José Luis Castillo Alva, abogado del principal financista de Fuerza Popular, Joaquín Ramírez, y objetivo de las operaciones de seguimiento de la Policía, aseguró que no hubo acuerdos ilícitos en sus reuniones con los jueces César Hinostroza y Walter Ríos.
Entre las revelaciones de ayer sobre la organización criminal ‘Los Cuellos Blancos del Puerto’ destacó el vínculo del abogado José Luis Castillo Alva con los jueces César Hinostroza y Walter Ríos, de acuerdo a documentos de videovigilancia policial y audios del caso analizados por la Plataforma de Investigación Periodística -integrada por La República, Ojo-Publico.com, Convoca y Wayka-. Castillo Alva ha ejercido la defensa legal de una larga lista de acusados por lavado de dinero, entre los cuales figura Joaquín Ramírez, exsecretario general y financista de Fuerza Popular, y el cuestionado presidente del gobierno regional del Callao, Félix Moreno. Según la Policía, el abogado sostuvo al menos tres reuniones con Hinostroza, Ríos y varios personajes que ya se encuentran en prisión preventiva por este caso. Esta es su versión de los hechos.
En diferentes medios usted ha sido sindicado como integrante de la organización ‘Los Cuellos Blancos del Puerto’. Sin embargo, usted dice que las menciones al alias ‘Pepe Lucho’ hacen referencia a José Luis Cavassa.
Los medios fueron inducidos a error debido a que la congresista Yeni Vilcatoma dirigió un oficio a la Junta de Portavoces del Congreso, donde adjunta un documento de origen policial que da cuenta de los avances de la investigación. Entre los presuntos responsables estaba yo. Ni bien tuve conocimiento de esa información, investigué y logré ubicar que el celular interceptado era de José Luis Cavassa, quien justamente me había hecho una consulta legal. Con la evidencia que pude recolectar, le expliqué a la fiscal encargada del caso del error que se estaba cometiendo. La fiscal revisó los documentos y verificó que efectivamente el levantamiento del secreto de las comunicaciones fue al celular de Cavassa, pero por un error humano, como compartimos el mismo nombre, pensaron que era mi celular. En las grabaciones claramente uno se puede dar cuenta que es la voz de él. Ni el teléfono ni la dirección son mías, ¿yo que tengo que ver?
Los cuestionamientos también se apoyaron en su relación con el juez César Hinostroza. ¿Desde hace cuánto lo conoce?
Al doctor Hinostroza lo conozco aproximadamente desde hace 10 años. Yo he sido su abogado defensor en un proceso constitucional de amparo. Tenemos una relación profesional que luego ha derivado en una amistad. Nuestra relación es muy cordial, es una relación de amistad. El doctor Hinostroza, como corresponde, no ha conocido ningún caso mío. Él está impedido y se ha inhibido de tramitar cualquier causa vinculada a mi labor. No hay ningún tipo de problema ni irregularidad. En este caso, hay entre 23 y 25 números telefónicos a los cuales se les ha levantado el secreto de las comunicaciones, quienes han sido detenidos preliminarmente en la mayoría de los casos. Yo estoy excluido. Nunca se pidió levantar el secreto de mis comunicaciones y la razón es simple: a mi nunca me han encontrado una conversación irregular, indecorosa o si quiera discutible.
¿Con el señor Walter Ríos también mantuvo la misma cercanía?
No, al señor Walter Ríos recién lo he conocido en el año 2013. Las reuniones eran muy episódicas, básicamente sociales, de corte jurídico, académicas. No hemos tenido amistad, como si la he tenido con el doctor César Hinostroza.
Incluso usted invitó a su boda a Hinostroza.
Sí, pero cuando yo lo invité a mi boda, el doctor Hinostroza era mi defendido. Había una relación abogado cliente bastante próxima. A él no lo invité por alguna razón especial, sino que dentro del desarrollo profesional, uno desarrolla una relación de cercanía.
¿También invitó a la ceremonia al juez Walter Ríos?
No invité al señor Ríos. Como he declarado ante la Fiscalía y consta en las labores de vigilancia, en el lapso de seis meses he tenido tres o cuatro reuniones con él. Nunca hemos estado solos. Uno de los hallazgos policiales y fiscales más importantes reside en que aquellas reuniones se producían entre el señor Walter Ríos, abogados, empresarios y jueces que tenían a cargo los casos en litigio. En mi caso, nunca hubo un hecho semejante.
Entonces, ¿cuál era el motivo de las reuniones con Ríos e Hinostroza?
Son invitaciones que nos hacían diversas personas en lugares públicos. No hay delito de amistad ni de reunión. Nadie es sospechoso por compartir un almuerzo, un lonche o una cena. La Policía no usó, aunque te juro que me hubiera gustado, micrófonos para que escuchen el sentido y contenido de las conversaciones. Si lo hubieran hecho, se hubieran dado cuenta que no hubo nada irregular. En el lapso de 180 días no me he reunido más de tres o cuatro veces con el señor Ríos.
¿Y con el señor Hinostroza?
Con el doctor Hinostroza tenemos una relación mucho más frecuente, amigable y constante. Como se lo he señalado a la fiscal encargada del caso, a mi no me consta ningún acto delictivo ni irregular. El doctor Hinostroza y Ríos nunca me han hecho algún pedido. En las escuchas, pues seguramente tendré algún audio, no se advierte ni siquiera una conversación irregular conmigo.
¿No existe un cuestionamiento por lo menos ético en sus citas con jueces considerando que usted es abogado en investigaciones públicas de lavado de dinero, como el caso de Joaquín Ramírez?
Tendrías razón sobre un cuestionamiento ético si el doctor Hinostroza hubiera resuelto algún caso mío. Evidentemente, él como juez y yo como abogado no podemos tener una relación si estamos en un mismo proceso. Él se ha inhibido de todos los casos que conozco. Respecto al señor Ríos, voy a ser muy específico: solamente he tenido tres casos en la Corte del Callao. Uno se encuentra paralizado 18 meses por decisión de la Fiscalía. En el segundo condenaron a mi patrocinado a cinco años. Si yo fuera parte de alguna red, ¿cómo explicas este resultado completamente desventajoso? Yo no soy armador pesquero, traficante de tierras, ni tengo intereses económicos o patrimoniales en el Callao. Yo soy un abogado. Los pocos casos que tengo están radicados en Lima.
En sus reuniones con el juez Hinostroza, ¿cuántas veces han conversado sobre la casación de Arequipa, que estableció criterios vinculantes en materia de lavado de dinero?
Desde el punto de vista académico, yo tengo serias discrepancias con la casación emitida por el doctor Hinostroza. Él podrá ser muy amigo mío, pero la amistad no nos nubla para criticar. Estoy mucho más cerca de la posición del Ministerio Público, en especial del fiscal supremo Tomás Gálvez, quien fue ponente en el pleno casatorio.
Insisto en estas preguntas porque, a través de operaciones de seguimiento, la Policía determinó que usted se reunió en diferentes oportunidades con el juez Ríos e Hinostroza.
En seis meses, en 180 días, solo tres veces nos hemos reunido. ¿Qué se puede inferir de reuniones en lugares públicos y compartiendo un almuerzo? Aprovechamos esas ocasiones para compartir un momento y luego cada uno retornó a sus actividades habituales. Yo no conocía de los actos imputados al señor Ríos. Me quedé en estado de shock.
Los documentos también revelan una reunión en la casa de Hinostroza, a donde fueron invitados Ríos y una persona de alias ‘Gonzalito’. Las interceptaciones telefónicas apuntan que se trata del actual Fiscal de la Nación, Gonzalo Chávarry.
En la reunión que tú describes no estuvieron esas personas. Sólo hay una fotografía del señor Ríos saliendo de la casa de Hinostroza. A mi no se me ve al lado de Walter Ríos, ni antes ni después. Esa reunión que haces referencia, yo te podría decir que no estuve. No sé cuántas veces ha asistido Ríos a la casa de Hinostroza.
¿Usted cuántas veces ha ido a la casa de Hinostroza?
He ido dos o tres veces.
En la reunión en la casa de César Hinostroza, ¿recuerda quienes estuvieron?
Estuvieron personas vinculadas a la actividad académica. Tres o cuatro profesores, dos o tres magistrados. Estuvimos compartiendo un momento y nos retiramos. Te aseguro que no estuvo en esa reunión el señor Walter Ríos.
Las interceptaciones telefónicas revelan que esta reunión fue para “celebrar” la designación de Orlando Velásquez como presidente del Consejo Nacional de la Magistratura.
Ah, no. Tú te estás confundiendo. La reunión que tú aludes no fue en San Borja, sino en una casa en la Planicie. Ahí estuvo el señor Antonio Camayo.
¿Usted estuvo en esta reunión organizada por Camayo?
Sí, me invitó el señor Orlando Velásquez y el anfitrión de la casa. En esa reunión sí estuvo el señor Walter Ríos, pero eran cerca de 60 personas.
Sin embargo, insisto, los informes policiales dan cuenta de una reunión diferente en la casa de César Hinostroza, organizada el 26 de marzo desde las 8:00 p.m.
Esa reunión sí existió, pero no estuvo, con total seguridad, el señor Walter Ríos. Es más, al señor Walter Ríos lo he visto en lugares públicos, no en casas.
¿Cómo los restaurantes La Cúpula, ubicado en el Hotel Sheraton, y el Atají?
Sí, sí.
¿De qué conversaban en estas reuniones?
Sobre la realidad nacional, los problemas políticos, el desarrollo del sistema de justicia, nada en particular. A todas esas reuniones iban personas honorables, inteligentes. Nadie podía imaginar los hechos que luego se han hecho públicos.
¿A estas reuniones iban otros abogados?
Los médicos tienen amistades con los profesionales de la salud, los ingenieros igual y los abogados también, independientemente de la actividad concreta que desarrollen. Nadie que quiera realizar un acto ilegal hace una reunión pública, donde hay más de seis personas.
Pero las reuniones eran en los espacios privados de los restaurantes.
El privado no lo elige uno, sino quien nos invita.
¿Por qué Walter Ríos usaba su nombre para hacer reservas en restaurantes como el Don Fernando?
El señor Walter Ríos hace una reserva a mi nombre en el restaurante Don Fernando, pero la Fiscalía confirmó con el área de contabilidad y el gerente del local que no había ninguna reserva a mi nombre. La reserva estaba a nombre del asesor de Ríos, Gianfranco Paredes. El hecho que tomen mi nombre para hacer una reserva no me hace culpable de nada. ¿Cuál es la explicación que encuentro? Hace un par de años, para mala suerte mía, yo recomendé a Ríos asistir, como a otros amigos, al restaurante Don Fernando.
Entonces, ¿por qué considera que la Policía sí lo considera como parte de la organización criminal?
Me consideraron, para hablar con rigor. Yo tengo una situación legal definida. Por supuesto que yo he conversado con el doctor Hinostroza y, de manera muy concreta, no más de 8 o 9 veces con el señor Ríos. No se advierte en estas conversaciones algún contenido inmoral, menos delictivo. En 18 días, en cerca de cinco mil horas, seguramente hay conversaciones y audios míos, pero la Policía nunca elaboró un informe pidiendo el levantamiento del secreto de mis comunicaciones. Yo me pregunto: Si soy un miembro de la organización criminal, ¿acaso no es un acto discriminatorio que no intercepten mi celular? Tenían que haberlo hecho, pero si en seis meses no encuentran nada irregular o delictivo, ahí está la explicación.
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*Esta publicación forma parte de la serie investigativa 'Audios de la Corrupción' producido por Convoca, el diario La República, Ojo Público y Wayka que conforman la Plataforma de Investigación Periodística para echar luces sobre los hechos de corrupción y malas prácticas en el sistema de justicia en el Perú.