Esta noche en mensaje a la nación, el presidente de la República Pedro Castillo anunció que se llegó a un acuerdo con el gobierno de la Federación de Rusia para instalar en el Perú una planta de producción de la vacuna Sputnik V. Convoca.pe conversó con el ministro de Salud, Hernando Cevallos, quien confirmó la noticia y señaló que el compromiso existe, pero que aún está en etapa de negociación sobre los términos contractuales.

Cevallos dijo que el acuerdo se realizó el 31 de agosto, tras una reunión de alto nivel entre el ministro de Salud, los funcionarios del gobierno ruso y el embajador de la Federación de Rusia en el Perú, Igor V. Romanchenko. También señaló que las negociaciones podrían cerrarse "a la brevedad posible", aunque no precisó cuándo.

Hernando Cevallos confirmó las negociaciones con el gobierno ruso para que el Perú sea productor de vacunas. Foto: GEC

"No le puedo decir una fecha porque sería aventurarnos. Lo cierto es que estamos en plenas negociaciones. El gobierno ruso ha manifestado la plena disposición. Nos [lo] ha pedido con un documento oficial, nosotros ya lo hemos contestado y hemos tenido una reunión con las autoridades rusas para avanzar esto", dijo el ministro de Salud a Convoca.pe.

Además, anunció que esta producción permitirá repotenciar al Instituto Nacional de Salud (INS), entidad que se encargaría de la producción conjunta de las vacunas junto a los técnicos rusos, quienes han solicitado expresamente que el Perú tenga la infraestructura necesaria para instalar el laboratorio.

"Nos han pedido que tengamos un laboratorio por la parte peruana para poder hacer el proceso de transferencia tecnológica. Esto nos obligará a repotenciar el Instituto Nacional de Salud, que, en primer término, se encargará de la producción de las vacunas", señaló el ministro.

De cerrarse las negociaciones, el Perú se sumaría a países como Brasil, Argentina, India y China, que también fabrican, junto a Rusia, las vacunas Sputnik V.

Esta sería la primera vacuna contra el COVID-19 producida en el Perú. Aunque la Organización Mundial de la Salud todavía está en proceso de aprobarla, un estudio publicado en The Lancet en febrero de este año confirmó que su eficacia es de 92%.