Las protestas en el sur, en las que se exige un nuevo proceso electoral para salir de la crisis política, continúan. Esta vez gremios de Construcción Civil y mineros artesanales atacaron diversas sedes de justicia y centros comerciales en Arequipa. En Cusco, estudiantes de la Universidad Nacional San Antonio Abad (Unsaac) intentaron tomar el aeropuerto Alejandro Velasco Astete, mientras que otros pobladores quemaron una caseta de peaje en la provincia de Quispicanchi. Durante las protestas se notó la ausencia de efectivos policiales, quienes monitoreaban de lejos los hechos o se resguardaban de los ataques. En tanto, al mediodía los ministros de Defensa e Interior, Luis Alberto Otárola y Augusto Cervantes Cárdenas, anunciaron el Estado de Emergencia por 30 días para la región mistiana. Lo único rescatable de la jornada es que no hubo más muertos que lamentar.
Manifestación se radicaliza en las provincias de Arequipa
Las protestas en la Ciudad Blanca continuaron. Las vías de salida hacia la Panamericana Sur y hacia Cusco y Puno se mantuvieron bloqueadas, pero esta vez las demandas se sintieron en el Centro Histórico. Desde la madrugada los trabajadores de Construcción Civil cerraron la avenida Parra, en el cruce con el puente San Isidro con piedras y llantas quemadas. Lo que además restringía el ingreso a la plataforma comercial del mercado Avelino Cáceres y al terminal terrestre.
Al mismo tiempo, más de 6 mil comerciantes de dicho mercado salieron a protestar exigiendo el cierre del Congreso, nuevas elecciones y una nueva Constitución. Se dirigieron hacia la plaza de armas, a donde llegaron a las 11 de la mañana luego de recorrer varias avenidas y calles del Centro Histórico de Arequipa. A ellos se unieron los comerciantes de la Feria del Altiplano y otros negocios del centro. El dirigente de los comerciantes, Jhazmani Callo, indicó que el jueves volverán a salir a protestar.
Casi al mediodía los trabajadores del gremio de Construcción Civil llegaron desde la avenida Parra hasta la Plaza de Armas, donde se unieron a los comerciantes.
Por su parte, otro grupo de agremiados a Construcción Civil llegaron desde el Cono Norte, pasando por la avenida Ejército y luego hacia el centro. Estos fueron quienes lanzaron piedras a comercios en el Centro Histórico e intentaron robar ropa y otros enseres. Más tarde, cuando se retiraban hacia el Cono Norte atacaron los locales comerciales de Claro y del Banco de Crédito del Perú (BCP). En Claro rompieron las lunas e ingresaron. Robaron algunos equipos electrónicos y celulares. En el BCP destrozaron los vidrios. El dirigente de los obreros, Lugue Espinoza, acusó de los actos vandálicos a "infiltrados" en las protestas.
Lo que consternó a los ciudadanos fue lo que pasó en la provincia de Camaná y en el distrito de Majes (Caylloma). En Camaná tomaron la ciudad más de 5 mil mineros artesanales provenientes de la zona de Secocha. Estos bloquearon un puente y la salida hacia Caravelí. Luego marcharon por las calles y llegaron hasta la sede del Ministerio Público, donde quemaron la moto del guardián y rompieron puertas y ventanas para luego incendiar todo. Lo mismo hicieron en la sede del Poder Judicial y en la sede de la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria (Sunat). En Majes ocurrió lo mismo con las sedes de la Fiscalía y el Poder Judicial, donde además quemaron expedientes judiciales y fiscales. Más tarde los mineros acudieron al peaje de Camaná y prendieron fuego a una caseta de control.
En conversación con Convoca, el presidente de la Federación de Pequeños Mineros y Mineros Artesanales de Arequipa, Máximo Franco Béquer, deslindó responsabilidad. Argumentó que su gremio no ha tomado posición sobre la crisis política que vive el país y que las protestas que se registran las organizan las asociaciones y grupos de mineros por su propia cuenta. No dudó en criticar el actuar de sus colegas. Señaló que las protestas se desvirtúan cuando ocurren este tipo de actos vandálicos.
En tanto, los ministros de Defensa e Interior, Luis Alberto Otárola y Augusto Cervantes Cárdenas, llegaron a la ciudad y anunciaron el estado de emergencia por 30 días para la región volcánica. Otárola informó que las Fuerzas Armadas controlarán el orden en la ciudad, protegiendo las entidades públicas y privadas y además despejarán las vías bloqueadas en toda la región para permitir el abastecimiento de alimentos y combustible, que no ingresan desde hace varios días. Hizo un llamado a la calma y al diálogo de los actores sociales. No obstante, no dijeron nada sobre cuándo se reanudarán los vuelos comerciales y el transporte interprovincial de pasajeros.
Cusco despertó con violencia
En la región imperial las manifestaciones se radicalizaron desde la noche del lunes, cuando estudiantes de la Universidad de San Antonio Abad (Unsaac) salieron a protestar e intentaron ingresar al aeropuerto Alejandro Velasco Astete. Allí la policía los recibió con bombas lacrimógenas y perdigones de goma, logrando dispersarlos. Hoy por la mañana los mismos estudiantes y otros manifestantes volvieron a intentar lo mismo y por la tarde igual. Tras los enfrentamientos, las operaciones en el aeropuerto se suspendieron hasta nuevo aviso. Lo mismo hizo PeruRail, empresa que realiza transporte ferroviario hacia Machu Picchu, anunciando que no operarán hasta que se reestablezca el orden.
Hoy, al ver que no pudieron tomar el aeropuerto, los ciudadanos se dirigieron hacia el Canal de Televisión Cusqueña (CTC) para atacarlo. Destruyeron sus ventanas y puertas. El congresista Alejandro Soto labora en esta casa televisiva realizando entrevistas. El político se había pronunciado sobre las muertes en Apurímac, alegando que no se podía culpar al Congreso por ello, lo que exacerbó los ánimos en Cusco.
Además, los ciudadanos imperiales bloquearon todas las salidas de la capital cusqueña, tanto hacia Arequipa y Puno como hacia Abancay. Y en la provincia de Quispicanchi, los pobladores también quemaron una caseta de peaje. Por la tarde, manifestantes de la provincia La Convención tomaron la planta de gas de Camisea en la zona de Kepashiato.
Finalmente, en la vecina región de Puno los pobladores bloquearon sus vías de ingreso en Juliaca y Ayaviri. Los estudiantes de la Universidad Nacional del Altiplano (UNA) tomaron la casa de estudios.