Autoridades nacionales buscan respuesta sobre por qué no se emitió una alerta de tsunami tras la erupción ocurrida en Tonga, pese a que en toda la región se tomó esta previsión para salvar vidas. En Perú, dos mujeres murieron. Experto chileno advierte que nuestro país es el más vulnerable de Sudamérica frente a este tipo de fenómeno en caso de un gran movimiento sísmico.

Heyner Luderits Quiroz Obligas (46) y Wendy Yesenia Altamirano Montenegro (23) acudieron a la playa Naylamp, en Lambayeque, para refrescarse de las altas temperaturas de este verano. Lamentablemente, encontraron la muerte al ser sorprendidas por olas de hasta dos metros de altura que nadie había pronosticado, a pesar de que se contaba con la información y mecanismos para hacerlo.

Este oleaje, que la Dirección de Hidrografía de la Marina de Guerra del Perú no se atrevió a calificar como tsunami, fue provocado por la erupción de un volcán submarino ubicado en Tonga, en Oceanía. ¿Cómo es que un evento ocurrido en ultramar, tan lejos de la costa peruana, puede provocar estos decesos? Las autoridades parecen no ponerse de acuerdo al respecto. Lo único cierto es que este evento, que también tocó las costas de Chile, Ecuador y Colombia, solo tuvo consecuencias lamentables en el Perú.

En rueda de prensa realizada ayer martes, el ministro de la Producción, Jorge Prado, respondió a Convoca que su sector emitió “sendos comunicados” en todo el litoral peruano para tomar medidas preventivas ni bien obtuvo información de los oleajes por parte del Ministerio de Defensa (Mindef).

 

COEN
El Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN) hizo un monitoreo sobre los departamentos costeros. Foto: Difusión.

 

Del mismo modo, en la misma conferencia, el ministro del Interior Avelino Guillén, explicó a este portal que “corresponde al sector Defensa establecer las coordinaciones y medidas respectivas en relación al contenido de las medidas y los pronunciamientos y avisos que se dieron por parte de la Marina de Guerra del Perú".

Ninguna de las dos versiones fue suficiente para determinar qué pudo fallar en el sistema de alerta del país.

 

Falta de experiencia

El experto en gestión de riesgos, Juvenal Medina Rengifo, explicó a Convoca que la alerta por posible tsunami u oleaje anómalo, que debía llegar al Perú tras la erupción en Tonga, no fue debidamente comunicada debido a la falta de experiencia de las autoridades peruanas en este tipo de incidentes.

El también exfuncionario del Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres (Cenepred) y del Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci), señaló que los patrones actuales de prevención están centrados en los desastres provocados por movimientos telúricos de gran intensidad, y no en la explosión de volcanes.

"No se le ha dado la debida atención al fenómeno porque estamos pensado que los tsunamis pueden ser provocados por terremotos. Esta vez, que fue por erupciones, no hay mucha familiaridad por este tipo de tsunamis (...). Nuestro protocolo es más centrado en terremotos que superan los 8 grados y que ocurren a menos de 60 km de la superficie y cerca de la costa”, comentó.

Después de que los oleajes anómalos golpearon nuestras costas, el jefe del Departamento de Oceanografía de la Dirección de Hidrografía de la Marina de Guerra del Perú, capitán de corbeta Giácomo Morote, dijo a El Comercio que no declararon la alerta de tsunami porque no se cumplieron tres aspectos del protocolo: un sismo de magnitud mayor de ocho, que ocurra en el fondo marino, y que no sea de gran profundidad. “Al ser un evento distinto, no se puede considerar dentro de nuestro protocolo”, señaló al medio local.

Asimismo,  el oficial confirmó que hay una investigación interna pare determinar si se cumplió el protocolo adecuadamente. En diálogo con Canal N, además, el funcionario había señalado que  este tipo de eventos es muy raro. “No ocurre hace muchísimos años. Estamos hablando que entre 100 a 200 años no ocurre un evento de este tipo, por lo cual no correspondería haber hecho una alerta por este tipo de eventos”, manifestó.

 

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El capitán de corbeta Giacomo Morote, jefe de la dirección de Oceanografíca de la DHN, justificó que su institución no generara la alerta de tsunami mientras sí lo hacían los países vecinos. Foto: Difusión.

 

Sin embargo, Morote no pudo precisar si su dependencia actualiza constantemente sus protocolos de acción para estos eventos o si está trabajando en nuevos procedimientos para evitar lamentables consecuencias como la ocurrida en Lambayeque. Al respecto, el experto Juvenal Medina recalcó que la entidad que debe detectar cualquier peligro, de la naturaleza que sea, es la Dirección de Hidrografía de la Marina de Guerra del Perú, la misma que debe informar a Indeci para que esta, a su vez, emita las alertas del caso a la ciudadanía.

 

Sin protocolos

Medina esbozó que, como este evento fue distinto, y ocurrió a una gran distancia, no fue considerado como probable tsunami. “Esto debe servir de base para revisar lo que tenemos avanzado, lo que pudo haber fallado, replantar las estrategias que se vienen realizando en la Red Nacional de Alerta Temprana, que lidera Indeci y que incluye varias instituciones del Estado”, afirmó.

Por lo pronto, la presidenta del Consejo de Ministros, Mirtha Vásquez, ya ha pedido a la Marina de Guerra un informe respecto a las alertas que emitió tras la erupción volcánica de Tonga.

“En otros países se dio esa alerta, en nuestro país hubo alerta pero solo de oleaje anómalo, queremos revisar por qué ese mensaje no llegó a tiempo. Queremos revisar por qué en nuestro país no se dio y sí en Chile y Ecuador. Entonces, hemos pedido que la Marina, que es el órgano técnico, establezca un informe sobre esto”, expresó la jefa del Gabinete en diálogo con el programa Dilo Claro, del canal TV Mundo.

PROTOCOLOS TSUNAMI

Los umbrales del protocolo solo contemplan los casos de sismos para la emisión de alertas.

 

Y no es lo único. La Defensoría del Pueblo anunció que abrirá investigación de oficio a la Marina de Guerra del Perú por no alertar sobre los fuertes oleajes en el litoral peruano.

"Ante una presunta falta de debida diligencia en la adopción de medidas para salvaguardar la vida e integridad física de las personas, así como su patrimonio, luego de la erupción volcánica en Nukualofa – Tonga, abrimos una investigación de oficio a la Marina de Guerra del Perú", anotó la Defensoría.

Convoca preguntó a esta entidad cuáles son las razones de fondo para la investigación; sin embargo, el área de prensa señaló que el organismo se encuentra “en el período de recojo de información oficial”, por lo que aún no dará detalles al respecto.

 

Sobre los protocolos en concreto, el coordinador general del Centro del Centro de Operaciones de Emergencia Nacional, del Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci), Rolando Capucho, informó a este medio que en el país hay protocolos de alerta para tsunami, pero no así para casos de oleajes anómalos. También señaló que la entidad que debe emitir estos avisos es la Dirección de Hidrografía de la Marina.

 

El funcionario señaló que la Marina no emitió la alerta de tsunami que sí fue difundida en Chile, por ejemplodebido a que el evento ocurrió muy lejos y es muy poco usual (erupción volcánica) y que no se mostraban sus características.

 

Perú, el más vulnerable

En Perú, dos personas perdieron la vida por los oleajes. Pero serían miles más ante un gran maretazo, según un estudio realizado por un grupo de investigadores chilenos, que analizaron ocho áreas de la costa del Pacífico sudamericano.
Mauricio Fuentes Serrano, científico del Programa de Riesgo Sísmico de la Universidad de Chile y uno de los autores de la dicha investigación, explicó a Convoca que, tal como señaló el coordinador del COEN, es un tanto difícil detectar estos eventos, pero la preparación es básica.

 

Oleajes anómalos
Oleajes anómalos se presentaron en varios puntos de la costa peruana. Foto: Andina.

 

“Para la comunidad científica, este tipo de fenómenos como tsunamis inducidos por erupciones volcánicas son raros y poco comprendidos, en comparación a los que se producen por terremotos”, dijo a este portal.

No obstante, inmediatamente añadió que siendo el caso de la erupción de Tonga un evento de "campo lejano", “se tiene el tiempo suficiente para analizar el paso de las ondas por los instrumentos desplegados en los océanos (boyas DART) y tomar las decisiones necesarias para resguardar a la población”.

Las autoridades naveles del país tienen ahí otra pregunta pendiente por responder: ¿por qué la Dirección de Hidrografía de la Marina de Guerra del Perú no tomó dichas precauciones? Convoca intentó obtener la respuesta de la institución naval sobre sus protocolos de alerta, y sobre la reciente investigación anunciada por la Defensoría del Pueblo. Sin embargo, no obtuvo respuesta.

Por otro lado, Fuentes Serrano también ilustró el claro contraste en materia de prevención entre su país —que aprendió de las lecciones del pasado— y el Perú. “Creo que Chile se tomó en serio este problema después del lamentable tsunami ocurrido el 27 de febrero de 2010. Desde entonces, el monitoreo sísmico y de tsunamis se fortaleció de manera considerable. Desconozco el motivo por el cual Perú haya decidido no emitir las alertas correspondientes".

El estudio científico que Fuentes publicó junto con su equipo en julio de 2021 detectó las zonas más vulnerables frente a grandes tsunamis en Sudamérica. Según señala el mismo, la costa central del Perú, y en específico la del Callao, sufriría un tsunami con olas que van desde los 25 hasta los 45 metros si se desatase un megaterremoto de magnitud 8,9.

En comparación, Ecuador soportaría olas de 25 metros con un terremoto de magnitud 8,6; mientras que en Colombia se sufriría un maretazo de 20 metros de altura por un movimiento telúrico similar.

“Esto debe servir de base para revisar lo que tenemos avanzado, lo que pudo haber fallado, replantear las estrategias que se vienen realizando en la Red Nacional de Alerta Temprana que lidera Indeci y que incluye varias instituciones del Estado. Aún nos falta trabajar en entender este tipo de riesgos e incorporarlos en nuestros protocolos de acción”, concluyó Juvenal Medina, experto en gestión de riesgo de desastres.