• De acuerdo a la Clasificación Mundial de Libertad de Prensa 2025, el Perú ha caído 53 posiciones en este índice desde 2022 y se ubica en el puesto 130 de 180 países que fueron parte del estudio.

  • Entre los principales motivos se encuentran: el acoso judicial contra los periodistas, campañas de desinformación y políticas de gobierno contra los medios independientes.

  • Por primera vez en la historia de su clasificación anual, Reporteros Sin Fronteras ha declarado una situación "difícil o muy difícil" para el ejercicio del periodismo a nivel mundial. Esto se debe principalmente al declive del indicador económico, uno de los cinco pilares de su evaluación. 

 

Desde el año 2022, fecha que coincide con la asunción al mando de la presidenta Dina Boluarte, la libertad de prensa en el Perú se agravó. De acuerdo a la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2025, elaborado por la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF), el Perú cayó 53 posiciones en este índice en últimos tres años y se ubica 130 en un ranking de 180 países que fueron parte de este estudio.

En el Perú el acoso judicial del que son víctimas los periodistas, campañas de desinformación y políticas estatales para limitar el trabajo del periodismo independiente, han sido factores para que la situación del periodismo sea considerada como “difícil”. Cabe destacar, que en este rubro calza la aprobación del gobierno de Boluarte de la llamada Ley APCI, que limita, entre otras cosas, el financiamiento de medios y el periodismo de investigación.

A pesar de la protección legal, Reporteros Sin Fronteras revela un entorno hostil para los periodistas en Perú, quienes sufren frecuentes agresiones y hostigamientos por parte de las fuerzas de seguridad.

Advierten que el periodismo de investigación se refugia principalmente en medios digitales, mientras las redes sociales ganan terreno en la cobertura en vivo, coexistiendo con una persistente desinformación. Este panorama muestra la fragilidad de la libertad de prensa en el país, donde la labor informativa se ve constantemente amenazada por actores estatales y la polarización política.

El análisis de RSF destaca la pluralidad del panorama mediático peruano, aunque con una marcada influencia en Lima y con una línea editorial que respalda a la coalición en el poder desde 2022. La organización expresa su preocupación por la creciente desinformación en medios que anteriormente eran considerados fiables.

Si bien el periodismo de investigación avanza en sitios digitales, este sigue siendo una excepción en los medios masivos en el Perú. La crisis política ha llevado a la mayoría de los peruanos a informarse a través de medios locales o plataformas como TikTok, disminuyendo la audiencia de la televisión, según Reporteros Sin Fronteras.

Además el informe pone de relieve la profunda polarización política en país, exacerbada tras el fallido golpe de Estado de Pedro Castillo y su reemplazo por Boluarte. La organización señala la cuestionable independencia de poderes tras la elección de magistrados afines al Congreso para el Tribunal Constitucional. Señalan que durante las protestas de 2022 y 2023, las fuerzas del orden causaron medio centenar muertes civiles con la aparente conformidad del gobierno, creando un clima adverso para la prensa.

 

Escena global

 

Por primera vez en la historia de su clasificación anual, Reporteros Sin Fronteras (RSF) ha declarado una situación "difícil o muy difícil" para el ejercicio del periodismo a nivel mundial. Esto debe principalmente al declive del indicador económico, uno de los cinco pilares de su evaluación. La concentración desmedida de la propiedad de los medios y la opacidad en la distribución de ayudas públicas son factores claves. Además, la apropiación de ingresos publicitarios por gigantes tecnológicos que privan a las redacciones independientes de recursos vitales para su funcionamiento.

En rueda de prensa, el director de la oficina de la RSF para América Latina, Artur Romeu, dijo que "hay cada vez más precarización de la labor, más vacíos informativos que son muy rápidamente ocupados por desinformación y propaganda de Estado. Entonces, necesitamos de gobiernos que desarrollen políticas de Estado que sean comprometidas no solo con la protección de las y los periodistas en los medios sino con el derecho a la información de toda la ciudadanía”.

Este retroceso global en la libertad de prensa se ve amplificado por líderes políticos que abiertamente manifiestan hostilidad hacia los medios independientes, como se ha observado con el regreso de Donald Trump al poder en Estados Unidos. Esta acción se suma a la suspensión previa de la financiación federal a la Agencia de Estados Unidos para los Medios Globales (USG), que sostenía a emisoras históricas como Voz de América y Radio Free Europe, cruciales para informar a poblaciones en regímenes autoritarios sin acceso a periodismo libre.

La tendencia preocupante de ataques y restricciones a la prensa se extiende a Latinoamérica, donde Argentina ha experimentado un significativo descenso en la clasificación de RSF tras la llegada de Javier Milei a la presidencia. Los "insultos y discursos hostiles" del mandatario argentino hacia los periodistas generan una profunda inquietud en la organización, que teme que esta postura pueda ser replicada en otros países de la región.

Nicaragua es también un punto crítico, marcado por el cierre sistemático de medios y la presión política ejercida por el régimen de Daniel Ortega, lo que ha forzado al exilio a numerosos periodistas que buscan ejercer su profesión sin temor a la represión y el encarcelamiento.

Venezuela, según RSF, continúa siendo uno de los entornos más hostiles para el periodismo, donde la labor informativa se asemeja a un acto de activismo. El régimen de Nicolás Maduro impone severas restricciones a la libertad de los periodistas para cubrir la actualidad de manera independiente. La portavoz de RSF subraya que la situación en estos países refleja una preocupante erosión de los derechos fundamentales de la prensa, limitando severamente la capacidad de los ciudadanos para acceder a información veraz y diversa, un pilar esencial de cualquier sociedad democrática.

"Cuando los periodistas se empobrecen, ya no tienen medios para resistir a los adversarios de la prensa, los pregoneros de la desinformación y la propaganda. Es necesario restaurar una economía de los medios que sea favorable al periodismo y que garantice la producción de información fiable, una producción necesariamente costosa. Existen soluciones, que deben aplicarse a gran escala. La independencia financiera es una condición vital para garantizar una información libre, fiable y al servicio del interés general”, dijo Anne Bocandé, Directora Editorial de RSF.