El último enfrentamiento  producto de la guerra antinarcóticos en  el VRAEM el pasado martes 13 de diciembre provocó la muerte de dos agentes antidrogas y cuatro jóvenes que se dedicaban a cargar droga para recibir mil soles. El viceministro del Interior, Rubén Vargas,  estuvo hoy jueves en Ayacucho para condecorar al equipo de 14 efectivos que participó en la operación que pudo costar más vidas por falta de equipos modernos.

Agentes antidrogas fueron informados por confidentes que un cargamento de droga procedente del Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem) estaba almacenada en un paraje de la carretera que une el poblado de San Miguel, la puerta de entrada al valle cocalero, con el pueblo de Quinua, provincia ayacuchana de San Miguel.

Viceministro del Interior, Rubén Vargas, condecoró a policías que participaron en operativo antidrogas. Foto: PNP.

Los confidentes de la policía señalaban que los dueños de la droga, que podía alcanzar más de cien kilos,  esperaban la mejor ocasión –menos control policial- para trasladarla por carretera hacia otro punto cercano a la ciudad de Huanta. 

Con esa información el jefe del Departamento de Operaciones Tácticas Antidrogas de la Dirandro (Depotad) , coronel  PNP Colmenares Cavero, autorizó un operativo a la zona con dos grupos de efectivos, al mando del mayor PNP  y acompañados del fiscal antidrogas Marleni Claudio Gonzales para darle el marco de legalidad al operativo.

La madrugada del martes 13 de diciembre, los 14 efectivos dejaron sus dos camionetas en la carretera a la altura de la laguna Apacheta,  y caminaron por laderas y cuestas que superaban los  4,800 metros sobre el nivel del mar, por espacio de una hora. En la ruta a la zona los policías perdieron la intensidad de la señal de los teléfonos celulares que les servían para mantener comunicación con la base policial de Huanta. Sin equipos de comunicación satelital, el equipo policial continuó su camino hasta el punto referenciado por los informantes.

Habitualmente, cuando la policía sorprende a los Cargachos  o 'mochileros', estos fugan despavoridos dejando su mochila con la carga ilegal. Sin embargo, también  es posible que estos vayan armados o protegidos por un grupo de seguridad siempre premunido de  armas de largo alcance. 

Tres horas después de recorrer la zona, a mediodía, los efectivos rodearon la cueva donde se supone estaban descansado los 'mochileros'. Era un grupo de jóvenes -entre 21 y 29 años de edad casi todos del poblado de Tambo-  que cargaban desde hace tres días al menos 20 kilos de pasta básica de cocaína. El objetivo era llegar a la ciudad de Huanta para recibir mil soles cada uno, según la policía supo después. 

'Mochileros' detenidos en el Vraem. Foto: Policía Nacional del Perú.

Al ser sorprendidos por los agentes antidrogas, la primera reacción  fue emplear  las armas largas que tenían en sus manos. Producto del enfrentamiento que se prolongó por casi 10 minutos, fallecieron cuatro 'mochileros'  y el suboficial PNP Elder Soto Mozombite natural de Contamaná, Loreto, de apenas 27 años de edad. 

Suboficial PNP fallecido Elder Soto.  Foto: Internet.

Al ser superados en número, uno de los efectivos debió  alejarse del lugar del enfrentamiento para encontrar cobertura y pedir refuerzos. Otro suboficial, Pedro Vitela Castro del departamento de Operaciones Tácticas Antidrogas, sufrió un paro cardiaco cuando estaba auxiliando a uno de sus colegas herido de bala. Vitella falleció camino a un centro médico en Huanta y luego de esperar una hora el auxilio.

Como resultado de la operación, la policía detuvo a siete de los diecinueve transportistas de la droga y se logró incautar 14 mochilas conteniendo juntas más de 100 kilogramos de PBC además armas largas y cortas.

El Vraem  con menos de 18 mil hectáreas concentra la mayor parte de la producción de droga producida en el Perú. La droga producida sale con dirección a la costa por carretera y por vía aérea hacia Bolivia. Inicialmente es retirada por jóvenes que reciben 30 dólares por kilo o mil soles por 20 kilogramos que puedan llevar a sus espaldas. Para los jóvenes del Vraem esta es una opción que los permite salir de la pobreza.