Más de 15 millones de chilenos acudirán este domingo a las urnas para decidir si aprueban o no el cambio de Constitución, luego de que la Asamblea Constituyente presentara su proyecto de texto final ante el presidente Gabriel Boric en julio pasado. En este explicador, Mala Espina Check (para la red LatamChequea) describe los escenarios que se abrirán para Chile luego de que se conozcan los resultados de la elección más trascendental desde la dictadura de Pinochet.

Este 4 de septiembre, poco más de 15 millones de chilenos y chilenas están habilitados para votar en el plebiscito de salida que aprobará o rechazará la propuesta de Nueva Constitución, la que 154 hombres y mujeres redactaron durante un año en una Convención Constituyente elegida por votación popular. En este caso, a diferencia de lo que ocurre en otras elecciones en Chile, el voto será obligatorio.

La propuesta, que contiene 388 artículos y es una de las más extensas del mundo, fue entregada al presidente Gabriel Boric el pasado 4 de julio. Hasta ahora, Chile se rige por la Constitución Política de 1980, elaborada en la dictadura de Augusto Pinochet. Dicho texto ya cumple 42 años de vigencia, aunque con decenas de modificaciones en el camino, la de mayor envergadura el año 2005, durante el gobierno de Ricardo Lagos.

 

Qué se vota el 4 de septiembre

Este domingo se define si se aprueba o rechaza la propuesta constitucional redactada por una Convención Constitucional, cuyos miembros electos tuvieron una mayoría afín a la izquierda, aunque también con fuerte presencia de constituyentes  independientes.

El proceso constituyente chileno fue la respuesta al estallido social, que comenzó en octubre de 2019 Luego de un mes de protestas, se llegó a un acuerdo político transversal, que incluyó al oficialismo y la oposición para redactar una nueva Constitución.

Los siguientes capítulos fueron el plebiscito de entrada, en octubre de 2020, con una amplia ventaja de casi 80%  a favor de redactar una nueva Constitución, luego la elección de constituyentes, la redacción de la propuesta y este domingo 4 de septiembre el plebiscito de salida.

 

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La Asamblea Constituyente chilena se instaló en julio de 2021 luego de las protestas masivas que pusieron en jaque al gobierno de Sebastián Piñera. Foto: AFP.

 

En las últimas semanas se instaló con fuerza el discurso de que cualquiera de las opciones que gane -el Apruebo o el Rechazo- podría haber cambios a los textos. Por un lado, con la figura de Apruebo para Reformar, donde entre sus adherentes dicen que podrían modificar algunos aspectos del nuevo texto y, por el otro, con el Rechazo para Reformar, donde quienes proponen mantener la Constitución previa, prometen hacer modificaciones.

 

Qué pasa si gana el Apruebo

Los pasos inmediatos a seguir si gana la opción del Apruebo -según está establecido en el artículo 142 de la actual Constitución chilena, que regula el proceso constituyente- es que el Presidente de la República deberá, dentro de los cinco días siguientes a que se comunique la sentencia del resultado del plebiscito de salida, por parte del Tribunal Calificador de Elecciones (Tricel), convocar al Congreso Pleno para que el nuevo texto se promulgue.

Luego este debe ser publicado en el Diario Oficial, dentro de los diez días siguientes a su promulgación, para que entre en vigencia en dicha fecha.

Pero esto, para algunos constitucionalistas -como Gonzalo García, exministro del Tribunal Constitucional- puede tomar más tiempo si se trata, por ejemplo, de un resultado estrecho y el Tricel, en un escenario límite, se tome los 30 días de plazo máximo para comunicar el resultado de forma oficial.

De ser así, los más pesimistas apuestan a que durante la segunda quincena de octubre podría estar en vigencia la Nueva Constitución.

 

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Las protestas masivas de 2021 impulsaron el proceso constituyente. Foto: AFP.

 

Más allá de la formalidad, habrá asuntos que quedarán por definir  y no cambiarán de la noche a la mañana, como la eliminación del Senado, cuyo período terminará recién en 2026, según establece la propuesta constitucional.

Para el profesor de Derecho Constitucional de la Universidad Diego Portales, Javier Couso, el artículo 2 transitorio “mantiene vigentes todas las leyes previas a menos que se derogen expresamente o sean declaradas inconstitucionales o contrarias a la Nueva Constitución por la Corte Constitucional. Por lo tanto, hay una continuidad jurídica que está asegurada por el artículo 2 transitorio”.

 

Qué pasa si gana el Rechazo

De ser rechazada en el plebiscito de salida la Nueva Constitución, el punto de partida será parecido al escenario que había en  2019, antes del acuerdo político para cambiar la carta magna.

Es decir, seguirá en vigencia la Constitución de 1980, como ese mismo texto establece en su artículo 142, y para algunos analistas se abrirá un proceso de incertidumbre, pero también de negociaciones políticas para dar respuestas a los sectores que empujaron la idea de redactar una nueva carta fundamental para Chile.

El propio Boric fue uno de los primeros en hacer frente  a este  escenario cuando el 15 de julio, advirtió que de ganar el rechazo había que impulsar un nuevo proceso constituyente.

La declaración  del mandatario chileno abrió una serie de interrogantes ante esa fórmula. Por ejemplo, cómo se elegiría a los nuevos integrantes de una eventual Convención, o si es habrá un nuevo plebiscito.

 

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Durante la dictadura de Pinochet se calcula que hubo más de 28 mil casos de tortura y 3.227 asesinatos y desapariciones. Foto: AP.

Ante la opción de que gane el Rechazo también está en discusión cuál será el rol del Congreso para un eventual nuevo proceso constituyente, y también el papel que el propio Boric tendrá para liderar ese camino, ya sea tomando la iniciativa de proponer al Legislativo empezar de nuevo la ruta constituyente, o dejando en manos del Parlamento el camino a seguir.

 

Los principales cambios si se aprueba la Nueva Constitución

La propuesta constitucional supone un catálogo más amplio de derechos para las personas, pero también implica cambios estructurales en algunas de las instituciones más tradicionales de historia republicana de Chile, que de aprobarse la Nueva Constitución desaparecerán.

Para el abogado Couso, los principales cambios que podría haber si la ciudadanía da luz verde a la Nueva Constitución serán, entre otros, el establecimiento de un Estado Regional, un Estado Plurinacional, y un Estado Social y Democrático de Derecho, además de un Estado Ecológico, que se hace cargo de la crisis climática, y ser una Constitución Paritaria.

“Los derechos mínimos son ampliados por esta Nueva Constitución. Hay un incremento muy sustantivo en materia de derechos fundamentales. Pasamos de los actuales 58 derechos fundamentales que tiene la Constitución vigente, a 140 derechos fundamentales, con un predominio absoluto de los derechos de naturaleza social”, sostiene García.

García añade, a modo de ejemplo, que ahora habrá 29 derechos sociales y 16 derechos laborales si es que se aprueba la propuesta constitucional.

Entrando a las novedades que presenta el texto de la Nueva Constitución, uno de los grandes cambios que se considera es el Estado Regional.

“Aparece como modelo de organización el Estado Regional, con una provisión de estructuras organizativas, regiones autónomas, comunas autónomas, entidades territoriales indígenas autónomas. Eso es una transformación bastante sustantiva porque le otorga poder de decisión a las regiones”, sostiene Gonzalo García. Chile hoy funciona bajo un modelo unitario con poca autonomía para las regiones.

A ello se suma que uno de los acuerdos adoptados en la Convención Constitucional fue la eliminación del Senado, cuyo fin se acordó para el año 2026. En su reemplazo se instalará una Cámara de las Regiones, que le dará más poder a las zonas que se encuentran fuera de Santiago, la capital.

 

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La líder mapuche Elisa Loncón asumió la presidencia de la Asamble Constituyente en 2021. Foto: Reuters.

 

Así, el Legislativo estará compuesto por la Cámara de las Regiones y un Congreso de Diputados y Diputadas, ambas instituciones con más poder, y se mantendrá el presidencialismo, pero será atenuado y se reducirán, de manera parcial, los poderes presidenciales, como, por ejemplo, su iniciativa legislativa.  Actualmente, por ejemplo, los parlamentarios no pueden presentar proyectos que implican gasto público, algo que sí podrían hacer de aprobarse la Nueva Constitución.

Sin embargo, una novedad que se propone es la reelección presidencial inmediata, algo que no está considerado en la Constitución vigente y que es uno de los temas que el oficialismo señaló que intentaría modificar para mantener la prohibición en caso de aprobarse el texto. Ello, según un documento que difundieron, para una mejor administración del Poder Ejecutivo y los procesos político electorales.

Otro cambio fundamental en la propuesta es que, de aprobarse, Chile será un Estado Plurinacional, es decir, los pueblos originarios serán reconocidos en la Constitución y tendrán escaños reservados.

Además, habrá un sistema de justicia propio para los pueblos indígenas, aunque no está definido aún cuál sería su alcance. De esta manera se incorpora el concepto de pluralismo jurídico.

Entre los cambios propuestos en el nuevo texto constitucional también figura el voto para menores de 16 y 17 años de edad, que en la actual carta magna está fijado para mayores de 18.

Además, se plantea un sistema de salud basado en lo público, el fin del Tribunal Constitucional (que será reemplazado por la Corte Constitucional) y el cambio en el sistema de propiedad de aguas, que pasarán a ser un bien público incomerciable.

Las desinformaciones previas al plebiscito

Como en todo proceso electoral, la desinformación adquiere mayor fuerza. Si bien a lo largo del proceso constituyente las informaciones falsas apuntaron tanto a integrantes de la Convención -atribuyéndole frases falsas- como a los temas discutidos (rol de las Fuerzas Armadas y Carabineros, aborto, propiedad privada y emblemas patrios) y al trabajo del órgano constitucional, en la etapa de campaña para el plebiscito de salida las desinformaciones han apuntado a dos focos: primero al texto de la Nueva Constitución y segundo a los temas de logística para el día de la votación y el rol del Servicio Electoral, el organismo encargado del proceso de votación.

Sobre este último han circulado una serie de teorías conspirativas que alimentan la tesis de un posible fraude electoral, un libreto ya conocido no solo en Chile, sino también en otros países del mundo.

De esa manera, un sector planteó que personas fallecidas “podrían votar”, luego que en el padrón electoral aparecieran muertos habilitados para votar, debido a un desfase en la notificación de defunciones entre el Registro Civil y el Servicio Electoral.

Pero la desinformación más viral durante todo el proceso fue la que apuntó a que la Nueva Constitución impediría a la gente ser dueña de su propia casa, lo cual es falso: el nuevo texto, donde se consagra el derecho a la propiedad, no sostiene esto.

El derecho de propiedad, junto al área de educación, el aborto y los pueblos indígenas figuran entre los temas más buscados por estos días respecto de la propuesta constitucional, que está a pocos días de definir el futuro de Chile.

 

*Este texto fue escrito por Mala Espina Check para LatamChequea, la red de chequeadores latinoamericanos.

 

Imagen principal: EFE.