Los casos de enfermedades mentales se incrementarán como consecuencia de la gran cantidad de muertes por el coronavirus, la saturación de los sistemas de salud, la pérdida de empleos y el prolongado aislamiento social. ¿Cómo se encuentra el país para hacer frente a esta nueva fase?

 

El descenso en los casos de contagios y muertes por el COVID-19 fue la principal razón para reiniciar varias actividades económicas y relajar las medidas de confinamiento en el país y en diferentes partes del mundo. Aún se encuentra latente la amenaza de un rebrote de la enfermedad, considerada como la segunda ola del nuevo coronavirus, situación que ya empezó en Europa, donde gobiernos de diferentes naciones han vuelto a decretar restricciones a personas y empresas para mitigar los contagios.

Las otras fases de la pandemia no serán causadas directamente por el SARS-CoV-2, sino por las consecuencias de la crisis sanitaria debido a la expansión del virus. En tal sentido, la tercera ola se refiere al incremento en los casos de enfermedades crónicas que fueron desatendidas, y la cuarta ola tiene que ver con los efectos en la salud mental de la población por las medidas de inmovilización y aislamiento.

Respecto a la afección del estado psíquico de las personas, el Director de Salud Mental del Ministerio de Salud, Yuri Cutipe, estimó que habrá un aumento del 10% al 20% de los casos de trastornos mentales luego de la pandemia.  

Un antecedente que el funcionario tomó como argumento es lo sucedido luego del año 2000, tras superarse el periodo de violencia interna en el que fallecieron cerca de 69 mil personas, según cálculos de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR). "Muchas personas quedaron con estrés crónico", señaló el especialista en diálogo con Convoca.pe.

Hasta la quincena de octubre reciente, en el país ocurrieron alrededor de 74 mil muertes a causa del COVID-19, más que el periodo de violencia, según los datos del Sistema Informático Nacional de Defunciones (Sinadef).

Por esa razón, Yuri Cutipe consideró que durante la postpandemia se presentará un "gran ola" de enfermedades mentales en el país.

¿Cómo estábamos y qué nos espera?

Antes de la llegada del COVID-19, la situación de la salud mental en el país no era la óptima. El último estudio de carga de enfermedad realizado el 2016 estableció que los trastornos psíquicos y del comportamiento eran la primera razón de pérdida de años saludables para la población. Por cada 1 mil habitantes que padecen estas enfermedades, se pierden 21.2 años de vida.

El último estudio de prevalencia enfermedades mentales realizado por el Ministerio de Salud (Minsa) indicaba que el 21% de los peruanos adultos habían sufrido algún trastorno durante el último año, mientras que el 31% había sufrido algún padecimiento de este tipo en su vida.

Las afecciones más comunes en la población peruana son la depresión, trastornos de ansiedad, abuso y dependencia del alcohol, trastornos obsesivos, entre otros.

Con el inicio de la cuarentena, hubo una restricción a los servicios de salud mental, ya que muchos hospitales fueron destinados de manera exclusiva para la atención del COVID-19.

 

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Estudio del 2016 detalla que enfermedades mentales son la primer causa de pérdida de años de vida en población.

 

Según datos del Minsa, antes de la pandemia se atendía cerca de 100 mil casos al mes en todos los centros que pertenecen al sistema de atención, pero cuando empezó la cuarentena estos casos llegaron a disminuir a 25 mil mensuales. Tras el levantamiento de la inmovilización social y el retorno de actividades, se registraron 75 mil casos en setiembre.

En la encuesta poblacional sobre salud mental durante la pandemia por COVID-19, con cuarentena y toque de queda, se encontró que el 28.5% de todos los encuestados manifestaron síntomas de depresión. Y de ellos, el 12.8% refirió que tuvo pensamientos suicidas.

Durante el periodo de inmovilización social se habilitó en el servicio telefónico de la línea 113, el anexo 5, para consultas psicológicas. Hubo días en los que ingresaron más de 2 mil llamadas, mientras que el promedio diario de consultas era de 600. Esta línea telefónica continúa recibiendo consultas.

El 5 de junio de este año publicó el Plan de Salud Mental, en el contexto del COVID-19, que plantea una inversión de 334 millones de soles.

El documento señala que hay una deficiente cantidad de establecimientos destinados para esta atención en el país. Solo se cuenta con 105 establecimientos a nivel nacional. Se realizó transferencias de fondos a los gobiernos regionales para que se implementen centros de salud comunitarios.

Cabe recordar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó a las naciones a prepararse para la atención de la salud mental de su población.