sentenció.
Ahora bien, la expresión ideal de la escucha es la llamada “escucha activa”. Felipe la define como el interés mostrado “en el trasfondo”. Es buscar “para qué y desde dónde me está diciendo lo que me dice la otra persona”. De funcionar, esta “escucha activa” se convertiría en una “escucha efectiva”, traduciéndose en el resultado satisfactorio del método de la escucha.
La mejor forma de acentuar esta efectividad es a través del parafraseo, la repregunta y la gesticulación. Para Felipe, hay que “prestar atención al lenguaje corporal, el tono de voz, la rapidez y cadencia del mismo”, eso ampliará la cantidad de información con la cual podremos tomar la mejor decisión comunicativa.
Otro aspecto importante que permite llegar a una escucha efectiva es la empatía. El coach la definió como “la habilidad de poder sentir y conectar con lo que siente la otra persona”. Según Felipe, esta empatía se va desarrollando a través de la pregunta. “Preguntar cómo se siente, qué quiere que pasé, qué le inquieta… Eso va generando la intención de poder entender lo que quiere la otra persona” acotó.
Ahora bien, dentro de las organizaciones, Felipe invitó a practicar el liderazgo persuasivo mediante el cual la figura de líder debe dar ejemplo e interesarse por conectar con las necesidades del equipo, evitando conflictos. “El juicio habla más de quien lo emite, que de quien lo está juzgando [...] Yo necesito enseñarle a mi equipo cómo escuchar de una manera sencilla: escuchando”, exclamó.
Con respecto al conflicto, Felipe hace alusión a que surge por “diferencias en la forma de abordar, entender e identificar las necesidades de cada parte”. No obstante, la clave es “llegar a acuerdos, a puntos en donde ambas partes se sientan beneficiadas”. “El conflicto no es bueno ni malo, simplemente pasa. Mientras haya diversidad, va a haber conflicto”, comentó el coach.
Felipe puso especial énfasis en la confianza. “La confianza se refuerza a través de acuerdos. Comprometerse a hacer algo y a cambio pedir que la otra parte haga algo”. Ejemplificó el tema en la relación padres-hijo, rescatando la solución como un conjunto de voluntades basadas en un “quiero que confíes en mí, quiero confiar en tí”.
“Muchas veces solamente decimos: quiero que hagas esto, sin detenernos a explicar el propósito de la acción. Entonces, terminamos dejando este espacio en blanco”, comentó el coach haciendo alusión al proceso de llegar a un acuerdo.
Por último, Felipe resaltó dos elementos claves en la comunicación: el silencio y la mirada. El silencio “representa atención de parte de una persona a otra”, significa que hay voluntad en la intención de reflexionar en lo que dice. Esto también puede apreciarse en la mirada, que según Felipe debe ser a los ojos en la medida de lo posible, ya que “da a entender que tienes interés en lo que dice el otro”.