En varios países europeos se ha iniciado un regreso paulatino a las actividades económicas aún en plena pandemia por el COVID-19. Casi de manera simultánea, en el Perú también se empezará con una reactivación gradual a partir del lunes. En Europa ¿cómo se maneja la disyuntiva entre salud y economía? 

El problema es que estamos frente a una doble crisis: sanitaria y económica. Hay que hacerle frente a las dos, no se puede mantener a la gente encerrada de manera indefinida. Yo creo que los ciudadanos en Europa han probado que tienen una gran responsabilidad y civismo, manteniendo las medidas de confinamiento para retrasar la infección. Además, se ha reforzado la capacidad del sistema sanitario. 

Desde el punto de vista epidemiológico, al abrir de nuevo los contactos humanos, hay un riesgo de que puedan aumentar algunos contagios, por eso la gente tiene que entender que no se vuele a la normalidad. Hay que utilizar medidas de seguridad, como el uso de las mascarillas, mantener la distancia, utilizar todo el potencial del teletrabajo; todo eso forma parte del desconfinamiento. La salud y la economía están siempre en el mismo nivel, hay que ver cómo se aplican medidas para relanzar la economía sin poner en peligro de manera irrazonable la salud de las personas.

Debido a que usted conoce ambas realidades, ¿qué criterios para la readaptación recomienda que se pueden considerar y que podríamos adoptar en nuestro país?

En Europa hay distintas experiencias y realidades. Hay que tomar en cuenta la situación local, la cultura y la política. En Europa no es lo mismo la situación en Suecia que en Italia. No tenemos una fórmula general para todos. Hay algunos países asiáticos que tienen soluciones para todos, pues no, lo siento, la misma solución no es para todos, se tiene que tomar en cuenta la realidad social y económica. No es lo mismo la situación en un país donde mucha gente necesita salir a diario para conseguir ingresos que la situación en Europa, por ejemplo, donde hay una protección social asegurada y las personas se pueden quedar en casa más tiempo. 

¿En qué consistirá la ayuda que la Unión Europea proporcionará al Perú? ¿A qué será destinado fundamentalmente?

Lo que hemos hecho de manera urgente y rápida ha sido redireccionar los fondos que ya habían sido movilizados para la Cooperación al Desarrollo. La Unión Europea es el mayor donante del planeta. Nosotros tenemos una proporción gigantesca de lo que es el presupuesto de apoyo a países terceros, así que cuando surge la pandemia decidimos que no íbamos a recuperar los fondos [destinados] sino que íbamos a mantenerlos y direccionarlos a acciones relacionadas con el COVID-19. Por eso, hace unas semanas anunciamos que un paquete de 20 mil millones de euros sería redireccionado en la lucha contra la pandemia. En el caso de América Latina le corresponde casi mil millones de euros y para el Perú esperamos que en las próximas semanas se pueda redireccionar más de 25 millones de soles para el Ministerio de Salud y el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social, esperamos que lo puedan utilizar para equipos médicos y asistencia social.

La realidad de cada país es distinta pero creo que desde Europa podemos traer algunas experiencias y lecciones aprendidas que pueden ser útiles. También vamos a seguir aportando fondos para los migrantes venezolanos. Espero que en las próximas semanas podamos organizar una conferencia internacional de donantes para apoyar a aquellos países que han sido más directamente afectados por la migración venezolana, como en el caso de Perú que hay más de un millón de venezolanos que forman parte de la emergencia sanitaria y social.

Al día 56 del Estado de Emergencia las personas respetan cada vez menos el aislamiento obligatorio. Foto: Anthony Niño de Guzman / GEC

Usted ha afirmado que el Perú ha actuado de forma rápida en la lucha contra el coronavirus. Sin embargo, en el día 53 del estado de emergencia nos encontramos ante un panorama bastante desalentador: subreporte de fallecidos, falta de camas UCI, falta de equipo de protección personal así como de personal médico. La situación es grave, ¿considera que se ha hecho lo suficiente?

Es importante recordar que los problemas anteriores al virus no han desaparecido. Por ejemplo, España, Francia y Alemania son aquellos países donde había que reforzar el sistema sanitario, entonces es verdad que cuando llega la pandemia siempre es más complicado resolver problemas que existían anteriormente. Yo creo que en el Perú se ha reafirmado por parte de las autoridades que el sistema de salud tenía dificultades y debilidades estructurales. Hay una fragmentación del sistema de salud en este país y todo eso era algo que ya se sabía, lo que yo he visto es que la respuesta que se ha dado, es decir, de confinamiento rápido y estricto, tenía que ver con esa situación preexistente. Por lo tanto yo creo que en 53 días en ningún país del mundo se pueden resolver problemas estructurales y que requieren inversiones públicas muy importantes. Según la OMS se deben destinar 6% del PBI para el sector salud, y en el Perú llega al 3%, entonces parece muy difícil cerrar esa brecha en 52 días. Yo creo que la reacción ha sido buena y acertada, y las medidas adoptadas por el gobierno han tenido que tener en cuenta la situación preexistente del sistema sanitario.

La Unión Europea tiene una participación activa en lo que refiere a la búsqueda de una vacuna contra el COVID-19, se han destinado 250 millones de euros a la OMS. ¿Cuáles son los escenarios que se proyectan en caso de que se encuentre una vacuna a mediano plazo? ¿Se está preparando algún protocolo para atender demandas de vacunas en otros países fuera de Europa, como Latinoamérica?

Este es un tema fundamental porque está claro que vamos a seguir en esta situación con altos y bajos, cambios, y vuelta otra vez al confinamiento hasta que no se encuentre una vacuna o una solución terapéutica muy efectiva, es decir, algún tipo de medicamento. Por eso el último lunes convocamos a una conferencia internacional de donantes dentro del marco del G20, se presentaron todos los países más grande del mundo —con la excepción de Estados Unidos— y se recaudaron más de 7 mil 500 millones de euros. La Unión Europea como bloque aportó mil millones de euros. Todo eso se va a canalizar a través de fondos internacionales destinados al desarrollo de una vacuna, métodos de producción y comercialización, ya que son las tres etapas fundamentales. 

No es suficiente con que encontremos una vacuna, hace falta que seamos capaces de producirla a escala mundial y luego que pueda llegar a cada rincón del planeta, a cada pueblo de los Andes, de la Amazonía peruana, a cada norte perdido de Suecia, y por supuesto a África, y a todas partes. Nuestra apuesta es internacional y estamos trabajando a través de esos fondos donde la Unión Europea es el aportante mayoritario, pero nosotros confiamos en las organizaciones internacionales y en los fondos internacionales que se han creado porque pensamos que no es el momento de lanzar una carrera nacional como hacen algunos países para intentar encontrar una vacuna y que esto dé una ventaja geoestratégica, no pensamos que sea el momento de hacer eso. Por eso los fondos son destinados a la investigación, es una apuesta internacional y multilateral.

La Comisión Europea ha proyectado que habrá un recesión histórica en la Unión Europea.  ¿Cómo considera que repercutirá esta situación en las relaciones con América Latina y al Perú?

La proyección es bastante preocupante, pero lo que busca la Comisión Europea es ser transparente. Lo que está provocando es que se busquen medidas para reelanzar la economía de manera más contundente en Europa, porque nosotros sabemos que somos un motor económico en muchos aspectos: Europa es el mayor bloque exportador e importador del mundo, somos un mercado de casi 500 millones de consumidores y en realidad somos más si consideramos a Reino Unido, Suiza y Noruega, países que están muy integrados con el mercado único europeo, por lo tanto somos un gran mercado y tenemos que ser un motor de desarrollo económico para todos. Por eso el objetivo es reelanzar la economía europea utilizando el presupuesto europeo como si fuera una especie de Plan Marshall.

El mensaje desde Europa es que no vamos a resolver ni el problema de la pandemia ni el problema económico cerrando fronteras, por supuesto habrá que hacerlo de manera temporal, pero para las mercancías se pueden abrir. Hay que reelanzar el comercio internacional. Podemos salir de la crisis económica solo si salen también los demás países, nuestros grandes socios. América Latina es uno de nuestros mayores mercados, también donde la Unión Europea tiene más inversiones extranjeras, aquí en Perú los países europeos juntos tienen un saldo acumulado de inversiones que sigue siendo el más importante de la región, por lo tanto tenemos que seguir siendo un actor relevante a nivel mundial porque sino creo que la recuperación va a ser muy complicada.

El embajador Mellado también agregó un mensaje de optimismo, señalando que si bien las cosas no van a ser las mismas es seguro que se va a superar esta crisis:

Hay que recordar a todos los lectores que esto va a durar, que ni en Europa ni en ningún otro país las medidas van a terminar la semana que viene ni siquiera el mes que viene, es posible que ni siquiera en el 2020. Por lo tanto tenemos que aprender a convivir con el virus durante largos meses, vamos a tener que desarrollar una economía de bajo contacto. Pero también envío un mensaje de optimismo porque hay oportunidades que están surgiendo y espero que el desarrollo socioeconómico que va a salir de esta pandemia sea mejor, más sostenible y más igualitario, que se preserven los principio democráticos, la libertad de prensa y la libertad de expresión que es lo que nosotros defendemos, porque allá afuera hay un modelo autoritario de lucha contra la pandemia  y nosotros no estamos a favor de ese modelo. Vamos a superar de esta crisis, de eso no hay ninguna duda.