Hoy, 15 de abril, se cumplen tres meses del derrame de petróleo en el litoral peruano. Un informe de la ONU calcula que las consecuencias de este desastre natural afectará 112 kilómetros cuadrados de mar y litoral, incluidas dos áreas naturales protegidas, por un período de seis a diez años. Mientras tanto, miles de pescadores y sus familias esperan una mayor disposición de Repsol y del Estado para resolver los problemas derivados de un desastre ambiental que nunca imaginaron vivir.

La Semana Santa en Ancón solía ser una buena época para Víctor Rojas, pescador artesanal de 64 años. La venta de pulpos, chitas y lenguados le generaban cerca de 2.500 soles en un buen fin de semana. Sin embargo, este 15 de abril, Viernes Santo, no será el mejor para el hombre de mar, pues se cumplen tres meses desde que la empresa energética Repsol, propietaria de la Refinería La Pampilla, derramara 11.900 barriles de petróleo en el litoral peruano.

Desde el 15 de enero, Rojas no puede realizar el oficio que ejerce desde hace 38 años en el mar de Pasamayo, al norte de Lima. No deja de recordar el día en que empezó la desgracia económica para él y las otras familias de pescadores. “El mar estaba movido. Cuando la situación está así, aprovecho y salgo a hacer servicio de mototaxi hasta que baje. Mientras estaba en la moto sentí el olor del petróleo y al llegar a la costa pude ver los rastros del crudo”, comenta el pescador a Convoca.pe.

Al igual que Rojas, Kevin Villegas, secretario de Defensa de la Asociación de Pescadores de Ancón (Apescaa), recuerda haber visto el mar “teñido de negro” y no creer que la imagen fuera real. Desde ese día, los pescadores y sus compañeros buscan que Repsol los indemnice y limpie las aguas que solían navegar para obtener recursos para mantener a sus familias.

A pesar de que la empresa española alega que su trabajo de limpieza en el área afectada del litoral va por encima del 95%, la ONG Oceana y pescadores desmienten esta versión. “Ellos saben que no pueden recoger todo. Saben que lo mejor que se puede hacer es recoger lo que se puede ver y convencer a la opinión pública de que hicieron todo lo que han podido”, asegura a este medio el biólogo Juan Carlos Riveros, director científico de la organización ambientalista.

 

Hasta una década de daños

Una misión de expertos de las Naciones Unidas calculó, en un informe realizado en febrero, que las consecuencias del derrame de petróleo de Repsol en el mar peruano afectarían el entorno de la costa central de seis a diez años.

Víctor Rojas está al tanto del informe y no imagina qué hará los próximos seis años de su vida sin poder pescar como lo hacía antes. “Extraño al mar. Me estoy oxidando y estoy perdiendo físico. Quiero que me devuelvan mi vida: el mar es la vida del pescador”, comenta con cierta tristeza. 

 

Limpieza
El derrame de petróleo dañó flora y fauna marina en las costas peruanas. Foto: Andina

 

En opinión del biólogo Riveros, Repsol no ha invertido en tecnologías que pudieran ser más exitosas para la limpieza desde el inicio del derrame. Afirma que los protocolos de contención se retrasaron cerca de una semana, tiempo que hubiera sido crucial para evitar la expansión de la mancha negra a los 112 kilómetros cuadrados de mar y litoral afectados, que incluyen a dos áreas naturales protegidas.

Como se recuerda, la primera versión que dio Repsol el día del derrame fue que se habían vertido apenas siete barriles de crudo. Luego, señaló que la cantidad llegaban a 6 mil. Sin embargo, los últimos cálculos corrigieron la cifra a 11.900.

“Repsol apostó a que esto fuera algo pequeño, sin movimiento mediático y que iba a quedar ahí. Después de que los medios levantaran el tema, una semana después, la empresa aceptó su responsabilidad”, añade Riveros. 

El 19 de enero, la gerente de Comunicaciones de Repsol, Tine van den Wall Bake Rodríguez, dijo que la empresa “no ocasionó el desastre ecológico” en el mar del Perú, y que tampoco podrían señalar a los responsables de este hecho. El 26 de enero, la empresa petroquímica negó un segundo derrame de crudo a lo largo de la costa peruana durante la operación de retirada de los restos de petróleo del vertido original. En ambas ocasiones, Repsol tuvo que reconocer su responsabilidad días después.

Respecto al impacto del área afectada, Riveros explica a Convoca.pe que en accidentes de este tipo, como el ocurrido en el Golfo de México en 2010, todavía hay huellas en la biodiversidad y que incluso algunas especies no se recuperaron. 

“En ningún derrame que ha ocurrido en el mundo se ha podido retirar más del 30% del crudo que se derramó. Sería mágico que Repsol recuperara eso. Lo que ellos dicen es que recuperaron el 97% de lo que ellos identificaron como cochino. Es como si yo fuera a una casa y ensucio todo y solo limpio la superficie”, afirma el biólogo. 

De acuerdo con Riveros, la empresa responsable se concentró más en la zona visible del desastre ambiental, pero no en las áreas de más difícil acceso y poca cobertura mediática, como Pasamayo. De hecho, hasta esta semana los pescadores de Pasamayo han segudio reportando evidencia de rastros de petróleo en el litoral. Riveros indica que con el fuerte oleaje de propio de estas fechas, una parte del petróleo que todavía está en suspensión terminó en la orilla y salió a flote formando líneas de hidrocarburo.

“Tal vez la naturaleza nos está ayudand para que la gente vea lo que realmente sucede”, cuenta Víctor Rojas a Convoca.pe. El pescador asegura que el balneario de Ancón está limpio, porque es una zona visible, pero que a pocos kilómetros, en su zona de trabajo, los rastros de petróleo persisten.

 

Sin rastro de indemnización económica

El dirigente Kevin Villegas, de Ancón, dice a Convoca.pe que su asociación, ​​Apescaa, ha llegado a un acuerdo momentáneo con Repsol para que la empresa pueda indemnizar a los pescadores por el tiempo que llevan sin trabajar. “Ellos otorgan 3.000 soles a los más de mil pescadores de Ancón. Puede parecer una cantidad grande, pero nosotros podemos generar de 2.500 a 8.000 soles [al mes]”, explicó.

Sin embargo, Villegas señala que los pescadores aún esperan el estudio del impacto ambiental, por parte del Instituto del Mar del Perú (Imarpe), que determine el plazo de afectación a la vida marina. Este estudio es fundamental para que Repsol les entregue la compensación total por el desastre ambiental iniciado en el mar de Ventanilla, pero hasta el momento la institución no ha emitido informe alguno.

Convoca.pe solicitó, en marzo último, una entrevista con representantes de Imarpe para que explicaran en qué estado se encuentra la elaboración del informe sobre los daños provocados por el derrame de crudo. La oficina de prensa señaló entonces que los técnicos de la entidad todavía se encontraban trabajando en ello. Lo cierto es que hoy, a tres meses del incidente, el documento aún no se publica.

En opinión de Riveros, de la ONG Oceana, la respuesta del Estado frente al desastre fue caótica y demostró la desarticulación que existe entre distintas entidades que debieron sumar esfuerzos. “[Se veía a] Serfor recogiendo a la fauna herida y no sabiendo qué hacer, a Sernanp tratando de limpiar la zona contaminada, a OEFA poniendo sus multas. Un caos total”, sostiene.

Y aunque la Comisión de Alto Nivel que instaló el Estado para abordar el desastre puso cierto orden asignando misiones, Riveros considera que los roles no se han estado cumpliendo diligentemente.

El Ministerio del Ambiente tiene como encargo avanzar en todo el proceso de la identificación de la pérdida de biodiversidad: calcular de cuánto deberían ser los paquetes de compensaciones desde el punto de vista de la biodiversidad. En tanto, el Ministerio de la Producción (Produce) tenía la obligación de realizar un padrón con todos los pescadores activos, así como de todas las personas vinculadas a la pesca (los fileteadores, los trabajadores del muelle, los vendedores de pescados, etcétera). Riveros comenta que el padrón no se ha hecho correctamente ni se encuentra actualizado.

Al respecto, Kevin Villegas dijo a Convoca.pe que los 3.000 soles individuales que Repsol se comprometió a otorgarles no ha llegado a todos sus compañeros por fallos en dicho padrón. Asimismo, señaló que envió una carta al viceministro de Pesca, hace dos semanas, a fin de tener una reunión y acelerar el informe de Imarpe, pero hasta el momento no recibe respuesta alguna.

 

Sanciones por efectuar

Como se sabe, Refinería La Pampilla enfrenta cinco procesos administrativos ante el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (Oefa) cuyas multas podrían alcanzar un valor de 78 millones de soles, por los siguientes motivos: incumplir la identificación de todas las zonas afectadas; incumplir limpieza de todas estas áreas; incumplir la contención y recuperación del hidrocarburo; por presunta presentación de información falsa; y por incumplir la medida de contención y limpieza de zonas afectadas en Áreas Naturales Protegidas y otras áreas marinas.

Esta semana, el Oefa también advirtió que Repsol incumplió 5 de las 16 medidas administrativas dictadas hasta ahora para enfrentar el desastre, lo que ha generado que se le impusieran por el momento cinco multas por 2 millones 300 mil soles.

Asimismo, el ente fiscalizador hizo de conocimiento público que Repsol viene mezclando la arena contaminada por el derrame de petróleo con arena limpia como "metodología de limpieza". La autoridad ordenó a la compañía el cese de estas acciones.

 

OEFA

Comunicado de la OEFA alertando sobre prácticas de Repsol en la limpieza de crudo. Imagen: OEFA

Juan Carlos Riveros señala que OEFA pudo haber advertido estas prácticas de "limpieza" mucho antes. “[En Oceana] lo estuvimos viendo a través de Global Fishing Watch, que tiene acceso a imágenes de satélite, e hicimos el pedido para ver las manchas de petróleo producto de estas malas prácticas. OEFA mandó una carta a Repsol pidiendo que no lo hagan, cuando lo estuvieron haciendo por tres meses. Eso habla de la ineficiencia”, agrega.

El experto cree que la mejor forma de hacer justicia con lo ocurrido en el litoral peruano es dar seguimiento continuo al caso, velar por el cumplimiento de los acuerdos con los pescadores y los familiares de estos y aplicar las sanciones correspondientes a Repsol. Comenta que debido a las millonarias multas que podrían imponérsele, la empresa podría tratar de impugnar luego las resoluciones de sanción en el Poder Judicial.

Mientras espera justicia, Víctor Rojas lleva a la playa a sus nietos y arroja piedras al agua con ellos Es lo más cerca que puede estar del mar. A veces piensa en pescar, pero se detiene, conoce el sabor del petróleo. “Eso no se olvida”, anota. “Nunca me puse a pensar en mi vida sin la pesca. El dinero es importante, pero quiero disfrutar la vida nuevamente. Soy un hombre de mar”, puntualiza.

 

Infractora laboral

Repsol no solo tiene un largo historial de faltas ambientales, sino también laborales. Convoca Deep Data, nuestra plataforma de análisis de datos sobre las industrias extractivas en el Perú, revela que la Refinería La Pampila registra además siete infracciones detectadas por la Sunafil, la entidad fiscalizadora del Ministerio de Trabajo. Estas conductas están relacionadas con la obstrucción de las labores inspectivas de la autoridad de Trabajo; con sus condiciones de seguridad en el entorno laboral; con no cumplir con brindar información sobre seguridad y salud en el trabajo, entre otras.

En total, las multas impuestas entre 2016 y 2018 por Sunafil suman 2'081.275 soles.