Las idas y vueltas del nuevo gobierno han tenido en zozobra a la economía peruana. En medio de una inusual alza de precios y un áspero clima de confrontación política, el exabrupto más reciente ocurrió el último jueves. Cuando ya los mercados asumían que Julio Velarde tenía la confianza del Poder Ejecutivo para quedarse en el puesto de presidente del directorio del Banco Central de Reserva del Perú, el premier Guido Bellido salió a declarar.
"Los peruanos estarán en el aparato estatal en la medida en que trabajen para las grandes mayorías. Pero si eso no se ve, todos tenemos la oportunidad de dar un paso al costado porque 'ya no sirvo, no doy más'", dijo Bellido en Radio Exitosa en alusión a Velarde, quien durante su gestión, desde 2006, ha conseguido mantener una de las inflaciones más bajas de América Latina.
El Banco Central de Reserva, la entidad técnica responsable de la estabilidad monetaria del país, atraviesa hoy un momento complejo. El tipo de cambio se halla por encima de los cuatro soles y la inflación acumulada interanual ya está en 3,95%, casi un punto porcentual por encima del límite del rango meta. Mientras perdure la incertidumbre política, la economía también lo resentirá.
"El escenario es estar un poco paralizados", explica a Convoca.pe la economista Paola del Carpio, coordinadora de investigación de la Red de Estudios para el Desarrollo (Redes).
La incertidumbre hace que los agentes económicos internacionales y nacionales detengan sus decisiones o, en el peor de los casos, las tomen con poca información y se equivoquen. Por ello, la próxima elección de los nuevos miembros del directorio debería calmar las aguas. "Pero asumiendo que sean directores idóneos", anota Del Carpio.
La sola continuidad de Velarde, cuya ratificación en el cargo aún está a la espera de una resolución oficial, no es garantía suficiente de estabilidad.
El rumbo de la política monetaria se determina en sesión de directorio, al menos, dos veces por mes. Este órgano directivo es la más alta autoridad del Banco Central y está conformado por siete directores. Cuatro miembros son escogidos por el Poder Ejecutivo, incluido su presidente, y tres por el Poder Legislativo. El cargo dura cinco años.
De acuerdo con Ley Orgánica del Banco Central de Reserva, el directorio debe renovarse a partir del 28 de julio del año en que haya elecciones generales. Y, necesariamente, en los 30 primeros días de iniciada la primera legislatura ordinaria. El plazo está muy próximo a cumplirse.
El Congreso de la República ya puso en marcha este jueves los preparativos para crear una comisión que designe a sus directores. El gobierno aún no se ha pronunciado al respecto, pero el último viernes Velarde llegó a Palacio de Gobierno acompañado del ministro de Economía, Pedro Francke, para reunirse con el presidente Pedro Castillo. Trascendió a la prensa que el mandatario le habría ratificado su confianza.
"Por la credibilidad de Velarde, se asumiría que, si en verdad se le ratifica oficialmente, esto daría la idea de que se ha llegado a un acuerdo [con el Ejecutivo] de poner [también otros] directores idóneos. Pero esto también es una incertidumbre", apunta del Carpio. "Lo más importante es que sean personas con trayectoria y conocimientos de política monetaria, economía y finanzas. Buenos técnicos. No es un lugar donde puedas prescindir de eso", añade.
El constitucionalista Walter Albán, profesor principal de Derecho en la Pontificia Universidad Católica del Perú, opina que el actual directorio "deja mucho que desear" por falta de "independencia, competencia y calificación". "Es penoso advertir que en el directorio han permanecido durante estos cinco años personas como Rafael Rey. Típico pago de favores políticos. Exactamente lo que no debería ocurrir", dice.
Cuando Rafael Rey fue nombrado por el Congreso como miembro del directorio del Banco Central de Reserva, estaba vinculado al partido Fuerza Popular y era cercano a miembros del Partido Aprista. No tenía ninguna experiencia en política monetaria. "Por supuesto, tengo que estudiar", señaló entonces sobre sus escasos conocimientos económicos en una entrevista en el diario El Comercio.
De acuerdo con Albán, José Chlimper es otro caso parecido. Llegó al cargo por voto del Parlamento, luego de ser financista y secretario general del partido Fuerza Popular.
Albán resalta la importancia de que los nuevos directores no sean brazos políticos del Ejecutivo ni opositores a este. “Eso supone elegir técnicos calificados, seguros de su independencia e imparcialidad. Y esa es una decisión que se toma en base a la confianza sobre la trayectoria de las personas que son designadas”, puntualiza.
Esta selección ayudaría a reforzar la confianza de los agentes económicos y a apaciguar las variables económicas como la inflación y el tipo de cambio. Mientras antes se haga, será mejor tanto para el clima de inversión como para la economía familiar.
En los últimos años, la meta de inflación fijada por el Banco Central de Reserva (un rango de entre 1% y 3% anual) ha venido cumpliéndose y ha ayudado al Perú a forjarse una credibilidad frente a los mercados extranjeros. Según Del Carpio, esto le permite al país acceder a financiamientos más baratos que otros países. "Somos poco riesgosos y esa fortaleza hay que cuidarla", advierte. Solo queda que el gobierno y el Congreso de la República también pongan de su parte.