El 15 de enero de 2022 marcó un antes y un después en la historia ambiental de Perú. Tres años después, la zona impactada por el derrame de 11 mil barriles de petróleo, responsabilidad de la transnacional española Repsol, sigue padeciendo las secuelas del mayor desastre ambiental que ha sufrido el mar peruano.
Este miércoles, como recordatorio de este triste onomástico, la Federación de Pescadores Artesanales, Ancestrales y Tradicionales de los distritos de Ventanilla, Santa Rosa, Ancón, Aucallama y Chancay realizaron una protesta frente a las instalaciones de Repsol en Lima.
"Repsol, limpia el mar. Queremos trabajar" es la pancarta que los afectados colocaron en la puerta de la transnacional. Luis Díaz, presidente de la federación de pescadores , dijo a Convoca que "a la empresa poco o nada le interesa porque ellos dijeron que la naturaleza se limpia por si misma, que solo van a estar monitoreando".
Los pescadores emplazan al Estado a poner mano dura a Repsol. "Sus planes de rehabilitación son observados porque no cumplen con los estándares mínimos".
Repsol presentó hasta la fecha 18 planes de rehabilitación que, lejos de proponer acciones concretas, se limitan a monitoreos puntuales durante dos años para observar una recuperación natural. Estos han sido rechazados por el Ministerio de Energía y Minas (Minem), debido a datos incompletos y errores graves.
Respecto a este último punto, el biólogo marino Antony Apeño, expresó en entrevista con Convoca.pe que los planes de rehabilitación del ecosistema afectado por el derrame de petróleo del año 2022 en Ventanilla, presentados por Repsol, no proponen una limpieza real del desastre.
"La estrategia, al parecer, es que el mar se comience a limpiar por su cuenta, dejar que estos ecosistemas poco a poco vayan depurando estos contaminantes, cuando debería ser la empresa que causó este gran impacto la encargada de facilitar que este contaminante se vaya eliminando de manera más rápida y eficaz", dijo el especialista en entrevista con Convoca.pe.
De acuerdo con Oxfam, entidades estatales como el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor), el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp) y el Ministerio del Ambienten estiman que la recuperación total podría tardar entre 5 y 23 años, o incluso más para algunas especies marinas como los crustáceos.
Para Antony Apeño, al hablar de tiempos estimados, la experiencia de otros países sugiere que la remediación de estos desastres demora años, siempre y cuando haya una estrategia adecuada y un trabajo conjunto con la empresa infractora.
"La descontaminación de estos espacios, aún ejerciendo algún tipo de actividad realmente eficiente y ayudando a estos ecosistemas a depurarse poco a poco, por parte de las entidades tanto del Estado como de las empresas que han causado los eventos, han demorado muchos años", expresó Apeño para Convoca.pe.
Un daño irreparable y 3 años perdidos
Según un informe reciente de CooperAcción en colaboración con Oxfam, el 60% del crudo derramado no se ha recuperado y permanece en el ecosistema, dejando una huella de contaminación que parece indeleble. Esta situación agrava la crisis ambiental y económica en las comunidades costeras, especialmente entre los pescadores artesanales, quienes se han quedado sin trabajo o se ven obligados a ir a pescar en zonas más lejanas.
"Tenemos que salir a buscar otras zonas de pesca. En la zona, si bien es cierto [aún hay actividad], la poca pesca que puede haber no es sostenible (...). Cuando hay mareas fuertes, aflora el hidrocarburo y, en las zonas rocosas donde no se ha limpiado, ahí está impregnado", describió el dirigente Luis Díaz.
“Antes, en la temporada de verano esto era full pesca de corvina, pejerrey, lenguado, su extracción era más pareja, había mayor producción. Ahora cuando queremos pescar hay poquita producción”, mencionó Díaz.
El derrame en Ventanilla no solo es el mayor en la historia del Perú, sino también el primero a nivel mundial que involucra crudo tipo Buzios, caracterizado por contener metales pesados como cadmio, cobre, plomo y vanadio. Esta composición exacerba los daños ecológicos y complica la recuperación.
Sin embargo, la tragedia no solo es ambiental, sino también humana. De acuerdo con los últimos datos, Repsol ha reconocido a casi 5.000 pescadores afectados, a quienes debería pagar S/60.000 anuales por persona. Sin embargo, solo se ha abonado el equivalente a un año y medio, dejando pendientes S/450 millones.
Aún más grave es la situación de otros 28.000 trabajadores no reconocidos, entre pescadores, comerciantes y guías turísticos. De este grupo, se calcula que 12.000 pescadores no han recibido absolutamente nada, acumulando una deuda que alcanza los S/2.160 millones. En total, los compromisos financieros de Repsol ascienden a más de S/2.610 millones.
“No se cumplió con el tema de compensar año por año, como eran las condiciones”, reclama el dirigente Luis Díaz, haciendo ver que, aún a tres años, tampoco se ha avanzado con indemnizar a las personas afectadas.
“Este desastre dejó sin trabajo también a 10 mil familias, que hasta el momento siguen pidiendo que se les reconozca, que todavía no pueden salir a pescar, que todavía no cuentan con un medio económico por parte de la empresa o del Estado, ya que la empresa solo ha indemnizado todo el 2022 y parte del 2023, pero la otra parte del 2023 y 2024 no han sido pagadas ni piensan pagarlas”, acotó el biólogo marino Antony Apeño.
Repsol sostiene que ha gastado S/1000 millones en limpieza e indemnizaciones
Repsol afirmó el 15 de enero de 2025 en un comunicado, que ha cumplido con todos sus compromisos tras el derrame de petróleo en Ventanilla hace tres años, destacando que las playas y el mar afectados cumplen con los estándares de calidad ambiental nacional e internacional. Según la compañía, “las acciones de limpieza, remediación y monitoreo diario garantizan condiciones adecuadas”, asegurando que las áreas son aptas para actividades recreativas y productivas.
Respecto a sus planes de rehabilitación, la compañía también señaló que fueron presentados a tiempo y están en evaluación por las autoridades, pero subrayó que no son indispensables para la reactivación de las zonas.
En cuanto a las compensaciones sociales, Repsol declaró que más de 10.500 personas incluidas en el Padrón Único de Afectados han recibido sus pagos, con un promedio de más de 100 mil soles por pescador. Finalmente, Repsol aseguró haber asignado más de 1.000 millones de soles en limpieza, remediación y compensaciones, reafirmando que las actividades en las playas afectadas pueden continuar con normalidad. “Repsol reafirma que cumplió con su compromiso con las comunidades afectadas”, dice el comunicado publicado por la transnacional.
En paralelo, Repsol enfrenta 22 procedimientos administrativos y multas que superan los 72 millones de dólares por acciones como ocultar información, negligencia en la limpieza y falsedad de datos. A pesar de ello, la transnacional no ha cumplido con el pago total de estas sanciones.
Los pescadores, por su parte, preparan una demanda de amparo contra la petrolera, buscando justicia por los daños que han transformado sus vidas. "Por el derecho a ser indemnizados, nosotros tomaremos acciones legales por una vía constitucional", concluyó Díaz en comunicación con Convoca.pe.