"Casi no llegan turistas y ya no podemos hacer trueque con otras comunidades intercambiando pescado por productos de la agricultura. Los niños llegan tarde a la escuela porque se han secado los caminos de las embarcaciones y está faltando la totora, planta que usamos como material para nuestras islas, casas, artesanías, para todo", se lamenta Sabino Suaña, presidente de la Comunidad Campesina Uros Chulluni, ubicada en el lago Titicaca, en Puno.
En los últimos meses, la sequía no sólo ha trastocado la vida de unas 700 familias que habitan en las islas de los Uros, sino también la de más de 60 mil pobladores del sur del país, la mayoría de los cuales viven en Puno, la región más afectada por la falta de agua. Además, hay más de un millón de personas en muy alto riesgo por el déficit hídrico, según estudios del Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres (Cenepred).
Aunque la emergencia por déficit hídrico y peligro inminente declarada por el Poder Ejecutivo, el 19 de septiembre último, alcanza a 544 distritos de 14 regiones del Perú, otras zonas no están libres de tener problemas por la falta de agua en un futuro próximo, advierten los especialistas.
Por ahora, las acciones de prevención, respuesta y rehabilitación están enfocadas en los distritos de Puno, Cusco, Huancavelica, Áncash, Apurímac, Arequipa, Ayacucho, Huánuco, Ica, Junín, La Libertad, Lima, Pasco y Tacna, declarados en emergencia por 60 días, debido al peligro inminente ante déficit hídrico como consecuencia del posible Fenómeno El Niño 2023-2024.
“Cajamarca y Lambayeque no han sido declarados en emergencia, pero es posible que tengan problemas a futuro de déficit hídrico”, advierte a Convoca.pe Jordy Vilchez, director nacional de prospectiva y estudios estratégicos del Centro Nacional de Planeamiento Estratégico, Ceplan.
El experto explicó que esto se debe al cambio climático, la degradación ambiental y al incremento del uso de recursos hídricos por el aumento de la población y de los usos agrícolas e industriales, que ejercen más presión en los recursos.
“Este conjunto de circunstancias va a generar un cuadro de déficit hídrico en las demás regiones que hemos mencionado”, agrega Vilchez, quien aclara que el déficit hídrico es diferente al estrés hídrico, pues el primero se produce cuando la demanda del recurso supera a la oferta, mientras que el segundo se refiere al incremento del uso del agua.
Impactos en la población
Además de afectar la vida cotidiana de las personas, la carencia del acceso al agua también tiene efectos en la salud, sobre todo cuando este recurso no es de buena calidad, ya que puede generar enfermedades intestinales, que afectan principalmente a los niños. “Si no tenemos agua, no hay buena higiene, buena nutrición y eso se refleja en la anemia”, advierte Jordy Vílchez, del Ceplan.
Precisamente, un estudio del Cenepred, titulado Escenario de riesgo por déficit hídrico ante posible Fenómeno El Niño para el periodo lluvioso 2023-2024, advierte sobre los efectos negativos del déficit hídrico en la población y señala que, para determinar el grado de exposición a este peligro, se debe tener en cuenta no solamente indicadores económicos, como la superficie agrícola, sino también sociales, como las necesidades básica insatisfechas y el porcentaje de anemia en la población menor de 3 años.
En Puno, además de la carencia de agua por la sequía, buena parte de la población consume este recurso de mala calidad, pues se ha comprobado que está contaminado con metales tóxicos, arsénico y otros elementos. “La situación ha empeorado en el distrito de Coata. La sequía ha bajado, las aguas siguen con metales pesados, ha aumentado la contaminación de los ríos”, explica a este medio digital Félix Suasaca, secretario nacional de la Plataforma Nacional de Afectados por Contaminación de Metales Pesados, Metaloides y otras Sustancias Tóxicas.
La declaratoria de emergencia de 85 distritos de Puno, entre ellos Coata, no ha ayudado mucho a la población afectada. “Las autoridades han debido de inyectar presupuesto para llevar agua por emergencia y hacer los pozos tubulares para sacar agua del subsuelo, si hay”, dice el dirigente Suasaca.
“¿Las autoridades? No tenemos nada. Ellos saben que nosotros estamos afectados. Nadie dice nada. Sobrevivimos nosotros mismos (...). La gente necesita alimento, queremos el turismo. Si no hay turismo, nos va a afectar bastante, más que todo a los niños en su alimentación”, afirma por su parte Sabino Suaña, dirigente de los Uros.
Defensoría alerta
El conocimiento del riesgo en el territorio es fundamental para las medidas de prevención, reducción de riesgo y preparación que deben tomar las entidades de los tres niveles de gobierno, especialmente los gobiernos regionales y locales, comenta a Convoca.pe Russel Zevallos, representante de la Adjuntía para la Administración Estatal de la Defensoría del Pueblo.
De acuerdo con los informes del Cenepred, una población de más de un millón de personas se encuentra en riesgo muy alto ante el déficit hídrico. Más de 600 mil de ellas están en Puno y más de 160 mil en Cusco. “Los escenarios de riesgo se complementan con la superficie agrícola. En Puno, más de 220 mil hectáreas de cultivo y medio millón de población pecuaria están en riesgo. En todo el país, son más de 300 mil hectáreas y 800 mil especies a nivel pecuario”, detalla Zevallos.
Hasta el 3 de octubre último, más de 60 mil personas han resultado afectadas en sus medios de vida por el déficit hídrico, más de 43 mil de ellas están en Puno. Además, ya hay cerca de 100 mil hectáreas de cultivo afectadas —87 mil de las cuales se encuentran en la región puneña— y 40 mil perdidas. A esto se suma cerca de 1 millón de animales afectados y más de 100 mil perdidos, según cifras de la Defensoría del Pueblo.
“A través de nuestras oficinas, se viene recomendando que se dé celeridad tanto en las intervenciones comprendidas en el marco del plan multisectorial ante el Fenómeno El Niño como en las zonas declaradas en emergencia”, informa Russell Zevallos.
Para el representante de la Defensoría del Pueblo, es sumamente relevante el fortalecimiento de las articulaciones entre el gobierno local, regional y nacional. “Todas las acciones deben partir de manera coordinada en el territorio, para evitar duplicidades y que las medidas sean más efectivas”, recomienda el funcionario, y hace un llamado a la entidades de los tres niveles de gobierno para que realicen una intervención eficaz y oportuna.