Por Luis Enrique Pérez | 27 de julio de 2021
Al igual en la Independencia, existe un temor en las élites para evitar las promesas del Bicentenario como la segunda reforma agraria y el debate de la nueva constitución. ¿Ellos se opondrán o buscarían acomodarse?
Yo creo que si nos referimos a las élites económicas que son dueños y gerentes de las más grandes empresas que manejan los dos grandes polos dinámicos de la economía peruana, el polo extractivo exportador y el polo urbano financiero, la actitud más lógica es la de espera y verás a ver si tiene la posibilidad de que el gobierno de Castillo se modere y les de las señales tanto más generales como específicas que sea hará en la conformación del gabinete ministerial y el discurso del 28 de julio para según eso reunirse y evaluar hacia dónde va el país y poder tomar una decisión de acuerdo a ello.
Todo indica que están jugando a la política del acomodo, por lo menos la mayoría de ellos. Ahora bien, en el caso de un grupo particular de élites económicas que consideran que van a perder el control político del país que han venido ejerciendo desde 1990, que se le van a cerrar los accesos al Estado que antes tenían masomenos garantizados y que están muy comprometidos en la campaña contra el comunismo y a favor de Keiko Fujimori. Ahí hay un sector duro que se ha jugado las cartas de oponerse abiertamente a los cambios políticos que se vienen en este año del bicentenario.
Esta facción dura está más cercana a la derecha política que al sector económico en general de las distintas actividades económicas, como el extractivo exportador que tiene más que perder en la medida que tiene yacimientos y contratos de explotación ya definidos y en algunos casos por definir como en el caso de Quellaveco (proyecto de la minera Anglo American Perú).
En el caso de la segunda reforma agraria, el sector político de derecha tiene un vínculo más cercano con el sector agroexportador que podría aprovechar esos nexos con Fuerza Popular o Renovación Popular en el Congreso
La derecha económica, así sea pragmática y se acomode y espere prudentemente a ver qué pasa, siempre cuenta con el apoyo del fujimorismo y otros sectores conservadores como por ejemplo la bancada de Lopez Aliaga. Incluso de algunos personajes y partidos importantes de centro. Eso está garantizado. Ellos tienen la libertad de optar por dos caminos mientras tanto.
Si bien hay una preocupación por el término "segunda reforma agraria", creo que está claro que no va a haber una política de expropiación de la tierra, por tanto los grandes latifundios que se han ido formando en los últimos años y muy fuerte sobretodo en la costa peruana, donde era la sede de la oligarquía agroexportadora, desde el punto de vista de propiedad puede estar tranquilos.
Desde otros puntos de vista, puede haber quizás una preocupación porque el gobierno tienda a apoyar a los pequeños y medianos empresarios. Ahora el apoyo de lo que se ha interpretado como segunda reforma agraria es sobre todo de tipo crediticio y técnico. Supongo que se va a formar dentro del aparato del Estado mecanismos que le permitan a ese sector, ninguneado por los poderosos, el acceso a un crédito que antes no tenían y algunos tendrán mayores niveles de protección contra la competencia que viene del exterior, particularmente en las regiones productoras de maíz papa y arroz, que son los lugares donde los productores nacionales han sentido la pegada de la competencia de las importaciones, que ellos consideran injusta.
Usted ha señalado que gobierno a gobierno en los últimos años la élite empresarial ha influido de forma permanente en el gobierno y han capturado al Estado. ¿Esta élite podría convertir a Castillo en Humala?
Existe el riesgo, y yo supongo que desde el lado empresarial pragmático ha habido desde el primer día, es decir, desde el momento en el que Castillo gana la segunda vuelta, de acercarse a él, de ver qué es lo que él personalmente piensa o no piensa sobre cuestiones de política económica y ciertamente le han transmitido la imagen de que tenga cuidado, de que la economía peruana está centrada en las exportaciones y va a tantear las aguas para ver si Castillo cede o no cede cuando le entreguen una lista de expertos que a los empresarios le dan confianza.
¿Uno de ellos puede ser el exministro de Economía, Alonso Segura?
Sí. Aunque Alonso Segura es profesor universitario, no está ahora, en este momento, directamente vinculado a Fernando Zavala. Pero, ciertamente sería un candidato que vendría a establecer relaciones muy cercanas con la gran empresa.
De un lado tendríamos a un Castillo que apoya a Pedro Francke, profesor universitario de la misma universidad y departamento que Alonso Segura, pero con visiones ideológicas y de política económica distintas, y tenemos este otro caso de Segura. Hasta ahora lo que sabemos es que Castillo ha conversado con ambos, y lo que vamos a saber próximamente es por quién se inclina finalmente Castillo.
La captura del Estado se decide básicamente cuando los ricos y las grandes empresas directa o indirectamente financian campañas. Lo que nosotros sabemos es que ese financiamiento ha ido principalmente a Keiko Fujimori en la segunda vuelta. Entonces, ese mecanismo de dependencia o de deuda como decía Marcelo Odebrecht, no existe en el caso de Castillo.
Entonces, ellos tienen que crear un mecanismo de influencia a través del lobby, para poder asegurarse de la orientación del gobierno o en todo caso de la moderación de esa orientación de gobierno que podría ser radical para ellos y lograr nombramientos de gente que les de confianza. La captura del Estado se va a jugar ahora si es que Castillo es sujeto de lobbys muy intensos y cede y si a partir de esas gestiones nombra a estos personajes.
La captura del Estado se va a jugar ahora si es que Castillo es sujeto de lobbys muy intensos y cede y si a partir de esas gestiones nombra a estos personajes
Eso es distinto de las alianzas políticas que tienes que tomar en consideración para no sacudir el bote económico. Puede en algunos casos poner a gente técnica que no va a asustar al sector privado, pero ciertamente hay ciertos cargos como el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), el Ministerio de Energía y Minas (Minem), donde ahí se juega digamos, la captura del Estado. Eso es lo que le pasó a Ollanta Humala, puso a los radicales a ciertos ministerios y la parte económica se la dejó a la gran empresa privada con Castilla y Segura, en el caso del MEF, y los técnicos promineros en el caso del Minem. Ahí está la vara que nos permitirá medir este aspecto que me está preguntando.
Además del MEF y el MINEM ¿qué otros sectores podrían marcar la orientación del gobierno de Castillo?
Probablemente también se debe poner el ojo en otros ministerios como el Ministerio de la Producción, Ministerio de Agricultura, los ministerios económicos, así como la Sunat y el Banco Central.
Si el Banco Central de Reserva, el MEF y el Minem, terminan en manos de estos técnicos que trabajan o han trabajado para las grandes empresas privadas, creo que ahí se define la suerte del gobierno de Castillo.
Usted en su libro ‘Los doce apóstoles de la economía peruana’ identifica seis grupos de la élite limeña y seis del resto de provincias. Pero, ¿cuáles son los personajes de las élites empresariales que buscarían surgir en el tercer centenario de la República?
Creo que es un momento en el cual que dentro de las élites provinciales de origen popular han empezado a jugar más a la política. Ciertamente quien capitaneó esta iniciativa fue César Acuña quien tiene una vocación personal por hacer partido y por vincular ese partido a sus universidades. Los otros están tanteando el terreno.
Si el BCR, el MEF y el Minem, terminan en manos de estos técnicos que trabajan o han trabajado para las grandes empresas privadas, creo que ahí se define la suerte del gobierno de Castillo.
Por ejemplo, Los Añaños, sobretodo con Carlos Añaños, han empezado a tener vínculos con los partidos y financiar algunos y se ha acentuado más en esta campaña, no ciertamente vinculados al fujimorismo, sino más bien jugando sus propias cartas políticas y decidiendo apostar más a la influencia política.
Puedo decir que están llegando a un punto de maduración de que han acumulado dinero, tienen un manejo más o menos estable de sus empresas y una parte de sus excedentes la pueden destinar a financiar campañas y algunos de sus miembros va a comenzar a hacer gestiones y empezar a acercarse.
Es interesante que el grupo Dyer, de agroindustria Camposol, haya estado tan activo apenas salió victorioso Pedro Castillo, por acercarse a él. Eso es indicativo de cómo algunos juegan más a acercarse al nuevo gobierno.
Creo que del lado del grupo de Castillo, el hecho de que esos empresarios sean provincianos de origen popular les facilitan la conversación y el resultado de esa conversación, porque Castillo se siente más cómodo con un provinciano que con un limeño de clase alta.
Puede parecer anecdótico, pero en el contexto de un Perú que no ha cambiado mucho desde 1821, que tiene élites de origen europeo clasistas, elitistas y en muchos casos racistas, el hecho de que hayan surgido millonarios de origen popular cambia el panorama. Castillo no solo va a sentirse más cómodo, sino que va a sentirse más propenso a escucharlos.
No hay que olvidar que debajo de esos millonarios de origen popular, hay miles de empresarios medianos y pequeños que han estado muy cercanos a Castillo, que se han identificado con él. No me sorprendería que identifiquemos empresarios chotanos, cajamarquinos, huancaínos que se han sumado a la campaña. Es importante anotarlo, porque no es solo la cúpula de este sector de ricos de origen popular destacado, sino que abajo hay un vínculo y coincidencia que son bastante fuertes.
Entonces, ¿las élites económicas de Lima perderán influencia en el inicio del nuevo centenario?
El poder de la super élite que manejan las principales empresas en los sectores más rentables de la economía, es básicamente económico. Esa es la base sobre la cual Castillo se ha planteado políticas de prudencia, pero eso no quiere decir que son intocables como en todos los gobiernos de 1990 a la fecha, donde han frenado cambios o han aceptado cambios solo si fueron moderados.
Lo que han perdido es la influencia política, donde antes la tenían garantizada con partidos como el fujimorismo, el Apra y el nacionalismo. También han perdido impacto ideológico porque se ha debilitado el discurso de que el Perú debe crecer gracias a únicamente la empresa privada. Ese discurso se ha deteriorado. Ya venía gastado y en parte porque la idea de que hay un Estado capturado, se ha extendido.
Entonces, la influencia ideológica de la super élite económica ha disminuido, lo que en parte explica que Keiko Fujimori haya perdido, después de una campaña millonaria. Nunca he visto a tantos medios de gente rica involucrados a volcarse a favor de una candidata y agresivamente contra el candidato opositor.
La influencia ideológica de la super élite económica ha disminuido, lo que en parte explica que Keiko Fujimori haya perdido, después de una campaña millonaria.
Hay ciudades de la sierra donde Castillo ha ganado que tiene acceso a la televisión y al Internet, como Cusco, Sicuani, Puno, Juliaca, Áncash, Cajamarca, que están conectadas al sistema nacional, influidos por los medios de comunicación, quiere decir que el discurso de El Comercio, Willax y otros no han calado ahí y ha pesado más la identificación provinciana. También en Lima, pero en menor porcentaje que es de un 30%.
La disminución de su influencia es lo que les preocupa. Intentarán rehacer su poder político, manteniendo la presión mediática y al mismo tiempo utilizar su poder estructural para tratar de moderar al gobierno de Pedro Castillo.
¿La campaña contra el comunismo y el cambio de constitución es parte de la estrategia de la élite empresarial para moderar a Castillo?
Es una campaña que se desenvuelve en varios planos. Un plano es la campaña contra el comunismo, el temor y el miedo, una carta que ha sido jugada y que ha tenido un impacto según clase social, muy alta en sector de altos ingresos. Después hay campañas particulares según los temas que se están produciendo y uno de los campos prioritarios para ellos es la Constitución.
La gran mayoría de peruanos, aproximadamente el 80% quiere al menos un cambio constitucional moderado y un tércio un campo radical. Entonces, ya están contra la pared en ese campo y la pandemia ha ayudado a poner esa agenda ante el descontento que se ha generado frente al modelo económico y a un Estado capturado por las élites.
Ahora quieren convencer a Castillo de que no haga cambio constitucional, quieren direccionar esa agenda hacia un cambio moderado, de reformas de tipo político. De aquí a dos o tres años, podríamos llegar a situaciones como la de Chile donde ya no son las élites políticas las que demandan el cambio constitucional, sino la calle y las masas.
Lo interesante es que incluso sectores empresariales que se han separado de la CONFIEP están comenzando a posicionarse al respecto, para decir que efectivamente se debe ir a un cambio constitucional, pero de cierta manera.
En el caso de las empresas vinculadas al caso Lava Jato o a otros casos de corrupción, ¿qué buscarán las empresas relacionadas a la mega corrupción al no ganar una candidata que está procesada por casos de corrupción?
En el caso de los constructores de obras públicas, no todos los constructores, ha habido pues un mecanismo de corrupción institucionalizado por lo menos hace 20 años, que implicaba pago de sobornos para que el Estado le de la adjudicación o licitación y de esa manera controlar recursos y lograr sobreprecios que le permite grandes ganancias. Era un mecanismo aceptado y parte del lucro que obtenían las grandes empresas de construcción de proyectos públicos.
Ellos operaban a su vez a través de un sistema judicial que estaba capturado por mafias internas. Los propios jueces y fiscales se habían posicionado en el aparato judicial para hacerse el favor y apoyar a grupos como el 'Club de la Construcción' o narcotraficantes. Entonces, en el Perú se formó este pacto desde los noventas en adelante.
Lo que se juega en esta elección también es eso. Es cortar la cabeza y los tentáculos que sirvieron a la corrupción. Con la victoria de Castillo hay la posibilidad de que esa lucha todavía no resuelta, camine a esa dirección. Aunque vemos que en el caso de Keiko Fujimori han jugado procesalmente para dilatar el proceso judicial. Pero ahora veremos cuáles son los nombramientos de Castillo en sectores importantes como en el Ministerio de Justicia y la Procuraduría General del Estado, para la lucha contra la corrupción.
Si hubiera ganado Keiko Fujimori, eso sería imposible, porque iba a encontrar la fórmula judicial para anular los testimonios y pruebas del caso Lava Jato.
Pero ahora veremos cuáles son los nombramientos de Castillo en sectores importantes para la lucha contra la corrupción como en el Ministerio de Justicia y la Procuraduría General del Estado.
Este Bicentenario recibido aún en resaca post elecciones también ha generado un importante debate sobre los medios de comunicación. ¿Quiénes son los grandes dueños de los medios de comunicación en el Perú de hoy?
El principal medio es propiedad de una familia que está desde comienzos de la república teniendo una gran influencia mediática en torno al diario El Comercio, que luego se ha conglomerado y tiene una rama televisiva importante. Al haber comprado el grupo Epensa ellos han aumentado la influencia mediática y la captación de renta por el avisaje. El Grupo El Comercio es ciertamente el que más ha jugado políticamente en una lucha abierta contra Castillo.
Los Miró Quesada, se trata de una vieja familia, no oligárquica en sus orígenes, sino “oligarquizada” a medida que se integró a las élites de nombre y apellido de origen aristocrático del Perú. Cabe llamar la atención del hecho que comparativamente el Perú tiene uno de los sistemas más concentrados de medios de América Latina.
Aparte de ello está, en el lado de la televisión, Latina y Panamericana, que lamentablemente luego de la caída del fujimorismo hubo dudas o temores de hacer un cambio de propietarios en el caso de Canal 5 y quedó en manos de los hermanos Schutz.
En los nuevos medios digitales es interesante hacer mención a medios vinculados a la derecha, al sector más conservador y comprometido ideológicamente a la defensa del libre mercado y el ataque al comunismo que tienen en ese espacio altos niveles de influencia pero no sabemos quién los financia y por un lado está Lampadia y otro lado El Montonero, que en el último caso está vinculado a los mineros.
También quisiera mencionar al Grupo Wong, que es dirigido por Erasmo Wong Lu y sus hermanos, que han decidido comprar Willax y han decidido entrar con fuerza a esta campaña electoral imitando a Fox con la emisión de fake news.
Y en el caso de la radio RPP sigue siendo muy importante por la audiencia que tiene a nivel nacional y estuvo vinculado al fujimorismo y que es fundamentalmente conservador.
¿Qué efectos podría tener que la justicia peruana en segunda instancia mantenga su postura sobre la nulidad de la venta de acciones de Epensa a El Comercio?
Ciertamente hay una pérdida reputacional por la compra y la oposición que periodistas y líderes de opinión hicieron a la hiperconcentración del poder periodístico de la familia Miro Quesada, este caso judicial es, ciertamente, una mala noticia para ellos y puede acentuar las divisiones en la familia donde se debate, por ejemplo, si deben separarse o no de los Graña Miro Quesada y sus vínculos con casos de corrupción.
Teniendo en cuenta los resultados electorales, ¿la influencia de estos medios de comunicación ha caído o debilitado?
Creo que estos medios han demostrado su poderío. Incluso independientemente de Keiko Fujimori, ellos armaron su propia campaña como si fueran candidatos presidenciales y han puesto la mayor parte de los huevos en la oposición a Castillo y a favor de Keiko, por lo tanto a favor de la continuidad de la corrupción. Ellos pueden estar contra el comunismo, pero también están a favor de que no se den las condiciones políticas para que se investigue la corrupción.
Entonces, ¿este bicentenario se abre en una opción más fascista en el sector empresarial?
Creo que si bien existe una facción fascista en la derecha política, militar o social, en el sector empresarial hay una serie de matices. Mientras más ricos son, más sospechan de Castillo y más temor tienen, pero hay otros sectores que piensan para qué van a arriesgarse asumiendo una posición dura y dicen "veremos qué pasa".
Habría que esperar los primeros seis meses de Castillo para decidir si mantienen esa actitud pragmática y dialogante, o si finalmente cambian y se juntan al sector fascista que no predomina en el campo empresarial, predomina en el campo político y social. En otras palabras, lo sabremos para Navidad.
Foto principal: PuntoEdu (PUCP)